Cierta experiencia en estos temas misteriosos me hace suponer que una lectura astrológica del nacimiento de Cristo le amargará los labios a más de un dogmático. Una vez entrevisté a una hermosa chica que decía traer un mensaje del cielo y por cada dos interesados, alguien llamaba para acusarme de hereje. En otra ocasión escribí sobre una secta que anunciaba la venida de un Mesías Negro y un funcionario municipal me pidió su dirección para cerrarles el templo. A los ortodoxos los marea la lógica y en ocasiones se erizan por el sentido común. Por eso supongo que no les va a gustar esta reseña, pero es que, para empezar, varios indicios señalan que Cristo no nació el 25 de diciembre. Con el perdón de abuelas, fervorosos y mercaderes navideños.
Es más, al dogmático y al ortodoxo les va a zapatear el hígado con esta otra perlita: es posible que Cristo haya nacido tres meses antes del mes en que lo celebramos, según deducen algunos por la presencia de pastores y otras referencias de la Biblia a detalles que solo podían registrarse antes de invierno. Como ha escrito el sacerdote chileno Miguel Mondaca, en el artículo "Navidad en setiembre":
Es notorio según el relato bíblico que Jesús no nació en invierno, porque “(...) había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño (...)” (Lucas 2:8). Los pastores estaban, por consiguiente, en el campo con sus rebaños a la intemperie y esto sería imposible el 25 de diciembre, recordemos que en el hemisferio norte el invierno comienza el 21 de diciembre y en el hemisferio sur empieza el verano.
De hecho, según explica Mondaca, la costumbre de esa región era que los pastores guardaran el ganado antes del 15 de octubre, lo que aleja más las posibilidades de que Cristo hubiera nacido un día como mañana.
También es posible que la idea de que nació en el año menos seis (-6 A.C), un error calendárico ampliamente debatido por mentes más abiertas, despierte más reticencias, pero es siempre resulta aconsejable menos bilis y más lógica. Las señales estan a la vista. Este club quiso optar por las que registra el cielo.
Una carta astral, el método elegido, es como una huella digital pintada en el cielo. Tiene sectores, coordenadas y una serie de detalles complicadísimos. Pero lo que está ahí, está y punto, no hay vuelta que darle. "El orden de los astros determina el perfil de la persona que nace bajo su influjo, de modo que el personaje histórico de Cristo, humano al fin, es pasible de una lectura de este tipo", dice Carlos Espinoza Vásquez, un cosmobiólogo conocido en ciertos círculos por haber leído cartas astrales a varios políticos prominentes, incluyendo autócratas desesperados y candidatos mesiánicos.
La estrella que refiere la Biblia probablemente fue una conjunción de planetas y astros. Los reyes magos, de quienes se cree que eran astrónomos, solo siguieron esa señal, por lo demás rara. Un programa informático de astronomía permite a Espinoza determinar una segunda fecha probable, en este caso el 28 de febrero. Ese antiquísimo día se produjo una conjunción de cuatro planetas y dos astros: Júpiter, Urano, Saturno, Venus, el Sol y la Luna. Señal de que algo importante se cocinaba en dimensiones celestes.
Para decirlo a lo Zandrox (q.e.p.d): Conjunción planetaria en el sector 6, el del Servicio, Ascendente en virgo y con el regente, Mercurio, en la casa 5, de los niños. Traduce Espinoza: "Los planetas en el sector del servicio indican que allí se cumple su misión. Ascendente en virgo lo señala como una persona de elevada pureza espiritual. Mercurio representa la enseñanza y está en la casa de los niños, a quienes es conocido que Jesús prestaba mucha atención".
Neptuno en el sector 2, de lo material. "Neptuno, que neutraliza todo, está en sector de la economía, de modo que es un hombre sin apego a los bienes terrenales".
Marte en el sector 12, de lo oculto. "quiere decir que su carácter fue controlado". (De haber nacido minutos antes, el planeta guerrero habría figurado en el sector 1, del Yo, que revela a una persona dominante. Es un punto polémico).
Plutón en el sector 12, de lo oculto, junto a Kirón. "Plutón representa las revelaciones, en este caso anuncia al que trae el conocimiento sagrado. También representa la muerte. El planeta Kirón es el curador. Juntos representan a un hombre que puede curar la muerte, que puede resucitar a los muertos".
Hasta ahora hay gente que se rebana los sesos tratando de descubrir la verdadera fecha del nacimiento de Cristo. Pero todo está más verde que pepián de albahaca. Si hasta el Papa Juan Pablo Segundo, al dar la bienvenida al Jubileo 2000, reconoció que se actuaba en base a "cálculos aproximados". En todo caso, "la agrupación de estos planetas, como en esta carta, es muy rara, y puede interpretarse como la señal de un acontecimiento extraordinario", dice Espinoza.
En algún sentido concuerda con César Pasalacua, un astrólogo védico al que, por cierto, la idea de hacer cálculos especulativos no le hace la menor gracia. "Uno no puede hablar así de Cristo, al que consideramos un maestro", señala.
El hombre dice que puede haber alguno que otro error, pero que con la fecha exacta se tendría un carta tan certera como una partida de nacimiento. Por lo menos acepta que la del 28 de febrero se acerca mucho.
"Cristo es un Sanyasi, un renunciante al mundo material. Su nacimiento marca el inicio de la era de Piscis, que lo acerca al mar, a la humanidad. De ahí la referencia a ser pescador de hombres, la multiplicación de los peces y la pesca milagrosa", dice.
Los cálculos astronómicos y su interpretación tienen carácter universal. Lo mismo ve un matemático peruano que un astrólogo hindú o uno chino. Si uno los desarrolla puede encontrar señales del tiempo en que -supuestamente- se recluyó con maestros en la India, en qué momento retomó su vida pública y cuándo empezó a enseñar. Por cierto, siguiendo la lógica de estas fechas, el año 27, cuando tenía 33 años, Marte aparece junto a Saturno, lo que señala una muerte violenta. Y están cerca de Aries: el cordero.
Es más, al dogmático y al ortodoxo les va a zapatear el hígado con esta otra perlita: es posible que Cristo haya nacido tres meses antes del mes en que lo celebramos, según deducen algunos por la presencia de pastores y otras referencias de la Biblia a detalles que solo podían registrarse antes de invierno. Como ha escrito el sacerdote chileno Miguel Mondaca, en el artículo "Navidad en setiembre":
Es notorio según el relato bíblico que Jesús no nació en invierno, porque “(...) había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño (...)” (Lucas 2:8). Los pastores estaban, por consiguiente, en el campo con sus rebaños a la intemperie y esto sería imposible el 25 de diciembre, recordemos que en el hemisferio norte el invierno comienza el 21 de diciembre y en el hemisferio sur empieza el verano.
De hecho, según explica Mondaca, la costumbre de esa región era que los pastores guardaran el ganado antes del 15 de octubre, lo que aleja más las posibilidades de que Cristo hubiera nacido un día como mañana.
También es posible que la idea de que nació en el año menos seis (-6 A.C), un error calendárico ampliamente debatido por mentes más abiertas, despierte más reticencias, pero es siempre resulta aconsejable menos bilis y más lógica. Las señales estan a la vista. Este club quiso optar por las que registra el cielo.
Una carta astral, el método elegido, es como una huella digital pintada en el cielo. Tiene sectores, coordenadas y una serie de detalles complicadísimos. Pero lo que está ahí, está y punto, no hay vuelta que darle. "El orden de los astros determina el perfil de la persona que nace bajo su influjo, de modo que el personaje histórico de Cristo, humano al fin, es pasible de una lectura de este tipo", dice Carlos Espinoza Vásquez, un cosmobiólogo conocido en ciertos círculos por haber leído cartas astrales a varios políticos prominentes, incluyendo autócratas desesperados y candidatos mesiánicos.
La estrella que refiere la Biblia probablemente fue una conjunción de planetas y astros. Los reyes magos, de quienes se cree que eran astrónomos, solo siguieron esa señal, por lo demás rara. Un programa informático de astronomía permite a Espinoza determinar una segunda fecha probable, en este caso el 28 de febrero. Ese antiquísimo día se produjo una conjunción de cuatro planetas y dos astros: Júpiter, Urano, Saturno, Venus, el Sol y la Luna. Señal de que algo importante se cocinaba en dimensiones celestes.
Para decirlo a lo Zandrox (q.e.p.d): Conjunción planetaria en el sector 6, el del Servicio, Ascendente en virgo y con el regente, Mercurio, en la casa 5, de los niños. Traduce Espinoza: "Los planetas en el sector del servicio indican que allí se cumple su misión. Ascendente en virgo lo señala como una persona de elevada pureza espiritual. Mercurio representa la enseñanza y está en la casa de los niños, a quienes es conocido que Jesús prestaba mucha atención".
Neptuno en el sector 2, de lo material. "Neptuno, que neutraliza todo, está en sector de la economía, de modo que es un hombre sin apego a los bienes terrenales".
Marte en el sector 12, de lo oculto. "quiere decir que su carácter fue controlado". (De haber nacido minutos antes, el planeta guerrero habría figurado en el sector 1, del Yo, que revela a una persona dominante. Es un punto polémico).
Plutón en el sector 12, de lo oculto, junto a Kirón. "Plutón representa las revelaciones, en este caso anuncia al que trae el conocimiento sagrado. También representa la muerte. El planeta Kirón es el curador. Juntos representan a un hombre que puede curar la muerte, que puede resucitar a los muertos".
Hasta ahora hay gente que se rebana los sesos tratando de descubrir la verdadera fecha del nacimiento de Cristo. Pero todo está más verde que pepián de albahaca. Si hasta el Papa Juan Pablo Segundo, al dar la bienvenida al Jubileo 2000, reconoció que se actuaba en base a "cálculos aproximados". En todo caso, "la agrupación de estos planetas, como en esta carta, es muy rara, y puede interpretarse como la señal de un acontecimiento extraordinario", dice Espinoza.
En algún sentido concuerda con César Pasalacua, un astrólogo védico al que, por cierto, la idea de hacer cálculos especulativos no le hace la menor gracia. "Uno no puede hablar así de Cristo, al que consideramos un maestro", señala.
El hombre dice que puede haber alguno que otro error, pero que con la fecha exacta se tendría un carta tan certera como una partida de nacimiento. Por lo menos acepta que la del 28 de febrero se acerca mucho.
"Cristo es un Sanyasi, un renunciante al mundo material. Su nacimiento marca el inicio de la era de Piscis, que lo acerca al mar, a la humanidad. De ahí la referencia a ser pescador de hombres, la multiplicación de los peces y la pesca milagrosa", dice.
Los cálculos astronómicos y su interpretación tienen carácter universal. Lo mismo ve un matemático peruano que un astrólogo hindú o uno chino. Si uno los desarrolla puede encontrar señales del tiempo en que -supuestamente- se recluyó con maestros en la India, en qué momento retomó su vida pública y cuándo empezó a enseñar. Por cierto, siguiendo la lógica de estas fechas, el año 27, cuando tenía 33 años, Marte aparece junto a Saturno, lo que señala una muerte violenta. Y están cerca de Aries: el cordero.
El manido "aunque usted no lo crea", de Ripley, calza aquí mejor que nunca.
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