David Alonso De la Cruz

jueves, 25 de junio de 2009

Hoy jueves un día muy lúgubre



Murió Farrah Fawcett víctima del cáncer, esta mañana. La ángel de CHARLIE, la inalcanzable protagonista de mis incipientes tanteos onanistas a mis 15 años cuando yo desaparecía, acarreado por mis urgencias testiculares, rumbo al baño a frisarme la entrepierna, cada vez que contemplaba absorto el monumental poster que una vez intercambíe con Mariano, un amigo del colegio.
También se nos fué Michael Jackson.. Falleció el rey del pop, de un paro cardíaco. La información de la muerte del cantante de 50 años se ha confirmado esta tarde. con su ida; SE ACABÓ EL MUNDO.....
Este mes de Junio, también recordamos el fallecimiento de DAVID CARRADINE. Y por si fuera poco a nivel local (Perú, Lima) murió asesinada a sus 50 años de edad la conocida folkloristas Alicia Delgado La intérprete vernacular.


AÑO 1958
El 29 de agosto, en la localidad de Gary, Indiana (EE UU), nace Michael Joseph Jackson, séptimo hijo de una familia de nueve hermanos.


BEL AIR
Lujoso barrio de Los Ángeles (California, EE UU), en el que se halla la casa de Michael Jackson. En ella se encontraba este jueves el músico cuando sufrió un paro cardiaco. Jackson fue trasladado al hospital de la Universidad de California, donde llegó en coma profundo. Oficialmente, falleció a las 14.30 hora local californiana (las 22.30 hora peninsular española). Tenía 50 años.


BONGÓS
El talento de Jackson para la música se mostró muy pronto. Su padre, Joseph, tenía una guitarra con la que aprendieron a tocar los hermanos mayores de Michael. Pese a que en un principio se opuso, Joseph acabó cediendo a los deseos de sus hijos, y decidió crear una banda con cuatro de ellos: Tito, Jackie, Jermaine y Marlon.
Michael, demasiado pequeño aún, colaboraba tocando los bongós, hasta que, poco tiempo después, su madre, Katherine, se fijó en sus excepcionales dotes musicales y, con apenas cinco años, se convirtió en el vocalista del grupo. Nacían los Ripples & Waves, denominados después Ripples & Waves Plus Michael y, por fin, The Jackson Five.


COMIENZOS
Su primera actuación fue en una feria. Michael tenía tan sólo seis años de edad. Los Jackson se llevaron el primer premio. Durante estos primeros años, el grupo actuó en clubes por todo el este y el medio oeste de EE UU, incluyendo lugares emblemáticos, como el Teatro Apollo de Nueva York.


CONTRATO
En 1968, los Jackson hicieron una prueba para la legendaria discográfica Motown. Tras ver una cinta en la que Michael y sus hermanos hacían versiones de James Brown, el productor Berry Gordy no dudó ni un momento en contratarles.


DIANA ROSS
Dirigidos por el productor Bobby Taylor, sacaron su primer sencillo, I Want You Back, en 1969. En una ingeniosa maniobra publicitaria, la discográfica atribuyó su descubrimiento a Diana Ross, lo que contribuyó a su rápida popularidad. Lograron cuatro números uno: I Want You Back, ABC, The Love You Save y I'll Be There. Comenzaba la jacksonmanía.


DEBUT EN SOLITARIO
Sin abandonar aún a los Jackson Five, Michael inició su carrera en solitario en 1972 con el álbum Got To Be There. En 1979, con sólo 20 años, conseguía su primer premio Grammy con Don't Stop Till You Get Enough.


EPIC RECORDS
En 1976 los Jackson rescinden su contrato con Motown (querían autoproducirse y, además, recibían muy poco en concepto de derechos de autor) y fichan por Epic Records, filial de CBS, con la que volverían a lo más alto de las listas con éxitos como Blame It On The Boogie, Shake Your Body o Can You Feel It.


ESTRELLA TOTAL: 'THRILLER'
1 de diciembre de 1982: Michael Jackson publica el álbum Thriller y se convierte en megaestrella del espectáculo. Es el disco más vendido de la historia (se calculan unas 104 millones de copias, con 58 discos de platino y ocho premios Grammy). Funk, pop, rock, soul... Considerado uno de los mejores álbumes de todos los tiempos, el disco tiene de todo, pero, especialmente, grandes éxitos: el propio tema Thriller (en cuya gran popularidad fue clave el famoso videoclip de los zombies, dirigido por John Landis), Wanna Be Startin' Somethin, The Girl Is Mine (con Paul McCartney), Billie Jean...


FENÓMENO TELEVISIVO
En 1984, el programa de televisión Motown 25, que celebraba las bodas de plata de la discográfica, y en el que Michael Jackson interpretó Billie Jean, logró una audiencia de 50 millones de espectadores.


GIRAS
La primera gran gira mundial de Michael Jackson fue en 1987, acompañando el lanzamiento de su disco Bad (32 millones de copias vendidas). El Bad Tour recorrió medio planeta (incluyendo un multitudinario concierto en Berlín, meses antes de la caída del muro) y se prolongó durante todo un año.
En 1991, con la publicación de Dangerous (30 millones de copias vendidas) se embarca en otra gran gira mundial en la que logra récords de asistencia a conciertos. El tema Black And White se convierte en el sencillo de ascenso más rápido en las listas estadounidenses, y la canción Heal The World, en todo un himno.


'HIStory'
En 1995 aparece HIStory: Past, Present and Future - Book I, un álbum doble con grandes éxitos de su carrera y temas nuevos. La polémica campaña de lanzamiento incluyó la distribución de estatuas del propio Jackson de hasta 15 metros de altura, que recorrieron varias de las principales capitales del mundo. La gira de conciertos duró dos años, congregó a 4 millones de personas y recaudó 85 millones de dólares.


IMAGEN: EL NEGRO MÁS BLANCO
La imagen de Michael Jackson a lo largo de los años ha sufrido el cambio más radical de la historia de la música. Del chico de melena rizada de sus primeros años en los Jackson Five al personaje de la última época, embutido en guantes y gafas de sol, pasando por el cuero y las cadenas, los uniformes militares y la estética más alienígena, Jackson hizo de su imagen una de las claves (junto a su incuestionable talento como músico y bailarín) de su éxito.
Pero la transformación más espectacular se produjo, no obstante, en su propio cuerpo. A finales de los ochenta (la portada del álbum Bad es la última en la que su piel es todavía negra) cada vez muestra una piel más blanca en sus conciertos y apariciones públicas. Parte de la prensa lo atribuyó a un capricho estético que siguió a su operación de nariz, y algunos diarios sensacionalistas, como el británico The Sun, llegaron a hablar de cáncer de piel. Según el cantante, la causa era una enfermedad, el vitíligo, que le volvió alérgico al sol.


INCENDIO
Un incendio le desfiguró parte de la cara. El accidente, según sus allegados, le volvió especialmente paranoico.


JACKSON
Todos los hermanos de la familia Jackson han seguido carreras musicales y relacionadas con el mundo del espectáculo. De mayor a menor:
Maureen (Rebbie): Cantante. Su mayor éxito: Centipede (1984).
Sigmund (Jackie): Miembro de los Jackson Five.
Toriano (Tito): Cantante y guitarrista, miembro de los Jackson Five.
Jermaine: Cantante y bajista, miembro de los Jackson Five. Convertido al Islam.
LaToya: Cantante, personalidad televisiva, actriz...
Marlon: Miembro de los Jackson Five y el hermano inmediatamente mayor de Michael.
Steven (Randy): Cantante, miembro de los Jackson Five.
Janet: Cantante y actriz. Según la revista Billboard, es una de los diez artistas musicales de mayores ventas en la historia de la música contemporánea (más de 100 millones de discos en todo el mundo).


JOSEPH
Joseph Walter Jackson, el padre de Michael, fue boxeador y músico (tocaba la guitarra en un grupo llamado The Falcons). De carácter estricto y en ocasiones violento con sus hijos, fue el primer manager de los Jackson Five. Su empleo como operario en una fundación apenas le llegaba para mantener a su familia.


KATHERINE
Katherine Jackson (de soltera, Kattie B. Screws), la madre de Michael, se encargaba de diseñar el vestuario de los Jackson Five, y aseguran que siempre ha apoyado incondicionalmente la carrera de sus hijos.


LABOR HUMANITARIA
Michael Jackson dedicó gran parte de sus recursos económicos a la ayuda humanitaria, siendo calificado por el Libro Guinness de los Récords, según figura en Wikipedia, como el artista que más dinero ha donado a caridad en la historia: unos 300 millones de dólares.
Creador de la Fundación Curar el Mundo (Heal The World Foundation), Jackson fue nombrado en 1992 "embajador de buena voluntad", en reconocimiento a su labor en favor de los niños con minusvalías. A ellos destinó el dinero recaudado con su disco HIStory.


LIBROS
Escribió dos libros: Moonwalk, una autobiografía en la que relata su vida hasta 1988, y Dancing In The Dream, un libro de poemas y reflexiones sobre diversos temas (la vida, los niños, el mundo y los animales...).


MOONWALK
Jacko (apodo por el que le conocían sus fans) fue un extraordinario bailarín. Sus originales pasos de baile y sus gestos (algunos de ellos, provocativos) crearon escuela y fueron imitados hasta la saciedad. El más popular fue, sin duda, el denominado moonwalk (paseo lunar), una técnica nacida en las calles del Bronx, en la que Jackson arrastraba ambos pies por el suelo, uno tras otro, produciendo un efecto óptico de deslizamiento hacia adelante, aunque en realidad se desplazaba hacia atrás.


MEGALOMANÍAS Y EXCENTRICIDADES
Michael Jackson trató siempre de ser reservado y misterioso en su vida personal, lo que, paradójicamente, acompañó, sobre todo a partir de los años noventa, con todo tipo de excentricidades: matrimonios mediáticos, apariciones vestido de mujer (a la manera tradicional árabe, completamente cubierto) en lugares como Bahrein, delirios de grandeza...
Se llegó a decir que dormía con una máscara de oxígeno para mantenerse joven y, en 2002, en Berlín, provocó el pánico entre sus seguidores al asomar temerariamente uno de sus hijos por una ventana (luego pidió disculpas).
Todo ello, unido a su cada vez más deteriorado aspecto físico y a los juicios en los que fue envuelto por presunta pederastia (ver más abajo), acabó apartándole de los escenarios. "Sus impulsos mesiánicos -escribe Diego A. Manrique en El País- le empujaban a presentarse como un adalid de la libertad (en un vídeo parecía atribuirse el derrumbe del comunismo), un salvador de la ecología, un redentor de la pobreza y un modelo para los niños del mundo".


NEVERLAND
En 1987 el cantante compró un rancho de más de 1.300 hectáreas al que bautizó Neverland (Nunca Jamás, como el país de Peter Pan, el niño que no quería crecer), y que prometió convertir en un paraíso para los niños. Lo llenó de juegos y atracciones, incluyendo un parque temático y hasta un pequeño zoo.
En 2006, las autoridades de California ordenaron el cierre de la propiedad y multaron a Jackson por no pagar los salarios de sus empleados y no mantener al día los seguros correspondientes.
Jackson no vivía en Neverland desde junio de 2005, cuando fue exonerado de las acusaciones de abuso sexual infantil. Agobiado por las deudas, el cantante vendió la propiedad el año pasado.


NIÑOS
La parte más controvertida de la biografía de Michael Jackson se produjo a raíz de las acusaciones de abusos a menores realizadas por los padres de algunos de los niños que pasaron temporadas con él en Neverland.
La primera acusación, en 1993, se saldó con un acuerdo multimillonario, pero en 2005 volvió a ser acusado, y esta vez no se libró del proceso judicial (acompañado de un controvertido documental en la televisión británica: Viviendo con Michael Jackson). Finalmente fue absuelto de todos los cargos.
El juicio, en cualquier caso, le marcó profundamente y hundió su imagen. Michael Jackson dejó apartada su carrera musical y se trasladó a vivir a Bahrein, invitado por el príncipe Abdul Aha-Jamed. Desde el final del proceso llevaba una vida lo más aislada posible de los medios de comunicación.


NÚMEROS ROJOS Y DEMANDAS
Después de haberse visto obligado a vender el rancho Neverland a causa de las deudas, la fortuna de Michael Jackson estaba, cuando menos, en peligro: su portavoz y administradora, Raymone Bain, que estuvo a su lado en sus peores horas, le había demandado por incumplimiento de contrato y le reclamaba 30 millones de euros. De hecho, la lista de ex consejeros, contables y amigos que lo han demandado durante los últimos años es larga, aunque la mayor parte de estas demandas se solucionaron antes del juicio.
A pesar de ganar cientos de millones de dólares, Jackson arrastraba una deuda de unos 500 millones de dólares (unos 358 millones de euros), según fuentes citadas por The Wall Street Journal.


OPERACIONES
Michael Jackson sólo admite haberse sometido a dos operaciones de cirugía estética, ambas centradas en su nariz. Pese a que el músico lo negó, siempre ha existido la incógnita, no obstante, sobre si se sometió o no a un tratamiento o a algún tipo de operación para cambiar su color.


PRESLEY, PRINCE, PARIS... LA FAMILIA
Jackson se casó en dos ocasiones: la primera, con Lisa Marie Presley, hija de Elvis Presley; la segunda, con la enfermera Deborah Rowe, madre de dos de sus hijos, Prince Michael y Paris. El cantante tuvo un tercer hijo, Prince Blanket Michael Jackson II, fruto de una madre desconocida (según él, engendrado a partir de su esperma en una madre de alquiler).


QUINCY JONES
El compositor, director y arreglista estadounidense, procedente del mundo del jazz, es uno de los principales responsables del éxito de Michael Jackson. Fue el coproductor de los considerados como mejores tres álbumes del cantante: Off The Wall, Thriller y Bad.


REY DEL POP
Si Elvis Presley fue el rey del rock, Michael Jackson fue, por derecho propio, el rey del pop. Las cifras lo confirmaron (vendió alrededor de 750 millones de discos y ganó 13 premios Grammy) y bajo este apelativo fue conocido hasta su muerte. La actriz Elisabeth Taylor, una de sus grandes amigas, le llamó "rey del pop, del rock y del soul".


REACCIÓN A SU MUERTE
Su repentina e inesperada muerte ha caído como una bomba entre sus seguidores. Una multitud se congregó para rendirle homenaje y llorar su pérdida, tanto a las puertas del hospital donde falleció como en la estrella que tiene dedicada en el Paseo de la Fama de Hollywood, y también en muchos otros lugares en todo el mundo, incluyendo la céntrica plaza neoyorquina de Times Square. Desde el mundo del espectáculo llegaron asimismo decenas de condolencias, con mensajes de artistas como Madonna, Elizabeth Taylor, su ex mujer Lisa Marie Presley, Quincy Jones, John Landis, Brooke Shields, Cher, Celine Dion, Miley Cyrus, Donna Summer, Jamie Foxx, Arnold Schwarzenegger...Todos coincidieron en destacar el talento musical y el valor humano del cantante, por encima de sus excentricidades.


SALUD
Al margen de los problemas en la piel, la salud de Jackson fue delicada durante gran parte de su vida, con muchos episodios en los que tuvo que recibir asistencia sanitaria (cuatro de ellos, durante el juicio de 2005). En 1995 fue ingresado en un hospital en Nueva York tras desvanecerse durante un ensayo en un teatro.


SINATRA, FRANK
El cantante conocido como "La voz" dijo en una ocasión: "El único cantante masculino que he visto, además de mí mismo, y que es mejor que yo, es Michael Jackson".


THE BEATLES
En 1985 Michael Jackson (que había colaborado con Paul McCartney en el álbum Thriller y en dos temas del disco Pipes of Peace del ex beatle) compró los derechos de autor sobre las canciones más representativas de los Beatles (las compuestas entre 1964 y 1970).


USA FOR AFRICA
Jackson fue, junto a Lionel Richie, Stevie Wonder y Harry Belafonte, el principal impulsor de la producción Usa For Africa, el proyecto que en 1985 reunió a 45 de los más importantes músicos de EE UU para interpretar y grabar el tema We Are The World, un éxito mundial cuyas ganancias se destinaron a paliar la hambruna en el continente africano.
Entre los participantes estuvieron, además de los citados, Ray Charles, Bob Dylan, Daryl Hall y John Oates, todos los hermanos Jackson, Al Jarreau, Billy Joel, Cyndi Lauper, Willie Nelson, Kenny Rogers, Diana Ross, Paul Simon, Bruce Springsteen, Tina Turner, Dionne Warwick, Stevie Wonder...


VUELTA
Doce años después de su última gira en directo y tras no haber grabado un disco con temas nuevos desde 2001, Michael Jackson tenía previsto iniciar una serie de conciertos en Londres entre el 13 de julio y marzo del 2010, y había pasado los últimos dos meses de su vida en Los Ángeles ensayando grandes éxitos como Thriller y Billy Jean.
Las entradas para sus 50 conciertos anunciados se agotaron cinco horas después de salir a la venta, el pasado mes de marzo.


WEB
Su web oficial: http://www.michaeljackson.com/.


'YOU ARE NOT ALONE'
El segundo sencillo del álbum de Michael Jackson HIStory, You Are Not Alone, entró directamente al número uno de las listas de éxito de Billboard, algo sin precedentes hasta entonces, marcando un nuevo récord en la carrera del cantante. En ese mismo disco, el tema Scream, grabado a dúo con su hermana Janet y acompañado por el videoclip más caro de la historia hasta ese momento, logró el Top 5.
En 2007, un tribunal de Bruselas dictaminó que You Are Not Alone es un plagio de If We Can Start All Over, compuesta por la pareja de artistas belgas Danny y Eddy Van Passel.


ZAPATOS MÁGICOS
En el videoclip del tema Smooth Criminal, Michael Jackson y sus bailarines aparecían en una imposible inclinación de 45 grados sobre el suelo. Lo que podría haber parecido un efecto de postproducción se convirtió en un misterio cuando lo repitieron en directo sobre el escenario. ¿El secreto? Un sistema patentado por el propio Michael y denominado Methods and Means for Creating Anti Gravity Illusion, consistente en una combinación de calzas en los zapatos dispuestas en diversos ángulos.








lunes, 22 de junio de 2009

Un estereotipo intolerable


Si una persona es culta porque puede estar horas al día leyendo un libro...


Considero que hay un estereotipo intolerable en lo que significa cultura entorno a la lectura y las demás artes.
Imaginemos un niño que en el recreo se sienta aislado en un escalón. Depende de la actividad que haga nos va a suscitar un pensamiento distinto: si está leyendo un libro es un niño muy culto, si está escuchando música es un inadaptado, mientras que si está pintando tiene problemas psicológicos.
Es una falta de respeto que la gente considere la cultura de una persona proporcionalmente a la cantidad de libros que lee; si una persona es culta porque puede estar horas al día leyendo un libro ¿por qué no se considera como tal si se está horas al día tocando un instrumento musical?
Si una persona es culta porque puede estar horas al día leyendo un libro...
Puede que yo no lea ningún libro, pero mientras que una persona esté absorta en una novela puede que yo esté leyendo una enciclopedia sobre cómo funciona el universo y la naturaleza que nos rodea, pero yo no seré culto.
Una amiga comentó que en un viaje de estudios surgió el tema de "El Quijote" y sintió mucha vergüenza porque sólo dos personas podían participar en la discusión. ¿Y si la discusión hubiese sido por ejemplo sobre la evolución filogenética o sobre los hábitos alimenticios y esas dos personas no hubieran podido participar?
Me parece una vergüenza que personas que creen que la evolución es un mono que se fue transformando paulatinamente en un hombre o que la corteza del pan engorda más que la miga se crean más cultos que yo porque ellos leen libros, y yo aun sabiendo cómo son esas cuestiones en realidad, si toco un instrumento en vez de leer, no lo sea.

viernes, 19 de junio de 2009

Algunos ejercicios literarios o poemas sin trascendencia


- Así paso -

Así paso: no fue una
Invención mía, me robaste el aliento
Dejaste muerta mi alma, y sin ninguna
luz, se hundió en mi pensamiento.
Así pasó; me sentí morir muy lento
en la desesperación de vivir en vano
estas ansias de morir tremendas
llevaba yo en la mano
te obligue corazón a que entiendas
que no sirve esta vida oscura
que siempre será cruel el destino
que vivir es una tortura
me senté a un lado del camino,
había terminado la aventura.
Así paso, imposible amante
ahora te veo con mirada absorta
sin palabras mediante
estoy cansado no seguiré adelante;
voy a morir y no me importa.
te AME y sufrí, ese tormento divino
momentos de pánico y locura
tuve tanto amor que apagó el destino,
solo queda olvidar mi desventura
llorando solo a un lado del camino,
lejos de tu desatino.


-SARAH-

Hace mucho empezaste vida,
a no dejarme vivir.
A que los días y sus noches solo sean
el ahogo feroz de poseerte
De tu incorporación a mí.
A que mi sangre no sepa detenerse sola,
y se arroje furiosa fuera de mis venas,
con la insana alegría del dolor de morir
el éxtasis de saberse libre
y de la angustia,
del tremendo milagro oscuro
que es ser vivir sin querer vivir
Ahora, sí, ahora
ya no me busca nadie, ni yo me busco.
Porque mi voz llena de altos ecos la habitación, me sepulta en la tumba más sombría
y de mis ojos caen lágrimas formando mares
y me ahogo en esos mares
recuerdo lo se soy de carne, la peor de las carnes, no de mármol..
que es verdad que me duele este Momento agotado de mi tiempo!
aturdida , cansada de ser soy yo.
estoy tan lejos del mundo
JESUS ! Apuralo todo, regresa todo al abismo
y déjame en el sumergida,
fuerzas que se negaron pero si se me dieron lágrimas
de rebeldía y dolor
por que yo que no soy nadie,
ni siquiera mía , nunca!,
no soy de nadie..nunca
Sarah

Muero terriblemente
no me mata la vida
no me mata la muerte
no me mata el amor
muero por un deseo mudo como serpiente
se que nunca sentiste el dolor de mi deseo
que devora mi alma, mi carne
y me convierte en una planta que no dará flor
jamás tuviste dentro una estrella furiosa
que entero te destroza
al querer escapar
cumbre de las torturas
llevar perpetuamente
la trágica obsesión
del deseo demente
hecha una espada
en el corazón clavada
para arrancarla un día
como una flor que se abre
hermosa, incomparable
un adiós a mi prisión miserable
es soñar lo inalcanzable
como tener en la mente
el pensamiento de dios
Sarah

Muero porque no muero
Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.
Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
Aquí esta divina unión
del amor con quien yo vivo,
hace a Dios ser mi cautivo
y libre mi corazón;
más causa en mí tal pasión
ver a mi Dios prisionero,
que muero porque no muero.
Estando ausente de ti,
¿Que vida puedo tener,
sino muerte padecer
la mayor que nunca vi.?
Lastima tengo de mí,
por ser mi mal tan entero,
que muero porque no muero.
El pez que del agua sale,
aún de alivio no carece;
a quien la muerte padece,
al fin la muerte le vale;
¿qué muerte habrá que se igual
a mi vivir lastimero?
que muero porque no muero.
Cuando me empiezo a aliviar
viéndote en el sacramento,
se me hace más sentimiento
el no poderte gozar;
todo es para pensar
por no verte como quiero
que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga
que no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte de el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

lunes, 15 de junio de 2009

La OMS pidió a las farmacéuticas "solidaridad" con los más pobres

¿Qué intereses económicos se mueven detrás de la gripe porcina?

En el mundo, cada año mueren dos millones de personas víctimas de la malaria, que se podría prevenir con un mosquitero. Y los noticieros no dicen nada de esto. En el mundo, cada año mueren dos millones de niños y niñas de diarrea, que se podría curar con un suero oral de 25 centavos. Y los noticieros no dicen nada de esto. Sarampión, neumonía, enfermedades curables con vacunas baratas, provocan la muerte de diez millones de personas en el mundo cada año. Y los noticieros no informan nada…Pero hace unos años, cuando apareció la famosa gripe aviar…… los informativos mundiales se inundaron de noticias… chorros de tinta, señales de alarma… ¡Una epidemia, la más peligrosa de todas!... ¡Una pandemia!Sólo se hablaba de la terrorífica enfermedad de los pollos. Y sin embargo, la gripe aviar sólo provocó la muerte de 250 personas en todo el mundo. 250 muertos durante 10 años, lo que da un promedio de 25 víctimas por año.La gripe común mata medio millón de personas cada año en el mundo. Medio millón contra 25.Un momento, un momento. Entonces, ¿por qué se armó tanto escándalo con la gripe de los pollos?Porque atrás de esos pollos había un “gallo”, un gallo de espuela grande.La farmacéutica trasnacional Roche con su famoso Tamiflú vendió millones de dosis a los países asiáticos. Aunque el Tamiflú es de dudosa eficacia, el gobierno británico compró 14 millones de dosis para prevenir a su población. Con la gripe de los pollos, Roche y Relenza, las dos grandes empresas farmaceúticas que venden los antivirales,obtuvieron miles de millones de dólares de ganancias. -Antes con los pollos y ahora con los cerdos. -Sí, ahora comenzó la sicosis de la gripe porcina. Y todos los noticieros del mundo sólo hablan de esto… -Ya no se dice nada de la crisis económica ni de los torturados en Guantánamo…-Sólo la gripe porcina, la gripe de los cerdos… -Y yo me pregunto: si atrás de los pollos había un “gallo”… ¿atrás de los cerditos… no habrá un “gran cerdo”?Miremos lo que dice un ejecutivo de los laboratorios Roche…ROCHE A nosotros nos preocupa mucho esta epidemia,tanto dolor… por eso, ponemos a la venta el milagroso Tamiflú. -¿Y a cuánto venden el “milagroso” Tamiflú?-Bueno, veamos… 50 dólares la cajita. -¿50 dólares esa cajita de pastillas?-Comprenda, señora, que… los milagros se pagan caros. -Lo que comprendo es que esas empresas sacan buena tajada del dolor ajeno… La empresa norteamericana Gilead Sciences tiene patentado el Tamiflú. El principal accionista de esta empresa es nada menos que un personaje siniestro, Donald Rumsfeld, secretario de defensa de George Bush, artífice de la guerra contra Irak…Los accionistas de las farmaceúticas Roche y Relenza están frotándose las manos, están felices por sus ventas nuevamente millonarias con el dudoso Tamiflú. La verdadera pandemia es el lucro, las enormes ganancias de estos mercenarios de la salud. No negamos las necesarias medidas de precaución que están tomando los países. Pero si la gripe porcina es una pandemia tan terrible como anuncian los medios de comunicación, Si a la Organización Mundial de la Salud le preocupa tanto esta enfermedad, ¿por qué no la declara como un problema de salud pública mundialy autoriza la fabricación de medicamentos genéricos para combatirla? Prescindir de las patentes de Roche y Relenza y distribuir medicamentos genéricos gratuitos a todos los países, especialmente los pobres. Esa sería la mejor solución.
PUBLIQUEN ESTE MENSAJE EN TODOS LOS BLOGS, COMO SI SE TRATARA DE UNA VACUNA PARA QUE TODOS CONOZCAN LA REALIDAD DE ESTA “PANDEMIA”.

Novartis se niega a dar gratis vacunas contra la gripe A en los países más pobres

El grupo farmacéutico suizo Novartis se niega a distribuir vacunas para la gripe A gratuitamente entre los países más pobres, a pesar de una petición que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS) al sector la semana pasada. La semana pasada la OMS decretó el nivel de pandemia Así lo declaró al diario Financial Times su consejero delegado, Daniel Vasella, quien detalló que el grupo podría estudiar la posibilidad de reducir el costo de esas vacunas para los países pobres, pero no está dispuesto a su total gratuidad. "Si uno pretende que la producción (de fármacos) sea sostenible, hay que crear incentivos financieros", dijo Vasella, según el cual deben ser los propios países en desarrollo o los países ricos con sus programas de ayuda quienes paguen las vacunas. El diario británico consideró estas palabras como un desaire hacia la directora general de la OMS, Margaret Chan, quien comunicó la pasada semana que el organismo había declarado el nivel de pandemia por la gripe A y pidió a la industria farmacéutica "solidaridad" con los pobres. División en el sector La negativa de Novartis apunta a una división dentro del sector farmacéutico, ya que el laboratorio británico GlaxoSmithKline se ha comprometido a distribuir de forma gratuita entre los pobres hasta 50 millones de dosis de su vacuna contra la gripe A y otros productores más modestos de los países en desarrollo quieren hacer lo mismo con un 10% de su producción. Puede haber problemas de abastecimiento entre los países más ricos Según Vasella, una proporción "importante" de las existencias de vacunas de su empresa ya ha sido reservada por algunos gobiernos, lo que puede generar problemas de abastecimiento incluso entre los países más ricos que pueden permitirse pagarlas. Vasella estima el costo de una dosis en entre 10 y 15 dólares (entre unos 7 y 11 euros) en el caso de pedidos importantes y algo más si los pedidos son de menor volumen o llegan más tarde. EE UU ha comprado vacunas de Novartis para la gripe A por 289 millones de dólares (unos 209 millones de euros), aunque aún deben aprobar su uso en el país.


PARA TENER EN CUENTA:
La nueva cepa, que apareció en abril en México y Estados Unidos, puede tratarse con fármacos antivirales en base a oseltavimir, el genérico de las tabletas de Tamiflu de Roche y el spray Relenza de GlaxoSmithKline. Hasta la fecha se han reportado 35.928 casos de la enfermedad en 76 países, incluyendo 163 muertes, según el último reporte de la OMS.

domingo, 7 de junio de 2009

Otro cuento que atrevo publicar aquí a pedido de mis lectores.

Amar no es un delito


- Podrás engañar a cualquiera, menos a tu conciencia.-

“Mientras hablaba en las sombras, le acarició las pelusas de seda de los brazos, el vientre evasivo, y cuando sintió que la tensión había cedido hizo un primer intento por levantarle el camisón de dormir, pero ella se lo impidió con un impulso típico de su carácter. Dijo: Yo lo sé hacer sola. Se lo quitó, en efecto, y luego se quedó tan inmóvil, que el doctor Urbino hubiera creído que ya no estaba ahí, de no haber sido por la resolana de su cuerpo en las tinieblas. Al cabo de un rato volvió a agarrarle la mano, y entonces la sintió tibia y suelta, pero húmeda todavía de un rocío tierno. Permanecieron otro rato callados e inmóviles, él acechando la ocasión para el paso siguiente, y ella esperándolo sin saber por dónde, mientras la oscuridad iba ensanchándose con su respiración cada vez más intensa. Él la soltó de pronto y dio el salto en el vacío: se humedeció en la lengua la yema del cordial y le tocó apenas el pezón desprevenido y ella sintió una descarga de muerte, como si le hubiera tocado un nervio vivo........ Entonces él supo que le había doblado el cabo de la buena esperanza, y le volvió a coger la mano grande y mullida, y se la cubrió de besitos huérfanos, primero el metacarpo áspero, los largos dedos clarividentes, las uñas diáfanas, y luego el jeroglífico de su destino en la palma sudada. Ella no supo cómo fue que su mano llegó hasta el pecho de él, y tropezó con algo que no pudo descifrar. Él le dijo: Es un escapulario. Ella le acarició los vellos del pecho, y luego agarró el matorral completo con los cinco dedos para arrancarlo de raíz. Más fuerte, dijo él. Ella lo intentó, hasta donde sabía que no lo lastimaba, y después fue su mano la que buscó la mano de él perdida en las tinieblas. Pero él no se dejó entrelazar los dedos sino que la agarró de su cuerpo y con una fuerza invisible pero muy bien dirigida, hasta que ella sintió el soplo ardiente de un animal en carne viva, sin forma corporal, pero ansioso y enarbolado. Al contrario de lo que él imaginó, incluso al contrario de lo que ella misma hubiera imaginado, no retiró la mano, ni la dejó inerte donde él la puso, sino que se encomendó en cuerpo y alma a la Santísima Virgen, apretó los dientes por miedo de reírse de su propia locura, y empezó a identificar con el tacto al enemigo encabritado, conociendo su tamaño, la fuerza de su vástago, la extensión de sus alas, asustada de su determinación pero compadecida de su soledad, haciéndolo suyo con una curiosidad minuciosa que alguien menos experto que su esposo hubiera confundido con las caricias. Él apeló a sus últimas fuerzas para resistir el vértigo del escrutinio mortal, hasta que ella lo soltó con una gracia infantil, como si lo hubiera tirado en la basura.
- Nunca he podido entender cómo es ese aparato – dijo.
Entonces, él se lo explicó en serio con su método magistral, mientras le llevaba la mano por todos los sitios que mencionaba, y ella se la dejaba llevar con una obediencia de alumna ejemplar. Él sugirió en un momento propicio que todo aquello era más fácil con la luz encendida. Iba a encenderla, pero ella le detuvo el brazo, diciendo: Yo veo mejor con las manos. En realidad quería encender la luz, pero quería hacerlo ella y sin que nadie se lo ordenara, y así fue. Él la vio entonces en posición fetal, y además cubierta con la sábana, bajo la claridad repentina. Pero la vio agarrar otra vez sin remilgos el animal de su curiosidad, lo volteó al derecho y al revés, lo observó con un interés que ya empezaba a parecer más que científico, y dijo en conclusión: Cómo será de feo, que es más feo que lo de las mujeres. Él estuvo de acuerdo, y señaló otros inconvenientes más graves que la fealdad. Dijo: Es como el hijo mayor, que uno se pasa la vida trabajando para él, sacrificándolo todo por él, y a la hora de la verdad termina haciendo lo que le da la gana. Ella siguió examinándolo, preguntando para qué servía esto, y para qué servía aquello, y cuando se consideró bien informada lo sopesó con las dos manos, para probarse que ni siquiera por el peso valía la pena, y lo dejó caer con un esguince de menosprecio.
......... Al amanecer, cuando se durmieron, ella seguía siendo virgen, pero no habría de serlo por mucho tiempo. La noche siguiente, en efecto, después de que él le enseñó a bailar los valses de Viena bajo el cielo sideral del Caribe, él tuvo que ir al baño después que ella, y cuando regresó al camarote la encontró esperándola desnuda en la cama. Entonces fue ella quien tomó la iniciativa, y se le entregó sin miedo, sin dolor, con la alegría de una aventura de alta mar, y sin más vestigios de ceremonia sangrienta que la rosa del honor en la sábana. Ambos lo hicieron bien, casi como un milagro, y siguieron haciéndolo bien de noche y de día y cada vez mejor en el resto del viaje, y cuando llegaron a La Rochelle se entendía como amantes antiguos.”


De repente un ensordecedor chillido de neumáticos sobre el asfalto de la avenida La Marina, lo desencajo de la lectura del libro de García Márquez. Con la premura de la frenada, con las justas tuvo tiempo de ver por el parabrisas delantero quebrado del conductor que ya hacía rato manejaba raudo por toda la venida como loco conductor sicópata, hasta que los imprudentes peatones pugnaban por cruzar esa parte de la avenida del centro comercial en San Miguel, lo cogió infraganti y temerario. Sin embargo, fue la oportuna intervención de un joven con su perro blanco como la nieve que le salvó de ser atropellado a un distraído pero bien confiado turista, el viejo barbudo y larguirucho extranjero se cayó encima de una asustadiza peatona que al gritar de susto, todas sus cosas se desparramaron sobre la pista central, en su nerviosismo y agradecimiento al joven héroe, no se dieron cuenta del caos y confusión ambos cogieron diferentes bolsos que tenían la misma tonalidad de color oscuro, contra lo que pensaba, se marcharon cada uno por su lado, ya que aún seguía el atolladero de buses en ese crucero del centro comercial.
Él que durante su permanencia en Europa, y estando poco tiempo en París siguiendo de manera paralela su entusiasmo por la literatura latinoamericana, a su regreso a Lima, opto por un cachuelo que le consiguió un viejo amigo, en la Alianza Francesa, y ahí se dirigía él con sus manojos de libros y leyendo la narración de la obra de Gabo. Hasta el momento de aquél accidente que menos mal no acabo en desgracia por la valentía de aquel joven con su bello ejemplar canino.
Ese jueves, sin embargo le dejaría marcado de por vida.
El verano se precipitó aquella tarde repentinamente. Hacia buen tiempo que dictaba clases de literatura clásica en la Alianza francesa. Ese día a la salida del local, la tarde tibia y sosegadamente insospechada le había hecho sacarse la corbata. Ya había recorrido un buen trecho de su taciturna caminata diaria por la avenida Arequipa, llevando consigo anotaciones y los ensayos de sus alumnos. A pesar del tranquilo sentimiento húmedo que abigarraba el recuerdo de la imagen clara de Gabriella recitando los poemas de Borges. Aquella tarde en que el verano abrazó las parduscas calles de Lima, tuvo que caminar el resto del trecho que faltaba para coger su colectivo que le llevara de regreso a casa por la avenida La marina. Llevaba puesto los recuerdos frescos de ella, y él evadiéndolos a mil y el montón de anotaciones y separatas impresas tapándose el prominente bulto entre su pantalón ante la evidente provocación indomable al evocar la forma como leía a Borges; Gabriella.
- “sólo, una cosa no hay. Es el olvido. / Dios, que salva el metal, salva la escoria/ y cifra su profética memoria/ las lunas que serán y las que han sido.
Estaba allí reluciente como una diosa coqueta que blasfema contra la conciencia, jugando a perturbar los laberintos del conocimiento, y yo, que debería estar atendiendo a mis alumnos, me quedaba perplejo y feliz, atento cada palabra que emanaba de esa boca formada por unos labios de frambuesa en plena primavera Turca.
- “Ya todo está. Los miles de reflejos/ que entre los dos crepúsculos del día/ Tu rostro fue dejando en los espejos/y los que irá dejando todavía.”
La contemplaba desde el escritorio, ella parada en el centro del aula, y me sentía sin aliento, desfallecido, sepultado cien mil veces y vuelto a la resurrección tan sólo para ver y escuchar la manera tan lúdica que solía leer el “Everness” de Borges, ya después descubriría que Gabriella guardaba dos mil maneras de leer y recitar a Borges, con la pureza y flexibilidad musical habida en su timbre de voz armónica que ningún mortal jamás habría presenciado antes. Me preguntaba mientras ella estaba allí parada frente a los alumnos, ¿En qué tranvía ovárico la había visto a esta bella mujer?
- “Y todo es una parte del diverso/ Cristal de esa memoria, el universo;/ no tienen fin sus arduos corredores”
Y ese fue el comienzo. Gabriella era ciertamente una muchacha locuaz pero a pesar de todo ocultaba su timidez e inseguridad, había tomado las clases tan sólo para desenvolverse con aplomo en el tema literario, es lo que más le atraía de la literatura francesa e inglesa. Aún así, la carrera que estaba estudiando no iba con su carácter afable y condescendiente. Una cierta ambigüedad le recorría el alma. Su rubor característico se hacía notar más sobre ella, cada vez que los chicos corrían detrás de ella abobados por su atrayente magnetismo sensual, sin importarles que ella en un futuro inmediato se convirtiese en una flamante abogada, experta en leyes y códigos, defensora de los derechos para dedicarse enteramente a una buena causa. Pero en el fondo esperaba con inseguridad y llena de temores que algún día apareciera en su vida, un destino como Fiscal de la Nación; porque eso quería y anhelaban sus padres. Desde su tierna juventud la habían preparado concienzudamente su familia. Pero teniendo a su lado al hombre excepcional de su soñada vida tantas veces postergada.
- “Y las puertas se cierran a tu paso;/ sólo del otro lado del ocaso/verás los arquetipos y esplendores.”
Ella era todo un Boccato di cardinale. Había terminado de recitar el poema que eligió para esa ocasión, usualmente cuando hablaba, tartamudeaba de una manera apenas perceptible, debido a su timidez ante el público, pero cuando recitaba los poemas Borgianos o hablaba de Borges; qué maravilla de mujer, que locuacidad sublime, y la fonética aplicada hacia una delicia de mixtura en su entonación, tan exquisita en su pronunciación, emanaba una voz aterciopelada, me mojaba incómodamente en el momento inoportuno. La vi sin tapujos cuando regreso a su lugar; tenía las manos más bellas del planeta, y un garbo al caminar que ella si no derramaba lisuras, ella desparramaba groserías benditas al mover su derrier de esa forma perturbadora y sensual. Ella tenía un trasero de argentina, senos de italiana, boquita irlandesa y ojos de albaricoque y probablemente un coñito de tequila embriagante; inescrutable son los caminos del Señor. ¡Si Señor!. Me dije a mi mismo, mientras trataba de acomodarme la picha, sin que se dieran cuenta el resto de mis alumnos debajo del escritorio, que había despertado nuevamente ante el llamado de la reproducción. Ella estaba ya sentada, como siempre primera en su fila; mirándome con esos ojos verdes, tan verdes como las vastas llanuras del Highland Escocés.
No sé cómo, pero lo cierto fue que me encontraba al final de clases, invitándola a que viniera a mi departamento ese fin de semana, ya que deseaba presentarle a un grupo de amigos de tertulias; y que anhelaba que ella fuera la invitada de honor para leer y recitar así de esa manera que solo ella sabía manejar los versos de Borges. A lo que ella agradeció contentísima y radiante. No sé, puedes venir con Juan Muraña, las milongas de Manuel Flores, la fundación mítica de Buenos Aires, tema del traidor y del héroe, arte poética, al vino, con el duelo ò inclusive vente hasta con el Aleph, para verte también allí tendida sobre el sofá que había en el sótano, pues yo también tenía un desván, que había acondicionado para esos instantes de dulzura, allá abajo un colchón por descubrir todos los polvos del tiempo.
Al llegar a mi hogar, lo primero que hice fue llamar al flaco Franz y al intransigente de Javier para decirles que este fin de semana ni se asomaran por mi casa, pues tenía que hacer muchas cosas importantes. La pura verdad, es que ya los conocía desde la adolescencia; eran sólo unos irreverentes, sólo querían consumir lo que no querían pagar, y si de mujeres se trataban, ellos, estaban allí primero devorándose la propiedad ajena, cuál monopolista del mercado de la carne blanca. Porque Franz de seguro que quería invitarle un chute ò un paco de esos que conseguían en Larco Mar, y de seguro que ya lo estaría viendo, con la punta de la nariz blanca, descuidado dirigiéndose a ella; - ¡Oh my God esto sí que es vida! – Observándole como experto las curvas turgentes de sus senos y sus prominentes labios carnosos. O en todo caso al convenido de Javier, queriéndosela follar ni bien terminara de secarse todo el whisky de mi bar. Para luego eructar de seguro en la cocina mientras buscaba un plato de comida guardado del día de ayer, ni bien yo consintiera tras su sarcástica pregunta ya acostumbrada: ¿Amigo mío, podría tirarme a tu invitada de esta noche, es que ahora no tengo dinero para sacar a pasear a mi enamorada y hace tiempo que no la veo con Parodi, y tu amiga esta rebuena?.- ¡Y tu entiendes que yo no me aguanto!- Pero, te cagaste acaparador de mierda, por una vez en la vida dejaría de ser su chuchumequero. Esta noche sería compartida entre Gabriella y yo, celebraríamos esa noche los cien años del nacimiento de Borges, sería una gran noche de tertulia Borgiana y nadie se metería esta vez a aguarme mi reunión, ni tú ni Franz jugaran titeretambo esta vez. Así que esa noche me justifique, con una simple llamada a cada uno de ellos y les dije que no tenía dinero para financiar la juerga de ellos esa noche. Tendrían que ir a buscar al borracho e imbécil de Toño de la Torre y Lara sólo por ese fin de semana.
De modo que había llegado le grand moment. Les juro que cuando la vi parada en la entrada del pórtico, con una blusita celeste descotada y un jean tan ceñido debajo de la cadera que asfixiaba mi imaginación, ya mi mente se puso a tocar el “atomic” de Blondie, en versión mix extendida y con un vaso bien servido de vodka tónica.
Gabriella y no Gabriela como ella me rectificó la noche que se quedó conmigo, - si, Gabriella con doble “l”.- si, simplemente había llegado al colmo de la hermosura, era doblemente atractiva por donde se le mirase, a sus veintidós años de edad, era como para salir a pasear de la mano con ella por lo largo del Sena, no, toda ella, era para ser tumbada a contemplar la envidia del Sena; mientras sus largos cabellos castaños revoloteaban de seguro entre los lacios rayos del sol, queriéndose escapar del atrevimiento.
Te me apareciste así con tus sandalias blancas como tu alma, resaltando la blancura de tus pies desnudos, y sólo me mostraste tu libro que habías traído contigo. – No me importa, intenté decirte, échate ya pronto sobre el sofá y desabróchate la blusa- Pero no, no podía decírtelo, ni te escuché cuando me preguntaste por los otros invitados, yo sólo te miré como se mira el firmamento de Lunahuana y sonreí apresurado a decirte ¿Te parece que comiences la velada por recitar los versos titulados “otro poema de los dones”? Ni bien te serbia un vaso de whisky, ya te encontrabas toda predispuesta a leer como una niña de Humbert el poema solicitado. La lascivia empezaba a despertar por entre mis genitales calientes, cual Vesubio.
- “Gracias quiero dar al divino/ laberinto de los efectos y de las causas/Por la diversidad de las criaturas/Que forman este singular universo/Por la razón, que no cesará de soñar/Con un plano del laberinto/Por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises/Por el amor, que nos deja ver a los otros/Como los ve la divinidad.”
Te observaba contra la intransigencia del tiempo, me miraste inmaculada. No, no por favor no te detengas, sigue leyendo. Cuando me acerqué detrás de ti, sabías que empezaba a excitarme del todo, y permitiste que te besara el cuello y lamiera con absoluta ternura la parte posterior de tu oreja derecha, te empecé a desabotonar la blusa, y ni te inmutaste, apenas podías leer el poema, un temblor me hizo recriminarte con dulzura; ¡Vamos mujer sigue leyendo el poema no te detengas, quiero oír tu melodiosa voz!. El sonido de los versos me endurecía la picha. ¿Acaso no la sientes dura queriendo acomodarse entre la hendidura profunda que se forma de tus erguidas nalgas sedientas de ser mancilladas?. Gabriella ante mi asombro seguía recitando los versos sin leer el libro:
- “Por el firme diamante y el agua suelta,/Por el àlgebra, palacio de precisos cristales,/Por las místicas monedas de Ángel Silesio,/Por Schopenhauer,/Que acaso descifró el universo,/Por el fulgor del fuego/Que ningún ser humano puede mirar sin un asombro antiguo,”
Hizo una pausa, sin detenerse en su arremetimiento contra mi verga y entre dulces vaivenes, me dijo, - Por favor pronuncia mi nombre completo, dime Gabriella Elizabeth, si, dilo…- Y me apretó los testículos con una perseverancia endemoniada. Sí, Gabriella Elizabeth, toda tú, doctora, mi doctora; ¡Que lastima que no seas doctora en males de amor!. Serías muy pronto una doctora en leyes, entendía y versada en la jurisprudencia, pero lo importante es que en esa cumbre innegable del tiempo, sin un pasado de por medio, te descubriste como mi doctora en sexo y hasta en la cama Gabriella Elizabeth Luyo Montero era tan bella, corriéndose sobre mi llano vientre velludo, sin dejarme un momento de suspiro glorioso.
- “Por la caoba, el cedro y el sándalo,/Por el pan y la sal,/Por el misterio de la rosa/Que prodiga color y que no lo ve,”
Así, así mi vida sigue leyendo pero no detengas el desenfreno que te humedece, te ayudé a desabotonarte el corpiño y quitarte la minúscula braga, -¿Puedo acariciar tu pubis rosado mientras lees?- Le pregunte mientras besaba su cuello, - ¡Bueno! – me dijo sin levantar la cabeza y sin detenerse en recitar los versos con los ojos bien cerrados. Al palpar su pubis y el roce delicado de su mata con mis firmes manos, rozando las carnosas desnudeces y ella empezando a interesarse en la turgencia de mi sexo encabritado, la penetré en una sola arremetida hasta lo más profundo de su vagina, era un rincón secreto y cálido, un espeso follaje vietnamita.
¡Pronuncia mi nombre! – Exclamo convulsionada, atreviéndose a quebrar el conjuro del poema, mientras cabalgaba sobre mí. – ¡shiss! No interrumpas los versos, sigue, sigue, sigue recitándolos…. – Le susurré al oído como el paciente al desfallecer en brazos de su médico de cabecera…
Iba a aclararme que lo de doctora era para cuando se graduara, pensando en detalles; pero no le deje que entrara en esas equivocaciones verbales ni tecnicismos universitarios, y cosas por el estilo ni mucho menos era el momento para dar explicaciones.
¡Ajústamelo, apriétamelo con tus labios, con el poder ardiente de tu vulva, apriétamelo! – Le exclamaba, pero en eso, ella soltó un ¡Ay! Interminable cargado de placer indescriptible, ¿Qué sucedió? Le pregunte sudoroso, - es que sentí un aguijonazo insoportable dentro de mi vagina que casi se me vienen cuatro orgasmos seguidos – Entonces, sigue recitándome los versos, sigue con esos versos vida de mi vida y hazme tocar el cielo. Después del riquísimo ¡Ay!, Gabriella intento coger el libro para seguir leyendo, a esas alturas ya no podía retener de memoria los versos, tampoco el libro:
- “Por ciertas vísperas y días de 1955,/ Por los duros troperos que en la llanura/arrean los animales y el alba,/Por la mañana en Montevideo,”
Parecíamos una pareja bailando un tango, la manera como se movía, ocupando todo el espacio de la alfombra al estirar sus gloriosas y bien contorneadas piernas que en momentos de paroxismo las entrelazaban como dos bambúes a orillas de un pantano tropical. Sus fricciones al ritmo de un tango perdido en los arrabales de la infamia y la lujuria, arremetían contra mi cuerpo, anhelando que te penetraran más de lo que el Dios falo podía otorgarle en tu nido húmedo convulsionado y danzante, estremecido al ritmo erótico boreliche.
- “Por el arte de la amistad,/Por el último día de Sócrates,/Por las palabras que en un crepúsculo se dijeron/de una cruz a otra cruz,”
Cuando la seguía oyendo recitar, mientras se movía sentada sobre mi descomunal falo, consideraba a todos los que conocía como unos fracasados, incluyendo hasta los que habían tenido éxito en la vida de parejas en matrimonio sagrado. Meros parásitos que me aburrían hasta hacerme bostezar de solo imaginarlos en su lecho marital, que no era más que una mera cripta funeraria en pasiones idas.
- “Por aquel sueño del islam que abarco/ mil noches y una noche,/por aquel otro sueño del infierno,/De la torre del fuego que purifica/ y de las esferas gloriosas,/por Swedenborg,/Que conversaba con los ángeles en las calles de Londres,/Por los ríos secretos e inmemoriables/que convergen en mi,”
Y ahora de sólo haber escuchado aquél nombre escandinavo, entre sus quejidos abruptos, que me daban libertad y me colmaban de caprichos sexuales, en una insospechada gama de sensaciones, era como un rayo invisible que recorría mi nervudo pene hasta lo más alto de mi conciencia, y ella allí sumergida en sudores de desenfreno, apreciando por el espejo que enfrente nuestro estaba, como se devoraba el instrumento del placer humano dentro de su sediento coño. No había más remedio, en definitiva yo era su gaucho, ella la gloriosa pampa por conquistar en combate de placer redimido.
- “Por el idioma que, hace siglos, hablé en Nortumbria,/Por la espada y el arpa de los sajones,/Por el mar, que es un desierto resplandeciente/Y una cifra de cosas que no sabemos,/Por la música verbal de Inglaterra,/Por la música verbal de Alemania,/Por el oro, que rulambra en los versos,/Por el épico invierno,”
Ella seguía allí, pronunciando lo impronunciable del poema, que ya entre quejidos y gritos de placer se confundía con el regocijo de oírla recitar húmeda los versos de Borges - ¡Más!, grita más fuerte – Se lo repliqué, entre quejidos y susurros de placer indomables, los ayees de un reconfortante dolor interno le atravesaban el alma, ella seguía impertérrita aferrado al miembro, chorreada en líquidos sagrados, leyendo los versos argentinos, entre su tango y su fantasía compartida.
- “Por el nombre de un libro que no he leído: Gesta dei per Francos,/ Por Verlaine, inocente como los pájaros,/ Por el prisma de cristal y la pesa de bronce,/ Por las rayas del tigre,/ Por las altas torres de San Francisco y de la isla de Manhattan,/ Por la montaña de Texas,/ Por aquel sevillano que redactó la Epístola Moral/ Y cuyo nombre, como él hubiera preferido, ignoramos,/ Por Séneca y Lucano, de Córdoba,/ Que antes del español escribieron/ Toda la literatura española,”
Yo era un ser afable, la gente en especial las mujeres siempre me habían considerado serio y de firmes decisiones, alegre e imprudente, sincero pero muy formal, descuidado muchas veces y despreocupado, pero eso si muy entrado en detalles para cuando una mujer se me abalanzaba para conquistarme con su dulzura. Ella era todo eso a la vez, y algo más, si ella se lo proponía. Sus largas piernas me sujetaban firmemente contra su cuerpo, la doctorcita leía y se movía mientras me sujetaba de sus caderas; la doctora, su tango y yo.
- “Por el geométrico y bizarro ajedrez,/ Por la tortuga de Zenón y el mapa de Royce,/ Por el olor medicinal de los eucalipto,/ Por el lenguaje, que puede simular la sabiduría,/ Por el olvido, que anula o modifica el pasado,/ Por la costumbre, /Que nos repite y nos confirma como un espejo,”
Recordaba ahora que la tenue luz dibujaba su desnudez, lo suficiente para que pudiera leer mientras yo la contemplaba divino; todo aquél tiempo consumido y desperdiciado en tantas malas mujeres de esta urbe inmunda, y no la comparé porque sería degradar el momento apreciado, deduje entonces que si ya tenía “la bolsa”, conseguida por el bienestar del acobijamiento de una ciudad luz en la lejana Europa, entonces haber estado bien con ella así amarrado en carnes por el resto del tiempo que nos quedara en este mundo terrenal, desnudos las veinticuatro horas del día amándonos sin reparo, copulados hasta el paroxismo en que nuestras venas revienten de amor. O simplemente tomando un café exprés en la terraza del Trocadero, o acariciándole los prominentes muslos por debajo de la mesita en el Café La Choppe, mientras nos atendía el mozo.
Escalé con mi lengua sus rosados senos que se mantenían levantadas y rígidas cual montañas del oriente persa, ya no podía a esas alturas sujetar el libro que por tercera vez se le escapa de las manos, a duras penas leer los versos de memoria, en susurros discretos me ordenó que bajara por su vientre y bebiera de la fuente de la vida, del cáliz de vida, la fuente que guardaba el brebaje oculto entre sus pliegues pinks, que esa noche desvelaba ante mi estupor fresco; era un hombre bohemio consuetudinario con pasión de comerse todos los coños habidos y por haber, sin mediar raza o credo. Y en esa actitud media bohemia, me equivoque cuando quise poner a tientas, un casete de música clásica mientras me chupaba la nervuda verga, y le puse la cinta de una antigua amiga de correspondencias aéreas; Valeria, cuando me grabó sus vivencias eróticas, -¡Deja ahí!- me imploraste con interés y excitada aun por la curiosidad. Pero en pleno éxtasis, mi amiga de cartas se le ocurre hacer un comentario de lo menos oportuno en aquella grabación, que se nos vino un coito interruptus al cagarnos de la risa, por la graciosa forma en que se expresó la divertida y ocurrente Valeria. Pero, aun así, Gabriella me cogió la picha muerta de risa, y se la metió a la boca lamiéndola como se lame un helado de coco con almendras. Y la cinta que seguía sonando por la grabadora. Y ella, besando el prepucio y los contornos de mi macizo miembro, se acordó de los versos, cuando le llené la boca con la espumosa leche tibia, que emanaba del capullo que golosa seguía succionando y que ella linda, bebió hasta la saciedad.
- “Por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio,/ Por la noche, su tiniebla y su astronomía,/ Por el valor y la felicidad de los otros,/ Por la patria, sentida en los jazmines/ O en una vieja espada,/ Por Whitman y Francisco de Asís, que ya escribieron el poema,/ Por el hecho de que el poema es inagotable/ Y se confunde con la suma de las criaturas/ Y no llegará jamás al último verso/ Y varía según los hombres”·
Ella estuvo asombrada desde el principio hasta el final, santiguando el ambiente con su sudor, empapada con mis corridas consecutivas que trataban de igualarla en aquel combate singular. Gabriella Elizabeth, ¿Cuántos en tus clases de Derecho aéreo comercial en la San Marcos habrían estado volando en la imaginación onanistica con solo verte sentada escuchando las clases, al cruzar las piernas como sólo tú sabías hacerlo?. Las posibilidades y probabilidades de retenerte a mi lado eran remotas, pues la forma como te saciabas y relamías mis testículos y acariciabas con la punta de tu tibia lengua el miembro rojo, me hacía pensar que eras del mundo, que pertenecías a lo terrenal, pero no importaba ya; sería su esclavo. - ¿Quieres que siga leyendo los versos, o te sigo mamando la polla? – Te atreviste insinuante a preguntarme, no te respondí cuando te vi guiñarme el ojo, mientras comenzabas una vez más con el fellatio dulce y reconfortante, - Pero, mejor lees – Le dije no porque ya no podía continuar con el miembro turgente como su clítoris, sino porque le temía a que me mordiera el caramelo hinchado que tenía dentro de su boca, y además porque hablar con la boca llena es de mala educación. Y ella obediente reinicio la lectura, mientras con sus diestras manos me masturbaba con infinita locura:
- “Por France Haslam, que pidió perdón a sus hijos/ Por morir tan despacio,/Por los minutos que preceden al sueño,/ Por el sueño y la muerte,/Esos dos tesoros ocultos,/Por los íntimos dones que no enumero,/Por la música, misteriosa forma del tiempo.”
No fue la majestuosidad de sus manos, la imponente belleza de sus dedos moviéndose y friccionando mi erecto pene, lo que hizo que me corriera en un estallido portentoso, no. Fue oírla pronunciar los versos, el epígrafe, el orgasmo infinito, las campanadas de la Obertura 1812 de Tjajkovskij, la expulsión del liquido lechoso que cayó sobre el rostro de Gabriella Elizabeth, quien en medio de mi venida herculeana, descubrió mi talón de Aquiles al acariciarme con sus largas y bien cuidadas uñas la base de las peludas pelotas descargadas de todo efluvio balsámico que en ese instante le chorreaba por el rostro del cual ella sedienta relamía por entre las comisuras de sus labios el néctar de la pasión. Desfallecidos por el placer que me proporcionaba al sentir sus uñas recorres la inmensidad de mis porongos, pedí clemencia porque ya no podía mas, el poema había llegado a su fin, también. Nuestros corazones se llenaron de sangre que se volvía chocolate y un beso aterciopelado fue la rúbrica silenciosa.

Y los días que se fueron flotando con la cotidianidad, dejando de lado nuestras tardes que se convirtieron en prolongadas noches de fogosa entrega entre Gabriella Elizabeth y los versos de Borges, ya la sombra de la incertidumbre y la bruma ajena se nos vino a posar sobre el mismo ambiente que tantas veces antes había servido para grabar nuestra pasión incólume y desmedida. Llegando justo en el momento que jamás imaginé se presentaría, en el instante menos preciso y de la forma más ridícula, un día, ella llegó a casa temprano tras la postergada práctica con sus compañeros estudiantes en el palacio de Justicia.
-¿Qué te sucede? – Pregunté extrañado cuando la vi entrar pálida y evasiva.
-Tengo que decirte algo, cariño mío – Me respondiste sin mirarme a los ojos.
Traté de acertar con tu denotada preocupación de aquella tarde, - No me digas, ¿Estas embarazada?.
-¡No, cariño!
-Entonces, ¿Qué puede ser peor que eso?- Me miraste a los ojos y esta vez palidecí yo.
-¡Hay Gabriellita! Te dije que hoy no quiero torturas ni masoquismo! No al menos los jueves – Esto lo deduje ya que a ella se le notaba que estaba con ligero pues llevaba medias negras de nylon y calzaba los tacones altos que solía ponerse cuando se iba al palacio de Justicia y al regresar me quería sorprender con nuestros juegos sexuales que solíamos tener los jueves. Pero, ella ruborizada negó la probabilidad de su apetencia. Había algo más que eso en la preocupación de su tono de voz, tras el silencio frustrado, volví a interrogarla en un momento de pavor. Pensé en su devoción por nuestro compromiso de vivir juntos y la entera pasión que había en ello. -¡Y nuestro amor divino! ¿No que lo era? Le argumente insípido ante la evidencia.
-¡Eres casada! Y me lo tenias en secreto todo este tiempo o… ¿Seguro tu marido ya regreso de viaje?
-¿? –
Y ella que se empezaba a morderse las uñas tan bien cuidadas y a mover su pierna izquierda, con ese clásico tick nervioso que desvelaste debido a tu timidez en plenas sesiones de literatura argentina, cuando te paraste frente de la clase para leer por vez primera los versos benditos.
-Nada de eso cariño mío. Quiero decirte porque no deseo que pienses nada mal de mí.- Esta vez el nervioso era yo.
-Ya sé, no me digas; ¿Tienes un novio oficial y nunca me lo mencionaste? Ya empezábamos a desesperarnos ambos, se me agotaba la felicidad también.
-¿Puedes dejar que te explique, cielo mío? – Me senté, porque ahora a mi me comenzaba a temblar las piernas.
-Te soy fiel, papito lindo.- Ahora el intransigente era yo, no fue necesario tener valor para decirle, que ya lo sabía, acaso era con el amigo ese aquel que siempre te recogía de la universidad, ¿o no?, a lo mejor era con el morocho ese catedrático de la facultad, un triste abogado de pacotilla, ¿de donde era? ¿De la San Martin creo que me dijiste?- Bizcochito mío, tu bien sabes lo mucho que te amo, sólo te amo a ti, con él es diferente, sólo…..solo…. hubo un silencio cómplice… -¿Solo hay qué? – Y no me digas bizcochito, quise agregar, pero la vi tan infantil en medio de su fatalidad.
Por supuesto que me amabas a mí, y al otro… ¿Qué? – Mira, querido mío, yo siempre te voy a tener presente, lo que pasa es que es por mis estudios profesionales – Desde cuando el amor tenía que involucrarse con los estudios Universitarios, habiendo de por medio el futuro de nuestra entera dicha.
-Es que el decano, me ha prometido llevarme a trabajar a su estudio en el Palacio de Justicia y empezar a tener un sueldo y trabajo estable, desde ahora; y además lo nuestro es sexo – Querrás decir lo “suyo” de ustedes, ya me había lanzado la mortal bomba. Le deje que terminara de explicarme, me quería desmayar de amor corrupto, allí delante de ella, como para que le duela. Pero, ella siguió firme defendiendo su argumento pueril.
-Siempre pensaré en ti, además su “cosa” no me gusta, el tuyo es más bonito y gordito como un muñeco de goma de azúcar - ¡claro!- Y encima la sinceridad fulminante de ella, que me decía sin tapujos que ya se la había mamado al desgraciado decano de su facultad. Para eso están esos viejos verdes abogados, ven una bella mujer con ganas de superarse y formarse una vida segura y ellos allí aparecen como lobos hambrientos, mascullé. Me controlé, porque siempre sabía dominar mis emociones cuando se veían pisoteadas, era algo a lo que ya me había acostumbrado; sólo le pregunté sin querer otorgar ningún favor ni beneficio de perdón. –Pero, ¿Cómo no era yo el que te hacía correrte miles de veces en una sola arremetida, con mi….cómo fue que dijiste, muñeco de mazapán, creo?- Yo que te había desvelado los sabores dulces del placer, ella que contentísima y golosa perfecciono el succionar del instrumento de su felicidad, hasta dejarlo seco y medio muerto de satisfacción. Si, al menos fuiste sincera, pero ya era notoria tu traición, yo seguía sin entender nada o al menos me resignaba a no querer comprender todo lo que me habías revelado con tu sinceridad desastrosa esa tarde.
Y quien iba a imaginar que en esa misma noche abortada, minutos más tarde apareció en mi dormitorio, desnuda con una tranquila valentía y la certeza del poder de su carne que no le borraron los severos chupetes que marcaban su infidelidad sobre su vientre, pubis y pierna izquierda, sobre el torso de su muslo, la zona más encantadora que yo tanto apetecía y no pude, créemelo perdonártelo. Tu, empezabas a venir oliendo a otro hombre, marcada en expedientes guardados en polvorientos escritorios, folios amarillentos, documentos traspapelados, el polvo de la madera vieja que se adhería sobre tu piel revolcada en antiguas casonas apolilladas, como tu conciencia y me decías que yo tenía la culpa de tu interés desmedido por el sexo, como para justificarte de tu actitud incondicional. -¿Cómo? ¿Acaso no era sólo para conseguir una plaza en el poder judicial, ò ya se la estabas mamando a toda la Fiscalía?
Me quisiste recitar el poema “Browning resuelve ser poeta” y en ese instante yo sólo quería resolver el no aborrecerte sin escarnio. - ¿Qué sucedió entre nosotros?- Acaso nuestros pecados inminentes tenían que ser compartidos con un tercero. –Es que no hay un tercero; nene, simplemente que ya le había prometido a mi decano que sería suya en su despacho, hasta que su esposa retornara del Brasil, para evitar que su esposa se dé cuenta del acto. Con la mirada buscabas el libro de poemas de Borges, mientras te quitabas la bata de seda astutamente y muy lentamente la braga de encaje negro, te quedaste en portaligas y las medias que dibujaban tus muslos a la perfección, con esos zapatos de charol de tacones alto que bien juraste los usabas solo para excitarme la conciencia. Y con ese cuerpo monumental desvelado, te plantaste sugestivamente con el libro abierto también, a quererme leer el poema que habías seleccionado con tanto ahincó, como si nada de todos esos acontecimientos me los hubieses revelado con esa sinceridad tan peculiar en ti.
-“Por estos rojos laberintos de Londres/ descubro que he elegido/ la más curiosa de las profesiones humanas,/ salvo que todas, a su modo, lo son.”
Y ahora, ¿Quién podía poner pare a su sensualidad? Querías que te acariciara el clítoris, que pellizcara tus tiesos pezones que se erguían como lanzas con mortal veneno de amor. Pero, no me deje llevar esta vez por la desmedida belleza de tu desnudes y por la exquisita entonación en tu timbre de voz adormilada, ni mucho menos por tus anchas caderas de amazona y tus frescos hombros de quinceañera o peor aún por el perfume encantado que emanaba de tu pubis dorado.
-“Como los alquimistas/ que buscaron la piedra filosofal/ en el azogue furtivo,/ haré que las comunes palabras / naipes marcados del tahúr, moneda de la plebe / rindan la magia que fue suya”

Ya todo estaba dado, incluyendo el crimen perfecto que habías cometido contra mis emociones, pues todo lo que imaginé no fue más que meras especulaciones confirmadas, una vez más pude darme cuenta que todas las mujeres al final son una misma; y que Gabriella Elizabeth era todas ellas personificada.
Huí lejos del departamento, salí sin llevar nada consigo, sólo quise escapar de la vida, hasta que no pudiera oír más su melodiosa voz y caer redimido ante la tentación de su tango que solíamos bailar entre sábanas, de esa forma tan perturbadora mientras leía a Borges. Quería que el mundo se ausentará por un largo silencio para que me ayudase a comprender mi equivoco proceder, solo, una idea firme latía dentro de mi; vagaría de seguro hacia el sur, en busca esta vez de la brevedad eterna.

viernes, 5 de junio de 2009

Un cuento corto que hace mucho tiempo escribí y que me atrevo a publicarlo, hoy.


Allí está la casita donde íbamos a ser felices como chanchos
De sólo evocarlo me mojo, como si pronunciara Tu nombre: Cecilia Lorena; Lorena Cecilia. Parece inverosímil imaginar que eras como una apetitosa fruta madura: criada sana y regada de ilusiones en tu infancia, hasta que la desgracia apareció tornada en la aridez de tu hogar, compartido con extraños de cuarta categoría; bien cuidada en apariencia y de vez en cuando sacudida suavemente por la brisa del destino, cuyo próximo soplo había de hacerte precipitar abandonando del todo el árbol de tus ensueños, frustraciones vanas que latían en el pasado perpetuado, angustias convertidas en el evangelio diario de la incertidumbre. Recordando hoy, desde la primera vez que nos vimos. De eso, cuatro años antes de partir a Europa. Conociéndote entre mis venas y nuestras lejanías aparentes; te convertiste en una encarnación de puro privilegio de aparente nostalgia. No me es admisible creerlo aún que por ti había perdido no sólo profesión, familia, épocas, sino también el hábitat conseguido con sangre y pasión allá en el lejano norte escandinavo, donde los gallinazos de tu cielo gris jamás conocerían la dicha de libertad. Naciste para ser amada tan sólo por mí, y créeme que no lo pude creer que me regresé con un par de cosas hasta este terruño desconocido ahora: Tu patria cojuda. Regresé con mi alma en el baúl y con todas las ganas de estrecharte sobre la desnudez de tu dulzura. Vine a buscarte en medio de la inmensidad urbana de esta pocilga Limeña. Ya luego, el osito tuerto de peluche de tu infancia y tú se acostumbraron a verme a diario. ¿Te acuerdas cuando no nos importó la margen de la pedantería social de esta urbe noctámbula y nos amamos en silencio entre la lejanía de dos cipreses, a la entrada de la Alianza Francesa, en tu San Isidro inolvidable? Repentinamente un vago desconsuelo me ahogaba en la nada, y allí estabas tú enseñándome a percibir el entorno ajeno como un extraño amigable sobre este mundo iluso: religión, misticismo, doctrina decadente, ingenuidad, pureza, familia, sentimientos, habían perdido su valor para mí y no me importaba nada ya. Me asqueaba tristemente, hasta que tú, con tu sonrisa de dibujos animados y tu fragancia tierna de niña-mujer, me lo enseñaste todo; a revalorar todo, toditiitito de nuevo, todo, que anteriormente en mi estado de estupor-vergüenza había abandonado su real valor, ya que nada me interesaba por esa amargura desconocida, trastocando mis emociones reales. Pero allí estaban tus besos frescos matinales, suicidando el oscuro pasado; tus hermosos despertares de cada día borrando las soledades aparentes de tu adolescencia perturbada; tu manera de guiar mi mano para que acariciara tu clítoris húmedo ya por la fragancia del alba extasiada; y recordando agradecido el gesto tierno de haberme enviado dentro de una cajita de fósforos al sol latino, como para que alumbrara mis noches largamente gélidas, cuando lejos de ti intentaba calentarme en recuerdos. Ahora, la firmeza de tu firme vientre sirviéndome de almohada para que descansen las ansias de querer ser amada lo más pronto posible, y así suavizar tus sueños de claro de luna, allí, metida en medio de la nada y del todo a la vez, dejándote acariciar toda entre cinco retratos nuestros, mientras la herida que se abría, sin cicatrizar por culpa de tu progenitora, y así sin cerrar, ajena a tu cuerpo, consagrándola en Eucaristía para nuestro privilegiado amor. ¿Y te acuerdas cuando un domingo de otoño, bajo la menuda lluvia de la ducha decidiste unirte a mí para siempre y hasta el final de nuestras vidas?, ¿Lo recuerdas? Cuando mandamos esas palomas con nuestro mensaje hasta el otro lado del mundo, dando la nueva buena a la única parejita que a bien nos tenía: el francesito aquel con su tarapotina de origen italiana, que juntos eran cómplices de todo nuestro inmaculado querer eterno, porque se los conté todo lo nuestro - incluyendo nuestras corridas cargadas de amor intenso -. ¿Recuerdas que se los mencioné en esas cartas profanas que firmamos con sangre de primera vez? Tú me enseñaste a arrancarme la careta de la vanidad; Dios mío – pensaba - ¿Por qué nos amábamos tanto?... En un arrebato de felicidad, posterior a esa mañana fresca de otoño y de compromiso y dicha, fui corriendo y saqué dinero de mi cuenta y te compré en una, esa casita - ¿Recordarías toda la dicha al verla frente a ti, de nuevo? -; aquélla por la cual suspiraste hondamente, y que ahora era toda tuya, y volvería a ver ese brillo peculiar en tus ojos radiantes y felices, al verla en Huachipa, yo sí recuerdo bien aquella tarde, porque aún llevo impregnado tu dicha que trajo esa nostalgia de anhelar vivir en esa casita de Huachipa, lejos de tu pasado calamitoso; casita rústicamente acogedora. – Iba a ser el segundo regalo más grande que podía darte, pues el primero era mi amor que te profesaba, aun en medio de todos esos juegos perversos del infierno que solías manifestarme - La pequeña casita de madera con techos de tejas y pórtico Bodense; la casita donde íbamos a ser felices como chanchos: Radiante tú, llenándola con tus cositas, libros, recortes de las secciones culturales de diarios y revistas cuantos caían en tus manos, en un afán de conservarlos como tesoro, loca por absorber cultura, tu ropita de Barbie, tu dignidad y tus compact disks de Mendelssohn, Mozart y Chaikovski; y yo, decorándola como para no perder el gusto escandinavo. Tú, tocando por las tardes el piano y yo, tocándote; tú, viviendo para mí imaginando que estamos en medio de un Lago, cuál Lago de los Cisnes; ¡Y a lo lejos la música de Wagner, que nos mojaba de pasión!, tú, compartiendo la comida vegetariana con tus “cómplices amiguitos”: Guy, Yayito, Lucky y Forrest Gump; aquellos gallitos de doble pechuga, sin garbo de caballeros carmelo pero con pasión Irlandesa, a los cuales tú salvaste una navidad de la avícola San Fernando. Yo, en cambio, echando raíces; trabajando con gusto, obviando a los testaferros inútiles de la oligarquía peruana. “Es que tú me acostumbraste.....”, te solía decir con son y en son de broma, como para alentarme y no ceder a la angustia estresante de tu patria querida. Todo, en medio de un valle. Allí en Huachipa jugaríamos a fantasear que estábamos en un bosque Nórdico, espantando a la comadreja voraz de la derrota y del aborto social, y tú, siendo mi caperuza roja, perdida por los alrededores de un gélido lago cercano a una aldea medieval. Íbamos a ser felices como chanchos de no haber sido porque te alcanzó un desconocido hechizo norteño, desconocido aun por Locky. Y en medio de un ataque de locura desacostumbrado, me habías arrojado de mi propio hogar, y hasta de nuestras comodidades fílmicas – porque hasta en eso habías sido mi guía, enseñándome a apreciar el buen cine, el arte del placer visual con sus Oscares y todo, aun en medio de tus depresiones piratas -. La confianza y el respeto se habían trocado repentinamente en gritos e insultos a muerte - ¿dónde quedó tu certeza, tu fe por mí? -. Hasta la más ignominiosa compasión era deseable. “¡Basta ya, acabemos con toda esta falsedad!”, me gritaste posesa aquella mañana de San Valentín. Yo, sin entender nada aún llevaba la confusión corriendo por entre mis venas. Y en medio de la consternación de aquella mañana en que te marchaste, dejando tirado en un rincón tu libro de Charles Baudelaire, “Las flores del mal”, que siempre solías leer como catarsis para reprimir tu autismo emocional, me puse a ver vez tras vez tu película favorita – “ Las noches salvajes”, de Cyril Collard -, que te traje de Oslo, con subtítulos en Noruego – porque yo de francés no entendía ni jota – y que era para que me la tradujeras mientras nos tocábamos con ternura y tesón. Y de recordarlo tan solo; me tocaba como para evadir mi profunda soledad de no olerte. Y a hora que recuerdo aun más detalles, como para trasgredir el desacierto de tu proceder, embrujado por una maldita madre, que supo manejar los hilos en el momento justo de su perversión; pienso en lo mucho que te gustaba jugar con tu imaginación de niña-adulta, cuando solías decirme que te imaginabas viéndote a mi lado en Marcahuasi, caminando por un sendero ascendente en medio de sensuales y dulces Franceses como Cyril Collard – todos con nuestras mochilas desteñidas al hombro- mientras que yo te iba haciendo comparaciones odiosas entre el pobre Perú y la bella Europa. ¡Siempre nos quedará un rinconcito para amarnos: Marcahuasi!, solías decirme. Pero te me fuiste repentinamente de mi vida, sin mediar nada de por medio – simplemente te alejaste tras la fuerte discusión sin sentido – y me dejaste con los crespos hechos y la casita vacía sin estrenar. Y con las ganas de interpretarme irónicamente el Concierto para piano N° 1 de Chaikovski. No sé dónde andarás ahora, ni en dónde estarás oculta en esta tierra desconocida para mí. Vivo pensando cuándo volveré a verte, para salir a buscarte y darte el encuentro a mitad del camino. Sé que son sólo meras suposiciones; aun así, jamás sabrás que una tarde, después del refrigerio en mi oficina, tuve que huir a refugiarme al baño, después de que Luis Javier – tú lo conoces, el amigo de Elleen, ese viejo verde, tremendo mañosón – quiso engatusarme como suelen hacerlo los hormonales machistas típicos de esta sociedad absurda: con suaves palabras de ternura y con voz muy varonil, se ofreció invitarme a trabajar con él, en su bufete privado de Talara. Yo no acepté y me zafé de su deshonestidad empalagadora. Sentí miedo y te extrañé horrores; en la lejanía percibí tu aroma de niña y pensé que oculta estabas abierta de piernas, y que eran tus propias manos las que te tocaban esta vez, tímida y confusa por el error; tanto te evoqué que me tocaba con pasión aferrada a mis pechos hinchados en medio de la complicidad de los muros del toilette. Sí, me masturbé hasta que mi vagina se humedeció de completa satisfacción extrema y mi clítoris del tiempo no pudo seguir más el vaivén de tu exquisito recuerdo, y me quedé quieta y bien corrida de la sed de ti, en el silencio eterno de lo que quedó.

Lima, lunes 16 de febrero de 1998. David Alonso.


El cuento pertenece a un compendio de cuentos que conforman un libro al que titulé "DE CHANCHOS Y CHANCHAS", he seleccionado este cuento corto, y dedicarselo a mi amigo que aparece en la foto, Jaime Nicolas Gamarra. Para él y su novia actual Srta Elsa Seclen, ellos que se lo merecen eso y mucho más.