David Alonso De la Cruz

miércoles, 20 de enero de 2010

Los 72 nombres de DIOS.

La Kabbalah enseña que todo ser humano comparte el mismo propósito máximo en la vida que es recibir la felicidad y plenitud total que Dios desea para nosotros. Pero mientras que esto fácil de decir, la realidad es que se necesita un verdadero trabajo espiritual para eliminar tendencias negativas que nos separan de los regalos de la vida. Una de las enseñanzas más importantes de la Kabbalah es que no estamos solos en esta tarea de la vida. Hay herramientas poderosas que nos pueden ayudar, incluyendo la misma Biblia. La Kabbalah nos dice que la Biblia no es ni un tema para discusión académica ni un libro de mandamientos y prohibiciones que deben de ser tomados literalmente. Más bien, la Biblia es un documento codificado en el cual los verdaderos secretos del universo se encuentran escondidos, incluyendo la increíble tecnología espiritual conocida como los 72 Nombres de Dios. ¿Qué son exactamente los 72 Nombres? De acuerdo a las enseñanzas kabbalistas, las 72 combinaciones únicas de las letras Hebreas del Capitulo 14 del libro del Éxodo crean una vibración espiritual que sirve como antídoto poderoso en contra de la energía negativa del ego humano y actúan como índice a unas frecuencias específicas espirituales. Simplemente mirando las letras, así como cerrando tus ojos y visualizándolas, puedes conectarte con esas frecuencias. Esta revelación es un paso hacia delante crucial en el trabajo de los Eruditos kabbalistas a través de miles de años. Cada generación nueva de justos ha avanzado en su tarea de decodificar la Biblia, cada uno basándose en el trabajo del que vino antes, cada uno contribuyendo a la sabiduría kabbalística. El propósito y compromiso del Centro de Kabbalah es de continuar este trabajo. El erudito de Kabbalah Yehudá Berg dedicó cinco años a la investigación y descubrimiento de los significados ocultos de las letras de las que constan los 72 Nombres. Su revelación ha sido un gran avance en la larga historia de la Kabbalah. La clave para conectar con el poder de los Nombres se encuentra en los pasajes bíblicos específicos en los cuales fueron descubiertos. Como describe la Biblia, 600,000 Israelitas se encontraban parados a las orillas del Mar Rojo. El faraón y el ejército Egipcio estaban persiguiéndolos. Con el agua al frente y los enemigos detrás, no parecía haber ningún lugar a donde podían ir los Israelitas. Lo único que podían hacer era pedir desesperadamente salvación a Dios. Y ¿cuál fue la respuesta del Creador a sus lamentos? Este es uno de los pasajes más estudiados y debatidos por los eruditos en la Biblia. La respuesta de Dios fue: "¿Por qué me lo piden a mi?" ¿Pero a quién mas podían llamar los Israelitas si no a Dios? Los kabbalistas explican que este pasaje contiene un mensaje codificado explicando los secretos de la naturaleza humana y la forma de superar los retos que nos encaran a lo largo de nuestra vida. En su comentario de este pasaje, el Zóhar, la fuente de toda sabiduría kabbalista, explica que en verdad no había necesidad de ayuda del Creador, porque en ese momento Moisés reveló los 72 Nombres, y la conciencia colectiva de la gente se elevó. Pero ni una sola molécula de agua se movió hasta que la gente misma se acercó físicamente hacia el mar con certeza absoluta. Solo cuando el agua les llegó al cuello, todavía manteniendo certeza absoluta que el agua se partiría, fue que se abrió el mar despejándoles el camino a su libertad. Como el Zóhar aclara, el propósito de los 72 nombres está escondido en la historia donde fueron encontrados. Los nombres son una herramienta para ayudar a la humanidad a tener control sobre el caos al controlar nuestra naturaleza física; el único obstáculo es nuestro ego. Solo al superar nuestro ego desde sus propias fundaciones nos trae control sobre el mundo físico, y ese es el propósito de los INSTRUMENTOS QUE SON LOS 72 NOMBRES. El Zóhar va más allá y explica que, a pesar de lo que podríamos llegar a pensar, nuestro ego no es en verdad quiénes somos. Más bien, los kabbalistas describen al ego como una vestimenta, una cortina que esconde la Luz de nuestra verdadera naturaleza. Nuestro propósito en este mundo es eliminar esta vestimenta que esconde nuestra verdadera esencia y potencial.

lunes, 18 de enero de 2010

Borges y el misterio de Swedenborg

Entrevista a Jorge Luis Borges sobre el visionario sueco
Entrevista de Christian Wildner (*) con Jorge Luis Borges sobre el científico y visionario suecoA continuación una entrevista realizada por Christian Wildner en 1984 a Jorge Luis Borges sobre el místico sueco que pretendió difundir un conocimiento exhaustivo de las jerarquías angélicas de los cielos y las presencias demoníacas del Infierno. Emanuel Swedenborg (Estocolmo, 1688-Londres, 1772) brilló, en la primera etapa de su vida, en el terreno de las ciencias. La última etapa de su obra explora el mundo de lo invisible con rigurosa precisión científica. Para profundizar en la vida y obra de Swedenborg recomendamos una conferencia borgeana de la que damos precisiones al final de estas breves palabras preliminares. La entrevista con Borges que aquí se presenta en torno al extraordinario sueco integra el prólogo de la edición castellana de una obra esencial de Emanuel Swedenborg: El Cielo y sus Maravillas y el Infierno, editado por editorial Kier en Buenos Aires, en 1991. Christian Wildner es también autor de la traducción de la mencionada obra, que posee el mérito adicional de ser la primera traducción completa en castellano. El título original de la obra es De Caelo et Ejus Mirabilibus et de Inferno que fue publicada por primera vez en Londres, en 1758, en latín. Luego, hubo una versión inglesa: Heaven and its Wonders and Hell, traducido por John C. Ager, que fue publicada por la Swedenborg Foundation en 1963. Esta entrevista con Jorges Luis Borges a propósito de la metafísica exploración de Swedenborg del cielo y el infierno puede ser ampliada mediante otros momentos de la obra borgiana. Estos son: 1) Dentro de la obra Prólogos con un Prólogo de Prólogos podrán hallar un prólogo borgeano a los Mystical works de Swedenborg. Fuente: Prólogo a Emanuel Swedenborg en Prólogo con un Prólogo de Prólogos (1975) en Jorge Luis Borges, Obras completas, IV, Buenos Aires, Emecé, 1996. pp. 142-150. 2) El 16 de junio de 1978 Borges le dedica una notable conferencia en torno a la vida y obra de Emanuel Swedenborg donde manifiesta que acaso el visionario sueco fue la personalidad más extraordinaria de la historia. Fuente: Conferencia sobre Emanuel Swedenborg, en Borges oral (1979) en Jorge Luis Borges, Obras completas, IV, Buenos Aires, Emecé, 1996, pp.180-197. También es de destacar el ensayo que a Swedenborg le dedica Ralph Waldo Emerson, el gran ensayista norteamericano, en su trascendente obra Hombres representativos. Fuente: Ralph Walso Emerson, "Swedenborg o el místico", en Hombres representativos, Buenos Aires, Losada, 1991, pp.66-101. Y tampoco olvidemos la novela de Honorato de Balzac inspirada en el místico sueco: Serafita. En lengua castellana, de esta obra existe una versión de Editorial Iberia S.A, con traducción del francés de Eduardo Pons Prades. E.I (*) Pedimos disculpas al Sr. Christian Wildner por la involuntaria no consignación anterior de su autoría de la entrevista y prólogo de la traducción completa por él mismo realizada de Emanuel Swedenborg, El Cielo y sus Maravillas y el Infierno, Buenos Aires, 1991, Editorial Kier. Esta traducción de la obra del místico sueco es la primera traducción completa en lengua castellana. Como ya se consignó, la entrevista es del año 1984 y la publicación de la traducción de 1991. E.I
BORGES Y EL MISTERIO DE SWEDENBORG
"Voltaire dijo que el hombre más extraordinario que registra la historia fue Carlos XII. Yo diría: quizá el hombre más extraordinario -si es que admitimos esos superlativos- fue el más misterioso de los súbditos de Carlos XII, Emanuel Swedenborg". Éstas son las palabras inaugurales de Borges en la conferencia que pronunciara en la Universidad de Belgrano sobre el místico sueco. Por la misma época en que leía la versión escrita de esa conferencia, llegaba casualmente a mis manos una novela de Balzac, una novela mística, inspirada justamente en Swedenborg: Serafita. Algún tiempo después, volví a encontrar su nombre, en una vieja colección de ensayos de Paul Valery. Habiendo agotado mis esfuerzos por hallar textos de Swedenborg en español, finalmente, y también de manera casual, di con una biografíasuya en inglés en la librería Strand de New York. Después de leerla, volví a la Strand, buscando ahora libros escritos por Swedenborg. No hallé ninguno. Por suerte un librero me informó que existía una Fundación Cultural que llevaba su nombre. Y que esa Fundación se dedicaba casi exclusivamente a la publicación de sus obras. Ahora podía elegir. Y obedeciendo a mi natural disposición, comencé a leer sus escritos teológicos y místicos. Quedé maravillado. Durante casi tres años, alternaba toda otra lectura, con su prosa sosegada, coloquial y minuciosa. Pude leer su Arcana Coelestia, donde expone lo que él llama el sentido interno o espiritual de los dos primeros Libros de la Biblia; su cosmogónica doctrina de las correspondencias; sus travesías por el mundo espiritual; y sus habituales diálogos con los espíritus, los demonios y los ángeles. Y toda esta íntima aventura del espíritu, es protagonizada por un hombre que al llegar a los cincuenta años era considerado como uno de los científicos más eminentes de su tiempo. Desde entonces, desde que descubrí el fabuloso mundo de Swedenborg, me propuse acercarme a Borges, para agradecerle el hallazgo, y para conversar con él (para oírlo hablar a él) sobre el tema. Cuando llegamos a la casa de Borges -nos había citado a las cinco de la tarde- interrumpimos una suerte de ceremonia todavía habitual entre ciertas familias; la ceremonia del té. En mangas de camisa, una impecable camisa blanca; erguido, Borges no se inclinaba para aproximarse a la taza: la elevaba hacia él, por así decirlo, como si se tratara de algún instrumento ritual. Apenas notó nuestra presencia; sin apresurarse, volvió a dejarla sobre la mesa con el mismo ademán mesurado y casi solemne. Entonces se puso de pie; y ahora sí, inclinó levemente la cabeza dándonos la bienvenida. Al mismo tiempo que nos hacía pasar a la sala con expresiones de auténtica y espontánea cortesía, volvió a tomar asiento luego de excusarse. En seguida, acompañado por la doméstica, salió de la sala. La desenvoltura, la natural simpatía, y la afabilidad de su trato, neutralizaron de entrada esa fastidiosa sensación opresiva de los prolegómenos. Cuando regresó, lucía un regio traje de color pardo claro, se había puesto una corbata de un tono algo más oscuro, y empuñaba su emblemático bastón. Ahora nos recibía como anfitrión, con todas las de la ley; había cambiado su atuendo para cumplir con otra ceremonia, la ceremonia de la hospitalidad. Se sentó en el amplio sillón de la sala, enfrente al mío, e inmediatamente recordó el tema que habíamos hablado un año atrás en el salón de lectura de la New York Library. Era el mismo que evocaríamos ahora, aquí en Buenos Aires, en su departamento de la calle Maipú; un tema recóndito y fascinante: Emanuel Swedenborg. Y Borges no aguardó la primera pregunta, era evidente que se trataba de una de sus ocupaciones predilectas: El Misterio. -"Yo escribí un prólogo a un libro sobre Swedenborg a instancias del Sr. Spiers, de la Fundación Swedenborg. Y tengo en proyecto (claro que a mi edad los proyectos son un tanto aleatorios) un libro sobre las tres salvaciones; la primera es la de Cristo, que es de carácter ético; la segunda es la de Swedenborg, que es ética e intelectual; y la tercera es la de Blake, discípulo rebelde de Swedenborg, que es ética, intelectual y estética, que se basa en las parábolas de Cristo, que él dice que son obras de arte".-Usted ya me había comentado cuando lo vi en Nueva York que pensaba escribir un libro sobre Swedenborg... -"Sí, pero ahora he pensado, que es mejor hacerlo de ese modo. Comenzando con Jesús, luego Swedenborg y luego Blake. Sería más fácil hacerlo así, ya que no se necesitarían tantos textos. Tengo la edición de Everyman's Library (cuatro volúmenes), un par de biografías, un libro por un especialista escrito en sueco y vertido al inglés ... ¿Usted quería hacerme una pregunta?" -Si. En primer lugar, me gustaría saber de qué manera conoció usted a Swedenborg.-"Lo conocí por Emerson. Porque Emerson tiene un libro: "Representative Men". Ese libro está escrito un poco a la manera de 'On Heroes Heroworship and the Heroic In History', de Carlyle, que fue de algún modo su maestro; entonces, él toma distintos tipos humanos. Recuerdo que son: Montaigne o el escéptico, Swedenborg o el místico, Shakespeare o el poeta, Napoleón o el hombre del mundo y Goethe o el escritor. Yo comencé leyendo ese libro. Ese libro lo leí en Ginebra en el año 14 o 15; y luego, mi padre tenía un ejemplar de 'Heaven and HeIl', Caelo et Inferno'; él lo tenía en una edición de la Everyman's Library. Bien, yo leí ese libro y encargué a Inglaterra los otros tres publicados por la misma editorial. Publicaron cuatro libros de Swedenborg de acuerdo con la Sociedad Swedenborg de Londres. Y luego en francés conozco solamente una versión de Caelo et lnferno'. Swedenborg fue a Inglaterra porque quería conocer a Newton, y finalmente no pudo lograrlo, qué raro, eh?Yo he hablado mucho sobre Swedenborg con el pintor y místico argentino Xul Solar, yo era muy amigo de Xul, iba a casa de él en la calle Laprida 1214, y leíamos a Swedenborg, leíamos a Blake, leíamos a los poetas alemanes, leíamos al poeta inglés Swinburne y muchos otros textos".-¿Qué impresión le dio la manera en que escribe Swedenborg? -"Bueno. Generalmente, los místicos, tienden a escribir de un modo vago; él no. La obra de él es..., yo no diré prosaica, pero sí precisa. Es un poco..., como si él hubiera ido a la China, o hubiera ido a la India y describiera lo que ha visto."-Como un científico...-"Sí, claro. El llevó esa... casi aridez, esa sequedad, esa precisión, a sus descripciones. Generalmente cuando se habla de éxtasis, se usan metáforas del amor, o metáforas del vino, metáforas arrebatadas. Pero en el caso de él no. El no busca efectos patéticos. El describe lo que ha visto. En relación a esto recuerdo algo que me dijo Xul: 'Lo que se ve en el otro mundo depende un poco de uno'. Hay un poema muy lindo de Victor Hugo que expresa muy bien esta imagen: 'Ce que dit la Bouche d'ombre', "Lo que dice la Boca de sombra"; el mismo espectro que le dice a Nerón 'Soy Mesalina', le dice a Caín 'soy Abel'. Del mismo modo, las visiones de los místicos musulmanes, de los sufíes, no concuerdan con las de los cristianos. Quiere decir que hay como fuerzas o espíritus que cada uno ve de acuerdo con sus prejuicios oconocimientos. Posiblemente esos mismos ángeles, ese mismo Cristo, que él vio de ese modo, fue visto por místicos de otra tradición de otro modo."-Usted decía hace un momento que Swedenborg viajó a Londres para conocer a Newton y que le parecía raro que no hubiera logrado hacerlo. Sin embargo en esa misma ciudad, tuvo lugar su encuentro con Cristo.-"Sí. Sé que el primer encuentro con Cristo fue en Londres, y los otros también. El estuvo además en Alemania, Holanda, los Países Bajos, pero finalmente se estableció en Londres. Tal vez el hecho de que fijara su residencia en Londres está relacionado con esa experiencia. A partir de ese momento su vida cambió totalmente. Abandonó el estudio de la ciencia; por ejemplo: la anatomía, la astronomía, las matemáticas, y se dedicó a registrar minuciosamente ese mundo espiritual. El diálogo con los ángeles empezó a ser un hecho cotidiano para él".-En el prólogo al libro de Synnestvedt sobre Swedenborg, usted afirma que hay algo incómodo en su obra; que usted piensa que él es un pensador por derecho propio, y que tal vez trató de enmarcar, o acomodar supensamiento al texto de la Biblia.-"Yo no sé si en el caso de él, pienso que es así en el caso de la cábala. En el caso de él creo que no. Además, el padre de él era obispo, obispo evangélico, luterano. El tiene que haberse criado en un ambiente muy piadoso. Yo no creo que eso le haya costado ningún esfuerzo a él. Digo, que él pensaba naturalmente en el espíritu de la Biblia. Bueno..., mi abuela, sabía de memoria la Biblia, en su familia eran metodistas. Usted hacía una cita bíblica, y ella decía, 'sí', por ejemplo: 'Libro de los Reyes, capítulo tal, versículo tal: y seguía adelante, o 'Libro de Job, capítulo tal versículo tal...' Me parece que no es tan raro eso. En Alemania hay una expresión que traducida, sería: firme en la Biblia", son las personas que saben la Biblia de memoria."-Una pregunta en relación al tema, pero vinculada más directamente con usted. ¿Alguna vez desde su infancia hasta hoy, usted percibió, sintió o intuyó la presencia del mundo angélico o trascendente?-"No sé si llamarlo angélico o trascendente. Pero sé que... bueno... Yo dos veces en mi vida he sentido el hecho de vivir fuera del tiempo. Eso me ha ocurrido.., una vez fue en Palermo, y otra vez fue en uno de los puentes detrás de la estación de Constitución. Y esas dos veces, me habían sucedido cosas, bueno, que me habían conmocionado durante el día. No sé... Una mujer me había dejado... Y de golpe estaba pensando en eso, y de pronto me vi así, en tercera persona, y sentí: 'qué puede importarme lo que le pasa a Borges, si yo soy Otra cosa; lo que me ha pasado es meramente circunstancial.' Ahora, yo no sé cuánto 'tiempo' duró ese estado; pero yo me sentí, no sé si feliz, pero como... bueno, como sereno, como arrebatado así de todo. Y he tratado de decirlo, una vez en un poema y otra vez en prosa, pero no sé si he logrado comunicar esa sensación. Cuando estuve en Japón tuve ocasión de conversar con un monje budista, y él me dijo que había alcanzado el nirvana. Yo le dije "¿Y aseguro que usted no podrá contármelo?". -'No'- respondió, claro; porque cada palabra presupone una experiencia compartida, por ejemplo; si usted está en Estados Unidos, y habla con alguien y le dice 'tal cosa tenía gusto a mate', el interlocutor no tiene porqué entenderlo si no conoce el gusto del mate... Entonces, el monje, me dijo que su experiencia del nirvana era incomunicable; que él podía hablar sobre el nirvana con otro monje que también lo había alcanzado. Que él no sabia cuánto tiempo había durado, pero que después todo era distinto para él. Le pregunté -'Distinto ¿en qué sentido?, ¿usted siente todo igual que antes?'-'Sí'- me contestó, 'entiendo perfectamente lo que usted quiere saber'. 'Yo siento soledad, siento ansiedad, siento alegría, siento dolores físicos, siento placeres físicos siento los sabores de las cosas; pero todo eso de un modo distinto después de alcanzar el nirvana'. -¿Y de ese modo es mejor?' -'Si'- me dijo, -pero yo no lo puedo explicar'. Y me di cuenta que tenía razón, que era algo inexpresable. Esto fue en Nara. En unmonasterio budista..." Un famoso irlandés -que imaginó con riguroso fervor la tercera forma de salvación postulada por Borges, la salvación por la belleza-, en otra conferencia, esta vez en la Universita Popolare Triestina, exaltó, al igual que Borges, la filiación espiritual del iracundo poeta inglés William Blake con el visionario sueco. Dice James Joyce: "...Swedenborg, que frecuentó todos los mundos invisibles durante largos años, ve en la imagen del hombre el mismísimo cielo, y a Miguel, Rafael, y Gabriel, que según él, no son tres ángeles, sino tres coros angélicos. La eternidad, que al discípulo amado y a San Agustín se les apareció bajo la forma de ciudad celestial, y al Alighieri como rosa celestial, revestía para el místico sueco las formas de hombre celestial, con todos sus miembros animados por un fluido de vida angélica que sale y vuelve a entrar, en sístole y diástole de amor y sabiduría. A partir de esta visión desarrolló el inmenso sistema de lo que él denominaba correspondencias, y que domina su obra maestra Arcana Coelestia, nuevo evangelio que, según él, anuncia la aparición del Hijo del Hombre en los cielos, prevista por San Mateo". (*)
(*) Fuente: Entrevista realizada por Christian Wildner con Jorge Luis Borges en prólogo a la traducción por él mismo realizada de Emanuel Swedenborg, El Cielo y sus Maravillas y el Infierno, Buenos Aires, 1991, Editorial Kier, pp. 15-19. Esta traducción de la mencionada obra de Swedenborg es la primera en lengua castellana.
N. de R: J.L Borges y ante sala a los MORMONES.

domingo, 10 de enero de 2010

NO MAS ENGAÑOS...BRIGHAM YOUNG UN ASESINO? ABSOLUTAMENTE...SI!

Presidente de los mormones Estadunidense -Buscado ampliamente por corrupción, desfalco y estafa internacional. Es uno de los más corruptos dentro de esa organización LUCRATIVA.
Los suicidios de mormones gays


Un testimonio sellado con sangre: Suicidios de mormones gays y la política del silencioGanador del Concurso Literario de Afirmación 2001 — Primer PremioPor Hugo SalinasVersión en español, septiembre de 2001 INFORMANCION SOBRE SUICIDIOS Y CRISIS Este ensayo contiene algunas reflexiones personales sobre los suicidios de mormones gays que recientemente investigué para Afirmación. A pesar de ser tan difícil, yo creo que es un tema fundamental. La expresión "la política del silencio" viene de un ensayo escrito por Paul Monette, en el que habla de la importancia de "salir del armario" y combatir la censura. De acuerdo con Monette, "algunos de los que tanto nos odian piensan que nuestra intención es la de adoctrinar a sus hijos. La verdad es que estamos de salvar a sus hijos del suicido"1. No sé si Paul Monette se habrá dado cuenta de que, para la comunidad mormona, sus palabras son casi una profecía. Yo creo que todos nos sentimos atrapados entre el miedo de hablar de esta horrible crisis y la desesperación de actuar. La epidemia actual de suicidios de gays mormones es un acto de terrible injusticia. Y sin embargo yo creo que el suicidio es un tema extremadamente complejo. Yo no puedo juzgar cómo es que los diferentes factores pueden haber influido las decisiones tomadas por estos gays mormones que se quitaron la vida. Además, aunque me doy cuenta de que se podría dar a estas personas el título de mártires (víctimas de la homofobia que "sellaron su testimonio con su sangre"), no me parece adecuado llamarlos mártires ni dramatizar las tristes circunstancias de sus muertes. Sobre todo, el tema de este ensayo es mi propia lucha con la política del silencio. Yo lucho con la política del silencio porque por un lado creo que la gente tiene derecho a una vida privada, y por el otro me indigno cuando veo que las instituciones usan la vida privada como pretexto para evitar responsabilidad y para distorsionar la verdad. Tal vez pueda ilustra este concepto con una noticia que recientemente investigué en los periódicos. En 1988 Ray Gordon Church, un mormón gay que estudiaba en la Universidad Estatal del Sur de Utah, fue torturado y asesinado por dos ex-presidiarios. Fue uno de los crímenes más atroces en la historia de Utah, un crimen de odio similar al asesinato de Matthew Shepard. Y a pesar de todo, cuando el crimen ocurrió, nadie osó divulgar la verdad de los hechos. "El homicidio fue, al menos en parte, un crimen de tipo sexual," insinuó el periódico The Salt Lake Tribune. Un juez del Condado de Millard impuso secreto de sumario y selló los expedientes judiciales, en parte por la brutalidad del crimen y por el hecho de que el caso tocaba de cerca a una familia muy conocida en Delta (un pueblito de Utah). Cuando el juicio finalmente empezó y se supo públicamente que Church era gay, nadie caracterizó el asesinato como un crimen de odio. No fue sino en 1994 que un lector del Salt Lake Tribune finalmente osó decir la verdad en una carta al correo de lectores: "El Tribune sugirió que [Archuleta] torturó y asesinó a Gordon Church porque la víctima era un alumno en la Universidad del Sur de Utah que solía frecuentar una tienda de Cedar City, y yo me pregunto por qué," escribió el lector. "Los medios de difusión distorsionaron la noticia. [Michael Archuleta y Lance Wood] no [mataron a Church] porque era un estudiante o porque estaba en una tienda. Lo mataron porque les pareció que Church era gay. Es lamentable que el Tribune no tenga el coraje de decir la verdad sobre este crimen inspirado por la homofobia, uno de los asesinatos más atroces en la historia de los Estados Unidos"2. Al Salt Lake Tribune le tomó doce años reconocer y desenmascarar la política del silencio. También lucho con la política del silencio porque por un lado siento un compromiso ético hacia la verdad y el conocimiento, pero por el otro tengo que reconocer que no siempre cumplo con mis altos ideales. En marzo del 2000, cuando cuatro mormones gays se suicidaron en el curso de cuatro semanas, le envié un nervioso mensaje al encargado del sitio de web de Afirmación. "¿Te parece sabio hablar de estos suicidios en el sitio de web?," le pregunté. "¿No existe el peligro de inspirar a más copiones?" Mi preocupación era bien intencionada, y sin embargo mi mensaje transmitía un aire de superioridad. Ese es el fundamento mismo de la política del silencio—la idea de que yo tengo el derecho de conocer la verdad, pero que los demás no lo tienen. Y aunque sea bien intencionada, hoy me parece que es mucho más peligroso respaldar la política del silencio. Existe además una profunda ironía en relación con todos estos suicidios y la política del silencio. Al suicidarse, todos estos mormones gays eligieron el silencio, pero al mismo tiempo hicieron una declaración conmovedora sobre los desafíos que tanto los abrumaban. Algunos de ellos llegaron a declarar explícitamente su tremenda conmoción personal. "Le ruego a los alumnos de la Universidad de Brigham Young que reconsideren si su homofobia es justa", escribió Stuart Matis en el periódico de la Universidad de Brigham Young poco antes de suicidarse. "Antes de juzgar, traten de comprender. Nosotros tenemos las mismas necesidades que ustedes. Queremos amar y ser amados. Queremos vivir vidas felices. No somos una amenaza a las demás familias". Mi amigo D.J. Thompson fue todavía más explícito en su carta de despedida. D.J. escribió: "Es lamentable que las vidas de gente tan buena como Stuart Matis, Matthew Shepard, y muchos otros, pasen inadvertidas. La Propuesta 22 es la gota que colmó el vaso. Toda mi vida he luchado por la paz, y he sido derrotado"3. En mayo del año pasado, cuando comenzamos a oír historias de mormones gays que se estaban quitando la vida, el Capítulo Wasatch de Afirmación ayudó a organizar un servicio conmemorativo en la Catedral de Saint Mark, y Duane Jennings comenzó a utilizar el slogan "Basta de muertes, basta de silencio". Participaron muchos de los que habían ayudado a organizar el servicio conmemorativo que se hizo cuando murió Matthew Shepard. Allison Bingham habló en nombre de los Servicios para la Juventud de Afirmación, y yo dije una breves palabras en memoria de mi amigo D.J. Thompson. Un año más tarde, Scott MacKay me pidió que ayudara a componer una página conmemorativa en el sitio de web de Afirmación. Acepté el desafío, en parte como un homenaje a mi amigo D.J. Las semanas que siguieron las pasé leyendo y documentando algunas de las historias más tristes que uno pueda imaginar. Un joven mormón de 25 años, activo en un lobby de Wáshington, salta desde un puente a una autopista. Un profesor de la Universidad de Brigham Young, casado y con hijos, sale de casa, pero en vez de ir al trabajo, detiene el auto junto a la carretera y se suicida de un disparo al corazón. Un joven mormón de 33 años, activo en la Iglesia, quema todas las cartas de su amante y se ahorca en su casa. Mi meta era la de documentar cada caso lo mejor posible, de ser exhaustivo y exacto, pero mi tarea se vio a menudo obstaculizada por la política del silencio. A veces las familias de un mormón gay que se quita la vida se niegan a publicar un aviso fúnebre en el periódico. A veces mienten sobre la causa de la muerte, y en algunos casos estos mormones gays mueren sin que sus familias sepan que eran gays. "Podemos usar el nombre de pila", me dijo un joven de Las Vegas que me ayudó con una historia, "pero no el apellido. Hasta el día de hoy la familia no sabe que mi amigo se suicidó porque era gay". Y para averiguar estas historias, yo también me convertí en cómplice de la política del silencio, porque nunca contacté a las familias directamente. También me convertí en cómplice de la política del silencio porque aprendí a presentarme de acuerdo a quién era mi interlocutor. A algunos les dije: "Estoy escribiendo un bosquejo biográfico sobre esta persona, y quisiera saber si podría obtener una copia de la fotografía que aparece en el anuario de la escuela". A otros les dije que estaba haciendo historia familiar. A otros, que estaba investigando suicidios en Utah (con mucho cuidado de evitar las palabras gay y mormón). Esa es una lección que aprendí cuando intenté contactar al dueño de un bar gay de Lago Salado y le expliqué a uno de sus empleados mi conexión con Afirmación. "Mi jefe odia la religión", me dijo el empleado. "Puede dejarle un mensaje, pero dudo que conteste". El empleado tenia razón: el hombre nunca respondió a mis mensajes. Al fin y al cabo, obtuve información sobre más de 20 personas que se quitaron la vida. Todos eran mormones y todos estaban tratando de reconciliar sus creencias con su sexualidad. Yo no pretendo comprender todas las circunstancias que los llevaron a suicidarse, pero creo que Robert McQueen estaba en lo cierto en su análisis de las muertes de 1965. "Mis amigos de 1965 eran buenas personas", escribió McQueen en la revista The Advocate. "Querían ser mejores, pero creyeron en la iglesia más que en sí mismos. La iglesia los rechazó por ser gays y eso los destruyó. Dudo que llegue el día en que la Iglesia Mormona acepte aunque sea una parte de la culpa"4. Hoy estoy más convencido que nunca que debemos desenmascarar la política del silencio. No es vergonzoso quitarse la vida, pero sí es vergonzoso ignorar que estos suicidios están ocurriendo. Es vergonzoso que respaldemos estos suicidios con nuestro silencio, o que desencadenemos más suicidios con mensajes de odio e intolerancia. "Si uno destruye el registro, destruye la verdad", dice Paul Monette5. Necesitamos preservar y contar las historias de estos mormones gays que se quitaron la vida, no porque sean historias ejemplares, sino porque son conmovedoras. Señalan una crisis de salud que existe entre nosotros. Esta crisis no es provocada por un virus, sino por mensajes de odio y de fanatismo. Tenemos que preservar y contar estas historias porque al igual que muchas otras enfermedades, esta crisis prospera donde hay ignorancia. Por cada suicido de un mormón gay que hemos documentado, hay muchos cuyos nombres nunca conoceremos; los detalles han sido escondidos por la política del silencio. Y por cada mormón gay o mormona lesbiana que se ha quitado la vida, hay muchos que ya se sienten muertos, porque no pueden reconciliar sus vidas con los mensajes que reciben en sus casa, en la escuela y en la iglesia. Tenemos que preservar y contar estas historias para mostrar lo que nunca debería haber ocurrido. Tenemos que preservar y contar estas historias porque admitir que han ocurrido es el primer paso para cambiar la realidad. Tenemos que contar estas historias porque si nosotros no lo hacemos, nadie lo hará. Para aquellos que se sienten deprimidos, amargados, o abrumados por el temor y la ansiedad, mi mensaje es simple: No seas cómplice de la política del silencio. Alza la voz. Hay ayuda disponible. No estás solo. Hay miles de mormones gays y mormonas lesbianas que han pasado por la misma tribulación, y la mayoría han sobrevivido y prosperado. Esto también te puede ocurrir a ti. Acéptate tal como eres y ármate de coraje para hablar con alguien de confianza. Para aquellos que son asesores o maestros en la escuela y en la iglesia, mi mensaje es simple: Nunca ridiculicen a la jovencita que no siga un modelo fijo de femineidad. Nunca se burlen de un muchacho que no satisfaga sus expectativas de masculinidad. Nunca le enseñen a la juventud que un matrimonio heterosexual en el templo es el camino real a la felicidad. Nunca enseñen que sería mejor que todos los homosexuales se murieran. Nunca enseñen que Dios le manda el SIDA a los homosexuales para castigarlos como en los días de Sodoma y Gomorra. Para los obispos y otros líderes de estaca, mi mensaje es simple: Nunca crean que ustedes entienden lo que es ser gay o ser lesbiana. Nunca amenacen con disciplina o excomunión a un alma atormentada. Y sobre todo, nunca le recomienden a nadie un supuesto "tratamiento" que es carezca de ética, base científica, y realismo. Muchos de los mormones gays que se quitaron la vida lo hicieron después de ser víctimas de tales "tratamientos." Para las autoridades generales de la iglesia, mi mensaje es simple: Déjense de hacer política en nombre de una moralidad heterosexual. Déjense de dividir familias en nombre de la decencia. Déjense de excomulgar a homosexuales en nombre de la teología. La promoción que los líderes mormones hacen de leyes anti-gays no han disminuido las tasas de divorcio e infidelidad; han incrementado la tasa de suicidios. Estas no son tácticas inteligentes para una iglesia que dice estar embarcada en la misión de promover tolerancia cultural y religiosa. Yo no le echo toda la culpa a la intolerancia de la Iglesia, pero cada vez que los líderes dicen que la homosexualidad es una perversión, cada vez que promueven leyes anti-gays, cada vez que llaman a la juventud gay al arrepentimiento, contribuyen al auto-desprecio y a la ansiedad que han llevado a tanta de nuestra gente al suicido. Hay cosas extraordinarias que ocurren cada vez que un padre, una madre, un hermano o hermana tienen el coraje de resistir la política del silencio. Mi primer ejemplo viene de la familia Matis. En marzo del 2000, después del suicidio de Stuart, Bill, el hermano de Stuart, envió una carta al periódico de la Universidad de Brigham Young. Parte de la carta declara lo siguiente: "A aquellos comparan a mi hermano con asesinos o adúlteros, me gustaría decirles que un asesino o un adúltero elige ser lo que es. Ustedes y yo no elegimos el color de nuestra piel. De igual manera, mi hermano no eligió ser homosexual. Muchos que lo conocían dicen que Stuart era una de los cristianos más genuinos que conocieron. Era un hijo, un hermano, un tío, un sobrino, un primo, y un amigo leal". Mi segundo ejemplo viene de David y de Carlie Hardy, que son los padres de un hijo gay. Una tarde de 1997, mientras el hijo sufría horriblemente por una lección sobre Sodoma y Gomorra que había recibido ese día en seminarios, la madre se reunió con el presidente de estaca. "Si no lo divulgamos, todo va a salir bien, créeme", le dijo el presidente de estaca para tranquilizarla. Esa misma tarde el hijo se cortó las venas en su recámara. Afortunadamente, el hijo sobrevivió, Y aunque el presidente de estaca quería que ellos no lo divulgaran, los Hardys se negaron a ser cómplices de la política del silencio. Comenzaron a difundir la historia de su hijo, y al hacerlo se convirtieron en enérgicos defensores contra la intolerancia y la homofobia, e influyeron positivamente la vida de muchas personas. Todos tenemos que encontrar algo que hacer—alguna forma de resistir y desenmascarar la política del silencio. Para algunos de nosotros, la resistencia consistirá en "salir del armario" y revelar nuestra identidad gay a nuestros amigos, a nuestra familia, o a nosotros mismos. Para otros, la resistencia consistirá en levantar la mano en la escuela dominical cada vez que oímos la retórica de la intolerancia y de la homofobia. Para otros, la resistencia consistirá en revelar públicamente nuestras historias, participar en foros públicos, y enviar cartas al correo de lectores en revistas y periódicos. Después de haber leído las historias de todas estas personas, documentado sus vidas y visitado sus tumbas, todavía no sé si todos estos mormones gays que se suicidaron son mártires o héroes, pero sí sé que son testigos. Sus vidas testifican de un dolor y un pesar que no podemos comprender. Sus muertes revelan una crisis sanitaria que debemos detener. Paul Monette escribió: "En mi vida adulta he aprendido que la voluntad de silenciar la verdad es, siempre y en todos lados, tan poderosa como la verdad misma. Así es que estaremos siempre en permanente lucha: Por un lado, los que luchamos por comprender las verdades que nos unen, y por el otro, los que tratan de borrarlas"7. Nuestra comunidad mormona enfrenta una tarea sobrehumana, pero si damos el primer paso, comenzaremos a avanzar en la dirección correcta. Avancemos de la negación a la aceptación, de la ignorancia a la tolerancia, del temor al diálogo. Basta de muertes, basta de silencio. Notas 1 Monette, Paul, The Politics of Silence [La política del silencio], Last Watch of the Night [Última Vigilia] (Harcourt Brace, 1994), p. 129. 2 Nelson, David, Brutal Truth [Verdad brutal], The Salt Lake Tribune, 7 de febrero de 1994, p. A7. 3 La Propuesta 22 fue una iniciativa política que cambió el lenguaje del Código Familiar de California. El nuevo código declara que solamente el matrimonio entre un hombre y una mujer es válido en California. La Iglesia Mormona montó una impresionante campaña política para respaldar esta propuesta y reunió muchos cientos de miles de dólares en favor de la campaña. 4 McQueen, Robert I., Outside the Temple Gates—The Gay Mormon [Fuera de las puertas del templo: El mormón gay], The Advocate, 13 de agosto de 1975, p. 14. 5 En The Politics of Silence [La política del silencio], p. 118. 6 The Daily Universe, 7 de marzo de 2000. 7 En The Politics of Silence [La política del silencio], p. 118.
BRIGHAM YOUNG
Esta es la verdadera historia de la Masacre de Mountain Meadows, esta es la historia verdadera contada por la nieta de John D. Lee, el hijo adoptivo de Brigham Young, perteneciente a la milicia mormona y al grupo de los Danitas (angeles de la muerte o los angeles vengadores: grupo de sacerdotes mormones, quienes hacian pactos solemnes de jámas y bajo ninguna circunstancia desmentir al profeta, y quienes asesinaban a quienes negaran el testimonio de la iglesia, y hacian cumplir el "Blood atonement" sacrificio o muerte para limpiamiento de los pecados, pues según el profeta la sangre de Jesucristo en la expiación no fué suficiente para redimir del pecado, entoncés los Danitas les daban una ayudadita...asesinandolos!)

COPIADO DEL LIBRO "MORMONISM, MAMMA & ME" (EL MORMONISMO Y YO)
Una vez más fueron enviadas órdenes del principal centro mormón, situado en Cedar City, al sur de Utah, a mi bisabuelo Lee, llamándolo a que se apartara de sus continuos y agradables deberes familiares. Su superior militar y del sacerdocio, el anciano Isaac Haight, que a la vez era presidente de la división territorial de la iglesia mormona y teniente coronel del Batallón Mormón del Condado de Iron, le ordenó a mi bisabuelo Lee que dirigiera el pillaje y el ataque a un convoy de familias que se dirigían desde Arkansas y Msuri hacia California. Mi bisabuelo escribió:
Alrededor del 7 de septiembre de 1857, fui desde mi hogar situado en Harmony a Cedar City, por orden del presidente Haight...
El quería tener una larga conversación en privado conmigo sobre un negocio en particular. Tomamos algunas mantas y nos fuimos al viejo lugar conocido como Iron Works, y allí dormimos esa noche para poder hablar en privado y con seguridad.
John D. Lee
El mormonismo puesto al descubierto,
pág. 218
Allí se convino, aquel domingo por la noche, que los que tenían autoridad en la iglesia aprobarían la destrucción de la caravana que iba con emigrantes, si eso lo podían hacer los indios. También se convino en que ellos estimularían a los indios posteriormente y los animarían a atacar el convoy y robar el ganado y los bienes.
M bisabuelo Lee continúa diciendo:
Haight dijo que había enviado a Kligensmith y a otros hacia Pinto y sus alrededores, para que estimularan a los indios y los forzaran a atacar a los emigrantes.
En camino de regreso de Cedar City a mi hogar en Harmony, me encontré con una gran banda de indios comandados por Moquetas y Big Bill, dos jefes de Cedar City; éstos estaban con ropa de guerra y completamente equipados para la batalla. Cuando se encontraron conmigo hicieron un alto, y me dijeron que habían hablado ampliamente con Haight, Hgby y Klingensmith, y de éstos habían recibido órdenes de seguir a los emigrantes y matarlos a todos, y tomar sus propiedades como despojo de sus enemigos.
Estos indios querían que yo fuera con ellos y comandara sus fuerzas. Les dije que no podía ir con ellos esa noche; que yo tenía órdenes de Haight, el gran capitán, de enviar a otros indios por el sendero que éstos utilizaban para atacar, para que ayudaran a matar a los emigrantes; y que yo tenía que atender eso primero; que yo quería que ellos continuaran la marcha hasta donde se hallaban los emigrantes y acamparan cerca de allí hasta que los otros indios se unieran con ellos; que yo los encontraría allí el día siguiente y los dirigiría.
John D. Lee El mormonismo puesto al descubierto, pág. 226
Entretanto, la alta jerarquía de los mormones estaba ocupada in- citando tanto a los indios como a los mormones. M bisabuela Raquel de Lee anotó que, la noche del 16 de agosto de 1857, el apóstol George A. Smith y su comitiva llegaron a Harmony. La mañana siguiente, él y su compañía hicieron un desfile en formación de batalla para demostrar a los oficiales de la milicia de Harmony "como disciplinar bien a los hombres". Martineau de Parowan comandaba los movimientos. A las siete de la noche se encontraron en la casa de reuniones. El presidente G.A. Smith presentó un discurso sobre el espíritu que impulsaba a los Estados Unidos de América hacia este pueblo; el discurso estuvo lleno de hostilidad y virulencia, y todos sintieron que se regocijaban en el Señor Dios de nuestros padres. (1)
Además de las órdenes militares y de los turbios sentimientos de guerra que comunicó a los santos de los últimos días, el apóstol Smith también tenía una epístola significativa para Jacob Hamblin, uno de los numerosos cuñados de mi bisabuelo Lee.
Esta carta de Brigham Young, fechada el 4 de agosto de 1857, de- signaba a Jacob Hamblin como presidente de la Misión Indígena de la Iglesia en Santa Clara. Se le ordenaba bajo juramento solemne
...que entre a desempeñar los deberes de¡ cargo inmediatamente. Continuar hacia los indios la política conciliatoria que siempre he recomendado, y buscar, mediante obras de justicia, obtener el amor y la confianza de ellos, pues ellos tienen que aprender que deben ayudarnos o, de lo contrario, los Estados Unidos de América nos matarán tanto a los unos como a los otros ... Buscar la unión de los corazones de los hermanos de esa misión, y que todos los que estén bajo su dirección estén entrelazados con los santos lazos del amor y de la unidad.
Luego seguía un párrafo en que había "abundancia de noticias" en relación con el nombramiento
... de un conjunto completo de oficiales (federales) para el Territorio. Estos nobles han de tener una escolta de 2.500 soldados regulares del Tío Sam ... que saldrán de Ft. Leavenworth el 15 de julio... el informe que corre es que ellos de alguna manera averiguarán si me van a colgar en la horca luego de someterme a juicio o sin juicio. Hay otros treinta a los cuales se tiene el propósito de juzgar. (2)
Jacob Hamblin, que estaba preocupado con respecto a sus nuevas responsabilidades de alistar a los indios para que hicieran su parte en la guerra que se aproximaba, escoltó a los principales jefes indios de su distrito para que conferenciaran con Brigham Young en Salt Lake City. El Diario de historia de la iglesia tiene la siguiente anotación el 1 de septiembre de 1857: "El hno. Jacob Hamblin llegó procedente de la Misión de Santa Clara a Salt Lake City con 12 jefes indios que habían acudido a entrevistarse con el presidente Young... El presidente tuvo una entrevista de alrededor de una hora con los indios."

Evidentemente, Brigham Young persuadió a los indios de que "deben ayudamos o, de lo contrario, los Estados Unidos de América nos matarán tanto a los unos como a los otros". Siete días después, estos jefes indios y unos 400 de sus guerreros se unieron a mi bisabuelo John D. Lee y a otros 53 líderes mormones para atacar a la caravana de colonos que se dirigía a Mountain Meadows.
En la siguiente batalla, cruel y sangrienta, para sorpresa de los rnerodeadores mormones e indios, los emigrantes tuvieron que hacer una valiente contraofensiva. Desesperada y valientemente se defendieron y defendieron a sus familias durante cinco días largos y tenebrosos con sus horribles noches. Los ancianos mormones, cansados de la larga y extenuada lucha, que habían tenido la confianza de ganar en asunto de horas, se retiraron y formaron un concilio de guerra de la iglesia. Hicieron planes para llevar la batalla a un rápido fin. Luego, como una estrategia planteada con anticipación para sacar a los emigrantes que resistían desde sus trincheras, les prometieron que conducirían a los viajeros empeñados en batalla con seguridad de regreso a Cedar City, Utah, si éstos a su vez abandonaban los fusiles y se rendían. Así lo hicieron los emigrantes, creyendo que los hombres mormones eran amistosos benefactores que los estaban defendiendo contra los indios. Con confianza marchaban valle arriba, cada uno á lado de uno de los acompañantes mormones. Cuando se dio la señal convenida que significaba: "Muchachos, cumplan su deber", cada uno de los ancianos mormones se volvió contra el indefenso emigrante que iba a su lado y despiadadamente lo mató disparándole a sangre fría. En la parte alta de¡ valle, a corta distancia, los indefensos y heridos emigrantes, que estaban siendo transportados en uno de sus propios carromatos, estaban siendo igualmente asesinados por los líderes mormones, dejando así a las mujeres y a los niños que huían alocadamente, para que los indios los asesinaran salvajemente y les arrancaran el cuero cabelludo, a fin de que los ancianos mormones no se hicieran culpables por derramar la "sangre inocente".
Un total de 127 personas: hombres mujeres y niños fueron despiadadamente asesinados por estos fanáticos ancianos mormones, todos los cuales eran destacados ancianos y obispos; y por la banda de indios que los santos de los últimos días incitaron para que robaran y asesinaran. Esta cobarde matanza total promovida por el sacerdocio mormón, y conocida como la Matanza de Mountain Meadows, ha pasado a los anales de la historia norteamericana como uno de los actos más sangrientos y crueles jamás perpetrado en nombre de la religión, y sólo fue recientemente "superado" por el baño de sangre de Guyana.
Inmediatamente después de los brutales asesinatos, parte de los hombres mormones comenzaron a matar el ganado de los emigrantes para dar de comer a los indios, con lo cual los halagaron para que se mantuvieran alejados de¡ diabólico pillaje que estaban realizando en el campamento de los emigrantes. Con gritos de júbilo tiraban ollas y sartenes, platos y ropa, mientras en la parte baja de¡ cañón, otros de su tribu y algunos hombres blancos despojaban de ropa, zapatos, dinero, relojes, cuchillos y otros objetos de valor a los cuerpos mutilados y ensangrentados de los que habían sido asesinados. A los regocijados guerreros se les permitió que hicieran una comida espléndida con toda la carne de res que pudieran devorar y también se les concedió una pequeña porción de¡ botín de la monstruosa carnicería. Esto fue lo que les concedieron sus amigos mormones en la matanza.
El cuadro en verdad tuvo que haber sido sombrío y triste cuando los mormones fatigados y salpicados de sangre, el día siguiente, transportaron a Cedar City, Utah, la mayor parte de los despojos de la guerra; el ganado de los emigrantes, carretas con sus yuntas de bueyes, bienes de¡ hogar, joyas y alhajas, junto con los 17 niños de los emigrantes que gemían en el crujiente y oscilante carro-cama, horriblemente dominados por el terror, tristes, que acababan de quedar huérfanos. Les habían perdonado la vida por cuanto se estimó que tenían tan poca edad que no podrían contar la historia de la matanza, ni incriminar a los asesinos de sus padres. Estos pequeños indefensos fueron entregados al cuidado solícito de las esposas de los ancianos mormones, cuya conciencia los recriminaba, con la siguiente orden: "Muéstrenles el amor y el afecto que puedan. Son niños huérfanos y merecen todo el cuidado y la bondad que podamos darles."
Esta conciencia culpable pudo haber sido lo que hizo que estos mismos ancianos entregaron en la oficina mormona de los diezmos de Cedar City el botín tomado de las víctimas que habían asesinado. Juanita Brooks, notable historiadora mormona y autora de varios libros bien documentados sobre los primeros días de la historia mormona, detalla cómo fue "profundamente afectada" la gente de Cedar City a causa de la matanza.
Los carretones extras que estaban en el patio de la oficina de los diezmos y los niños huérfanos que estaban en muchos hogares, los hacían tener una conciencia recriminatoria de la tragedia de Meadows...
Ahora había en los anaqueles de la oficina de los diezmos muchos pares de zapatos, atados y arreglados según su tamaño; había edredones y mantas; utensilios de cocina y platos; y algo de ropa. Había mudos susurros de camisas y vestidos ensangrentados, que fueron remojados muchísimas veces, lavados en espumas jabonosas y planchados a fin de que estuvieran listos para ser usados. También hubo susurros de las mujeres que sentían náuseas o se desmayaban por esta tarea, pero permanecían con los labios herméticamente cerrados y estoicas.
Juanita Brooks John D. Lee, pág. 225

El chivo expiatorio del mormonismo por lo sucedido en Mountain Meadows
Para mi bisabuelo Lee, junto con su parte del botín de la batalla sangrienta dirigida por el sacerdocio mormón, pronto había otros despojos de guerra, que más bien serían intangibles y no materiales: los frutos de aflicción y destrucción de la fe, de su mal encaminada obediencia a los líderes de su iglesia y a Brigham Young. Le cayó a mi bisabuelo la suerte de ser constituido en víctima que debía cargar con la vergüenza y la culpa de toda la necia matanza planeada y dirigida por el sacerdocio de la iglesia mormona; ser el chivo expiatorio que llevaría los pecados y la desgracia de¡ sórdido negocio de la iglesia mormona, y sufrir, como todos los chivos expiatorios, la pérdida de su familia, sus amigos, su hacienda y su casa. El había de pasar el resto de su vida errante, con frío, con hambre, enfermo y olvidado, escondido durante diecinueve largos años de aflicción, hasta que finalmente fue arrestado y juzgado por un tribunal de los Estados Unidos de América, y condenado a muerte.
Fue llevado para su ejecución a Mountain Meadows, donde había ayudado a matar, en nombre de Dios y de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, a más de 127 hombres, mujeres y niños. Allí, donde habían sido enterrados la mayoría de los extranjeros asesinados en una larga fosa superficial que ellos mismos habían excavado como trinchera para la batalla, y en que resueltamente se habían defendido de sus merodeadores mormones, el 23 de mazo de 1877, mi bisabuelo se enfrentó calmadamente al pelotón de fusilamiento de los Estados Unidos de América y a la muerte.
Entre sus últimas peticiones (que se les permite hacer a todos los condenados a muerte), mi bisabuelo Lee pidió que se hicieran tus fotografías de él mismo sentado sobre su ataúd, para las tres esposas que habían permanecido leales a él. Las otras lo habían abandonado cuando Brigham lo había excomulgado, trece años después de la matanza, todo por cuanto había seguido los edictos eclesiásticos de sus superiores y había ayudado a robar y a aniquilar a los viajeros.
Precisamente antes que se le colocara el pañuelo sobre los ojos, mi bisabuelo le hizo señal al fotógrafo, James Fennimore, quien estaba
ajustando la cámara cerca. "Ven acá - le dijo -, mientras le hada señas con la mano. Quiero pedirte un favor: que le proveas a cada una de mis tres esposas una de estas fotografías. "Envíales a Raque] A., a Sarah C. y a Emma B." M bisabuelo repitió lentamente los nombres de estas tres fieles compañeras que habían soportado junto con él y por él tantas aflicciones y venganzas, y le dijo a este joven amigo, que había vivido con él y con su familia en Lonely Dall: Envíaselas, por favor. ¿Harás esto?"
El señor Fennimore respondió afirmativamente. M bisabuelo se sentó en el borde del ataúd y fue tomada la fotografía. Luego, levantándose del sitio donde había estado sentado, y mirando calmadamente a los soldados y a los espectadores, les ofreció su discurso de despedida, en un tono de voz tranquilo y sin emoción.
Después de una breve oración que hizo el capellán de la cárcel, un ministro metodista de nombre George Stokes (para quien los más antiguos miembros de nuestra familia aún expresan alta consideración y profundo aprecio), ni¡ bisabuelo hizo una petición final: "Les ruego a los guardias un favor: que no me apunten a los miembros, sino al corazón... ¡Que las balas atraviesen mi corazón! ¡Que no me mutilen el cuerpo!" (3)
Cuando la palabra fatal se oyó: "¡Fuego!", de una manera clara y vigorosa en aquella helada mañana del 23 de marzo de 1877, se oyó un atronador cañonazo, y mi bisabuelo cayó hacia atrás en su ataúd, muerto e inmóvil, y su espíritu cruzó el oscuro río de la muerte, para presentarse ante el Juez de los vivos y de los muertos.
Algunos han dicho que, por medio del ministerio de¡ capellán de la cárcel, y de su benevolencia hacia mi bisabuelo mientras esperaba ser ejecutado, éste recibió a Jesucristo como su Salvador personal e hizo las paces con Dios. Me gustaría saberlo.
Pero una cosa sé: que en el tiempo en que los hermanos de la propia iglesia de mi bisabuelo lo habían traicionado flagrantemente, y lo habían abandonado absolutamente, la amistad de este clérigo metodista, y su compasión, significaron mucho para mi solitario y abandonado antepasado. Este clérigo tuvo que hal>er sido una bendición providencia, especialmente enviado por un Dios misericordioso, para acompañar y fortalecer a " bisabuelo Lee, cuando regresé por primera vez, después de haber perpetrado el horrendo crimen y de haber sufrido los brutales recuerdos. Este ministro cristiano, compasiva- mente y con oración, había buscado todos los medios para mitigar el dolor y la desesperación de] hombre que estaba condenado a muerte, sosteniéndolo en cada uno de los tortuosos pasos por el camino hacia las mandíbulas siempre hambrientas, bostezadoras, agarraderas y sin misericordia de la muerte con su inexorable finalidad, después de la cual no vale ningún poder humano, ni solicitud ni oración. Ya estaba sellado al destino final de mi bisabuelo; porque, pese a toda la predicación y las profecías en contrario presentadas por José Smith, Brigham Young y cualquiera de los otros falsos proclamadores de la salvación después de la muerte, según la Biblia, no hay redención para el alma después de la muerte. La purificación de¡ pecado por medio de la fe en la sangre "del Cordero", que fue inmolado por nuestros pecados, tiene que cumplirse aquí en la tierra porque "en el lugar que el árbol (el hombre) cayere, allí quedará" (Eclesiastés 11:3). No habrá cambio de direcciones o estaciones, porque después de la muerte viene el juicio, donde tendremos que dar cuenta en cuanto a si rechazarnos o aceptamos la sangre expiatorio de Cristo por nuestros pecados. " ... está reservado a los hombres el morir una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27). Ni siquiera uno de los libros mormones, ni ninguna versión de la Biblia menciona algún lugar intermedio para los espíritus de los muertos. No hay purgatorio, no hay prisión temporal. Para el que cree en la sangre de Jesús, hay un cielo y un paraíso. Estos son nombres de un mismo lugar. Pablo declara en 2 Corintios 12:2-4: "Sé de un hombre en Cristo, que... fue arrebatado al paraíso." En la paráfrasis la Biblia al Día, esta porción bíblico dice así: "Hace catorce años me llevaron de visita al tercer ciclo. No me pregunten si fui corporalmente o en el espíritu, porque no lo sé; sólo Dios lo sabe. Lo cierto es que estuve en el paraíso."
Pablo, al escribir a los creyentes en Cristo sobre la sangre purificadora de Jesús, declara: "Así que vivimos siempre animados, y sabiendo que entretanto que habitamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor... pero cobramos ánimo, y preferimos estar ausentes del cuerpo, y habitar en la presencia del Señor (2 Corintios 5:6,8). Para el tiempo y las circunstancias de nosotros hoy, muy claramente nos dejó Dios escrito que estamos "en el cuerpo" o "en la presencia del Señor" en el tercer ciclo, que es el paraíso.
Mensaje editado por luzhoy.

¡La restauración de mi bisabuelo Lee, 83 años después!
Una vez más, la iglesia mormona, no sólo ha dado marcha atrás, sino que ha invertido el destino de n-ú bisabuelo Lee. El 20 de abril de 1961, 83 años después de la ejecución de " bisabuelo, y casi 100 años después de la matanza por la cual él fue excomulgado, el cuerpo gobernante de la iglesia mormona aprobó "que se dé autorización para la restauración de su condición de miembro y de sus antiguas bendiciones a John D. Lee."
El siguiente mes, el 8 de mayo, los descendientes varones de mi bisabuelo Lee se presentaron como apoderados para las "obras vicarias del templo" y para los ritos que se realizaron en favor de mi bisabuelo. Estos ritos del templo incluyeron: el rebautismo por inmersión para que volvieran a ser remitidos los pecados de mi bisabuelo, la reimposición de las manos para que se le otorgara de nuevo el Espíritu Santo, la reordenación mediante la imposición de las manos para que mi bisabuelo volviera a tener los grados del sacerdocio mormón que había tenido más de cien años antes.
Luego vino el revestimiento con las vestiduras sagradas en representación de ¡ni bisabuelo, y la colocación de las vestiduras de boda sacerdotales. Por petición de él, sus vestiduras especiales de¡ templo habían sido sepultadas junto con él; fueron lanzadas apresuradamente sobre su cuerpo derribado por las balas antes que fuera bajado al sepulcro en Panguitch, Utah. Esto lo habían hecho sus dolientes hijos, a pesar de que, según el mormonismo, él ya no era digno de ellas. Pero ahora, a causa del perdón y de la restauración que recibía, presumiblemente se le permitiría usarlas.
Finalmente, y se esperaba que esta vez fuera permanentemente, vinieron las ordenanzas de¡ matrimonio vicario y el "sello para la eternidad". Si, como lo habían prometido las autoridades de los santos de los últimos días, todas sus "antiguas bendiciones" le fueron restauradas a mi bisabuelo, entonces él tuvo que haberse casado vicariamente de nuevo con todas sus diecinueve esposas que antiguamente tuvo, y que hacía tiempo se habían vuelto polvo en sus sepulcros, vestidas como novias de sus últimos maridos.
Sin embargo, si las antiguas diecinueve esposas de mi bisabuelo le fueron restauradas a su regazo y a su harén en el ciclo, ¿cómo fueron reemplazadas en el reino de¡ segundo marido estas esposas selladas dos veces, desligadas una vez, y ahora recuperadas? Uno se pregunta si aún están por suceder otros sellos y desligamientos, porque ciertamente este dilema intrincado y perverso no está aún resuelto.
Todos estos ritos de restauración a favor de mi bisabuelo tuvieron que haber sido más bien agotadores y consumidores de tiempo, puesto que se requieren dos días y varios participantes para volver a realizar estas "obras vicarias por los muertos", a favor de nuestro progenitor. Aunque estos "salvadores de sus queridos muertos" con plena fe y expectación y sinceridad trataron de rescatar a mi bisabuelo Lee, él puede estar aún "muerto en delitos y pecados". Y eso es así, a menos que, por supuesto, antes de su ejecución, él se hubiera arrepentido realmente de su pecado de incredulidad, y hubiera con- fiado en el Jesucristo verdadero como su Salvador personal.
Además, la verdadera salvación no consume tiempo. En un abrir y cerrar de ojos con sólo un rayo que se sienta de contrición hada Dios y de amorosa gratitud hacia Cristo, uno puede de la manera más cierta y permanentemente nacer de nuevo, ser rescatado de¡ pecado y de la muerte espiritual, y estar vivo con El para siempre. Todo esto hubiera podido ocurrirle a mi bisabuelo Lee, como me ocurrió a mi. Espero que le haya ocurrido. Sólo Dios lo sabe.
Yo quiero comunicarle a usted, estimado lector, como mi bisabuelo me lo comunicó a mí, la dolorosa desesperación de mi bisabuelo Lee por la impía crueldad que sus prójimos mormones y sus amigos de otro tiempo amontonaron sobre él, y sobre sus esposas y sus hijos. Impulsado por sus tres esposas leales y sus hijos, a huir para salvar la vida, éste, que una vez había sido un obispo mormón próspero y respetado, se convirtió en un fugitivo azotado por la pobreza, forzado a una dolorosa nostalgia y soledad. La excomunión, el peligro, la enfermedad, los estómagos vacíos e inflamados y los espíritus quebrantados llegaron a ser la suerte de ellos. Todos estos horrores y aún más, asediaban los lugares donde se escondían en Lonely Dell y en Lee's Ferry (su lugar de escondite en los últimos años). Pero estoy segura de que lo más perturbador de todo era la perfidia de sus superiores mormones en el sacerdocio.
Como chivo expiatorio de ellos, mi bisabuelo había sido consignado al infierno. Allí supuestamente había esperado hasta que su progenie, después de una centuria de importunidades y tal vez de mucha presión y politiqueo, finalmente lograron conseguir que se revirtiera la excomunión, no sólo para la gloria y exaltación de mi bisabuelo, sino también para gloria y exaltación de ellos mismos.
En la mayoría de las mentes mormonas, nadie puede ser sustituido o reemplazado por su progenie (a menos que haya sido adoptado por otro hombre, como mi bisabuelo había sido adoptado por Brigham Young). Por tanto, la prodigiosa posteridad de mi bisabuelo Lee había estado en una precaria situación. Según se informa, aun el santo más santificado entre ellos pudiera esperar en el lugar intermedio de prisión (el paraíso) hasta que mi bisabuelo Lee hubiera progresado hacia adelante y hacia arriba. Luego, a su turno, el que espera pudiera ocupar el lugar vacante. Y así tal vez, la preocupación de los bisnietos de Lee por su propia condición celestial fue lo que los impulsé a la diligencia con que trabajaron para que mi bisabuelo fuera restaurado en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días y para que se le devolvieron sus "antiguas bendiciones" y sus poderes sacerdotales, con lo cual clarificaron el camino para su propia exaltación algún día hacia la divinidad.
Aunque pueda parecer que sólo el egoísmo y una arrogante búsqueda de la gloria personal es lo que motiva al hombre mormón a practicar tan fielmente los ritos de su genealogía y las obras del templo, para obligar a su padre, abuelo, bisabuelo, y así ad infinitum a continuar hacia adelante a fin de que el hombre mormón pueda ocupar la estación vacante, tal no es el caso.
Gran parte de la preocupación de los padres mormones es el afán por el eterno bienestar de sus hijos, para que ellos no tengan inconveniente en su avance hacia la exaltación, la gloria y la divinidad. Esta es parte de la razón por la cual los mormones muestran diligencia en Is buenas obras, en los diezmos, en las actividades de la iglesia, en las empresas misioneras, y en el sometimiento a los que tienen la autoridad del sacerdocio mormón y a sus poderes para sellar. Que Dios bendiga a todos los mormones en todas partes con el conocimiento de corazón y la paz que Jesucristo da cuando viene el corazón y le susurra: "Consumado es." Que El me haga siempre más agradecida por el hecho de que Cristo consumó la obra que el poder convincente de¡ Espíritu Santo comenzó en mi corazón. Cuán agradecida estoy de que mi salvación fue consumada y está firmemente sellada para la eternidad en Aquel que murió para que yo viva.
Las obras de justicia que yo hago ahora de manera frágil, y para vergüenza mía, muy pobre e irregularmente, comenzaron en mi corazón aquel glorioso día cuando confié plenamente en Jesús. Entre estas buenas obras está el hecho de escribir este libro para la gloria de Dios y en honor de su querido Hijo, para que otros, mormones especialmente, sean salvos y le lleven honor y gloria al Cordero de Dios cuya sangre nos limpia de todo pecado.
Que Dios me use, y use este testimonio escrito, para atraer a muchos a Jesucristo, aunque temo que eso signifique cortar anheladas relaciones entre seres amados y amigos mormones; y que eso levantará enconados insultos contra mi y recriminaciones. Estoy consciente de que algo de eso lo merezco justamente.
Pero a Aquel que es poderoso para "salvar perpetuamente a los que por El se acercan a Dios" encomiendo todas las cosas, mi propia vida; confío en que el que comenzó esta buena obra en mí es poderoso para realizarla y para llevarme al hogar de mi madre, arriba, donde no habrá pared de separación, y mamá podrá otra vez estar orgullosa de mí. Pero, sobre todo, cantaremos para siempre:
El nuevo cántico de mamá y mío.
Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque fuiste inmolado, y con tu sangre nos compraste para Dios, de todo linaje, lengua pueblo y nación. El Cordero que ha sido inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza. Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, el honor, la gloria y el dominio, por los siglos de los siglos.
Apocalipsis 5:9,12,13

Referencias bibliográficas

1.El diario original es propiedad de la Biblioteca Henry Huntfn California.
2. Esta carta se halla en el Libro de cartas de la Iglesia, N-. 3, pág.,. 737, 738.
3. Lee, John D., Mormonism Unveiled (El Mormonismo puesto al descubierto)

sábado, 9 de enero de 2010

El beso de Judas.- Antonio Gaudí.

Leonard Euler, el más prolífico y gran matemático suizo encontró un cuadrado mágico de orden 8, en donde cada fila y cada columna suma 260, pero que además, cada fila y columna de cada uno de los cuatro subcuadrados de orden 4 que se obtienen, si partimos este cuadrado en cuatro, sumaba 130 y, adicionalmente, tal que en este "tablero mágico" de orden 8 se describe la ruta del movimiento del caballo por todo el tablero sin estar dos veces en ninguna de ellas conocido como el "PROBLEMA DEL MOVIMIENTO DEL CABALLO". De las variaciones de los cuadrados mágicos, la que más me ha llamado la atención es el de orden 4 que se incorpora en La Fachada de la Pasión del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia en Barcelona, monumental y alucinante obra de Antonio Gaudí, vemos en el beso de Judas:
Este cuadrado mágico fue inventado por Benjamín Franklin y tiene muchísimas propiedades: - Cada renglón suma 260- Cada columna suma 260- La primera mitad de cualquier renglón suma 130- La segunda mitad de cualquier renglón suma 130- La primera mitad de cada columna suma 130- La segunda mitad de cada columna suma 130- Los cuatro números de las esquinas más los cuatro números del centro suman 260- La suma de los cuatro números de cualquier cuadrado de 2 x 2 es 130- Los cuatro números de una diagonal que sube más los cuatro número de la diagonal respectiva que baja suman 260.
El gran inventor estadounidense, Benjamin Franklin, encontró el cuadrado mágico de orden 8 dado por:
Se puede comprobar, para verificar que es un cuadrado mágico, que la suma de los elemento de las filas, columnas o las dos diagonales es el mismo valor de 34, su suma mágica. Este cuadrado fue incorporado por el pintor Alberto Durero en su obra MELANCOLÍA, en la parte superior derecha de la obra y cumple algunas propiedades adicionales, como por ejemplo, incluye la fecha de la pintura en la parte inferior al centro, año 1514, la suma de las cuatro celdas centrales (10,11,6,7), las cuatro esquinas (16,13,4,1) y otras combinaciones simétricas, suman también 34, entre muchas otras propiedades, que le dan un carácter más que mágico a este cuadrado.Debo decir que existen, aparte de los dados anteriormente, varios cuadrados de orden 3 y otros muchos de orden 4, y por supuesto entre mayor tomamos el orden o tamaño de este cuadrado, será mayor la dificultad de ordenar los números de manera que se cumpla que la suma de los elementos de cada fila, columna y diagonal sea la misma. Como dato interesante, para los de orden 4, De Bessy estableció en 1693 que existen 880 cuadrados mágicos distintos. Más adelante se ha demostrado que existen 275305224 cuadrados mágicos de orden 5. Para órdenes más grandes sólo se tienen estimaciones. En donde cada fila, diagonal y columna suman 260, él mismo era apasionado por este tipo de problemas, que ocupaban sus horas de ocio mientras hacía las labores de oficinista en Filadelfia, como dato curioso, y evidencia de su genialidad, se cuenta que en una sola tarde, logró resolver el cuadrado de orden 16.

miércoles, 6 de enero de 2010

Fecha oculta y una mentira más a la HUMANIDAD entera.

¿Es verdad que Cristo no nació el 25 de diciembre?
Cierta experiencia en estos temas misteriosos me hace suponer que una lectura astrológica del nacimiento de Cristo le amargará los labios a más de un dogmático. Una vez entrevisté a una hermosa chica que decía traer un mensaje del cielo y por cada dos interesados, alguien llamaba para acusarme de hereje. En otra ocasión escribí sobre una secta que anunciaba la venida de un Mesías Negro y un funcionario municipal me pidió su dirección para cerrarles el templo. A los ortodoxos los marea la lógica y en ocasiones se erizan por el sentido común. Por eso supongo que no les va a gustar esta reseña, pero es que, para empezar, varios indicios señalan que Cristo no nació el 25 de diciembre. Con el perdón de abuelas, fervorosos y mercaderes navideños.
Es más, al dogmático y al ortodoxo les va a zapatear el hígado con esta otra perlita: es posible que Cristo haya nacido tres meses antes del mes en que lo celebramos, según deducen algunos por la presencia de pastores y otras referencias de la Biblia a detalles que solo podían registrarse antes de invierno. Como ha escrito el sacerdote chileno Miguel Mondaca, en el artículo "Navidad en setiembre" : Es notorio según el relato bíblico que Jesús no nació en invierno, porque “(...) había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño (...)” (Lucas 2:8). Los pastores estaban, por consiguiente, en el campo con sus rebaños a la intemperie y esto sería imposible el 25 de diciembre, recordemos que en el hemisferio norte el invierno comienza el 21 de diciembre y en el hemisferio sur empieza el verano.
De hecho, según explica Mondaca, la costumbre de esa región era que los pastores guardaran el ganado antes del 15 de octubre, lo que aleja más las posibilidades de que Cristo hubiera nacido un día como mañana.
También es posible que la idea de que nació en el año menos seis (-6 A.C), un error calendárico ampliamente debatido por mentes más abiertas, despierte más reticencias, pero es siempre resulta aconsejable menos bilis y más lógica. Las señales estan a la vista. Este club quiso optar por las que registra el cielo.
Una carta astral, el método elegido, es como una huella digital pintada en el cielo. Tiene sectores, coordenadas y una serie de detalles complicadísimos. Pero lo que está ahí, está y punto, no hay vuelta que darle. "El orden de los astros determina el perfil de la persona que nace bajo su influjo, de modo que el personaje histórico de Cristo, humano al fin, es pasible de una lectura de este tipo", dice Carlos Espinoza Vásquez, un cosmobiólogo conocido en ciertos círculos por haber leído cartas astrales a varios políticos prominentes, incluyendo autócratas desesperados y candidatos mesiánicos.
La estrella que refiere la Biblia probablemente fue una conjunción de planetas y astros. Los reyes magos, de quienes se cree que eran astrónomos, solo siguieron esa señal, por lo demás rara. Un programa informático de astronomía permite a Espinoza determinar una segunda fecha probable, en este caso el 28 de febrero. Ese antiquísimo día se produjo una conjunción de cuatro planetas y dos astros: Júpiter, Urano, Saturno, Venus, el Sol y la Luna. Señal de que algo importante se cocinaba en dimensiones celestes.
Para decirlo a lo Zandrox (q.e.p.d): Conjunción planetaria en el sector 6, el del Servicio, Ascendente en virgo y con el regente, Mercurio, en la casa 5, de los niños. Traduce Espinoza: "Los planetas en el sector del servicio indican que allí se cumple su misión. Ascendente en virgo lo señala como una persona de elevada pureza espiritual. Mercurio representa la enseñanza y está en la casa de los niños, a quienes es conocido que Jesús prestaba mucha atención".
Neptuno en el sector 2, de lo material. "Neptuno, que neutraliza todo, está en sector de la economía, de modo que es un hombre sin apego a los bienes terrenales".
Marte en el sector 12, de lo oculto. "quiere decir que su carácter fue controlado". (De haber nacido minutos antes, el planeta guerrero habría figurado en el sector 1, del Yo, que revela a una persona dominante. Es un punto polémico).
Plutón en el sector 12, de lo oculto, junto a Kirón. "Plutón representa las revelaciones, en este caso anuncia al que trae el conocimiento sagrado. También representa la muerte. El planeta Kirón es el curador. Juntos representan a un hombre que puede curar la muerte, que puede resucitar a los muertos".
Hasta ahora hay gente que se rebana los sesos tratando de descubrir la verdadera fecha del nacimiento de Cristo. Pero todo está más verde que pepián de albahaca. Si hasta el Papa Juan Pablo Segundo, al dar la bienvenida al Jubileo 2000, reconoció que se actuaba en base a "cálculos aproximados". En todo caso, "la agrupación de estos planetas, como en esta carta, es muy rara, y puede interpretarse como la señal de un acontecimiento extraordinario", dice Espinoza.
En algún sentido concuerda con César Pasalacua, un astrólogo védico al que, por cierto, la idea de hacer cálculos especulativos no le hace la menor gracia. "Uno no puede hablar así de Cristo, al que consideramos un maestro", señala.
El hombre dice que puede haber alguno que otro error, pero que con la fecha exacta se tendría un carta tan certera como una partida de nacimiento. Por lo menos acepta que la del 28 de febrero se acerca mucho.
"Cristo es un Sanyasi, un renunciante al mundo material. Su nacimiento marca el inicio de la era de Piscis, que lo acerca al mar, a la humanidad. De ahí la referencia a ser pescador de hombres, la multiplicación de los peces y la pesca milagrosa", dice.
Los cálculos astronómicos y su interpretación tienen carácter universal. Lo mismo ve un matemático peruano que un astrólogo hindú o uno chino. Si uno los desarrolla puede encontrar señales del tiempo en que -supuestamente- se recluyó con maestros en la India, en qué momento retomó su vida pública y cuándo empezó a enseñar. Por cierto, siguiendo la lógica de estas fechas, el año 27, cuando tenía 33 años, Marte aparece junto a Saturno, lo que señala una muerte violenta. Y están cerca de Aries: el cordero.