¡Te contaré, pues!

- Cuando el clamor de Justicia cae en oídos necios -

En cuanto el alma pierde la aureola juvenil, los generosos torneos por el aplauso son sustituidos por las egoístas competencias por el dinero. *- Santiago Ramón y Cajal.-

Confieso; solo haber querido lo mejor para mi entorno. Confieso amar a todo ser viviente en este mundo, sin menospreciar si es ave, mamífero, o acuático y haber luchado por su protección y el medio ambiente que es su hábitat natural. Confieso mi amor por la tranquilidad como bienestar para el alma y el cariño a los semejantes como ser supremo de este hábitat ya enfermo por la destrucción de su medio ambiente. Confieso haber luchado para que la ciudad donde vivo sea cada vez mejor. Confieso haber aportado las mejores ideas para que la contaminación producida por los vehículos motores llamados moto taxis, no pululen y sigan contaminado sonora y ambientalmente nuestro distrito otrora ecológico. Confieso haber dado todo de mí y sin que ninguna autoridad haya podido escucharme con honestidad y sinceridad, en los últimos cuatro años. Confieso haber dado todo de mí aún sin esperar nada a cambio ni una remuneración, dando mi tiempo todo el tiempo de cada día, para recoger el clamor del simple vecino de a pie, pobre ó con status laboral, sin embargo todos son indiferente ante la corrupción de las autoridades ediles, por eso que estas hacen lo que les da la gana. Confieso haber luchado hasta donde pude por ver los alrededores de mi hogar limpios y libres de gente de mal vivir, pero me fue imposible, la ley y las entidades que fiscalizan nunca se hacían presentes a mi cientos de miles de llamadas en las que gastaba mis pocos ahorros generando llamadas desde mi móvil, teléfono fijo de casa y sin conseguir que vinieran a tiempo la policía ni el serenazgo distrital. Y por ello, sólo recibía más indiferencia, burla y hasta ignorarme por las llamadas en exceso debido a mis constantes observaciones ante la cantidad de delincuencia y asalto de domicilios alrededor de nuestra urbanización. Confieso haber visto reuniones donde en lugar de asistir vecinos honestos representantes de las juntas directivas de las urbanizaciones que conforman el distrito donde vivo desde hace 32 años, sólo se reúnen todos los drogadictos, sinvergüenzas incultos, choferes provincianos que han venido a popular con sus motos taxis, generando un uso desmedido de este mal servicio que contamina a diario con toneladas de monóxidos el ambiente ya enrarecido de nuestro ciudad. Y todo ellos son los que respaldan a un inconsecuente burgomaestre indiferente que no le importa nada de esto sino acrecentar las riquezas de su patrimonio, bajo el pretexto de que nuestra ciudad “AVANZA” Y PROGRESA, cuando lo que es en realidad, es una polución de gente que viene a vivir en los edificios que se autorizan su construcción sin un catastro ordenado y coherente, habitando en aquellos lugares que han construido ante la decepción de muchos vecinos que quejándose oportunamente, no fueron escuchados en el municipio, y desentendiendo a los vecinos, construyeron bloques de edificios donde antes había parques, o una casa familiar hermosa y tranquila. Confieso haber sido ultrajado verbalmente bajo coacción y respaldo de miembros del serenazgo por un sinvergüenza trabajador edil, que con su uniforme de policía municipal, tiene la desfachatez de mentir a todos sus jefes inmediatos que para el colmo de la intolerancia y la sinvergüencería lo “apañen” y lo protegen para que siga faltando el respeto a mi familia, y querer silenciarme bajo amenaza de muerte. Confieso seguir en pie mientras tenga vida por buscar la justicia, la justicia que todo ser mortal tiene derecho bajo las leyes de los hombres, porque ante Dios, toda esta gente pecadora ya está condenada por su codicia, avaricia y egoísmo.

PARA MEDITAR

¡COLABORA CON LA NATURALEZA!

No destruyas los bienes que la naturaleza pone a tu disposición para que te sirvan. Coopera con los árboles que colaboran con tu vida, purificando el aire que respiras. Colabora con la pureza de las fuentes, que te proporcionan el agua para refrescar tu cuerpo. Ayuda al suelo a producir, para que haya pan abundante en la mesa de todos.

Reportaje exclusivo de la Unidad de Investigación de GCM-APERTURA

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