EL ORDEN DE LOS TEMPLARIOS
Los inicios de la orden
Si ha habido alguna vez un misterio histórico apasionadamente perseguido y no
comprendido con claridad ese es el de la orden del temple.
A mediados
del siglo XII en Jerusalén, en el año 1118 bajo el reinado de Balduino I,
llegaron 9 hombres entre quienes se encontraba
Godofredo de
Saint-Audemar, a quien podríamos decir que era segundo al mando ya que
se encontraban lidereados por el francés
Hugo de Payns, quien
había crecido bajo una sólida educación cristiana y un hábil manejo de las
armas. Llegaron a Jerusalén para proteger a los peregrinos que llegaban desde
Europa a tierra santa, sin embargo, de esa misión nació la orden que sería una
poderosa fuerza militar y económica no solo de los cruzados sino de toda Europa,
y que habría de despertar tantos pensamientos acerca de los misterios que
encierra su historia.
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Templario en furiosa carga de
caballería |
Tales misterios como la adoración a una "
Figura bafomética"
(de aspecto horrible, barbuda y con cuernos) la cuál algunos dicen que era la
cabeza de Juan Bautista, mientras que otros dicen que era una especie de símbolo
mágico que podría compararse con un dios, más adelante será explicado con más
detalle este tema, sin embargo cabe resaltar que en los cargos contra ellos el
que tenía mayor peso era el de la adoración a la temible figura, que era
interpretada erróneamente por los inquisidores como la figura del
diablo.
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Grabado del ser llamado Bafumet o Baphomet
realizado por Eliphas Levi, gnóstico del siglo XIX. Ésta figura en particular no
es complétamente la que figura como objeto de adoración por parte de los
templarios en las acusaciones de Felipe IV |
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Ésta es una imagen más aproximada del ídolo que
se decía que adoraban en las acusaciones realizadas por Felipe IV, puesto que se
hablaba de una cabeza barbuda y con cuernos, de aspecto
terrible |
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Hugo de Payns, el misterioso líder que inicio
la orden de los Templarios |
Cuando el rey
Balduino I los recibió en Jerusalén, les dijo
que podían acomodarse y vivir en una parte de su palacio sobre las caballerizas
del templo de salomón. Y de ahí el nombre de caballeros templarios. Algunos
especulan que fue precisamente en esa localización donde encontraron el
santo grial, que dicho sea de paso, nadie sabe qué es
exactamente. Aunque se cree que es un caliz dorado.
En un principio los
9 hombres se hicieron llamar "
los pobres soldados de cristo" y
luego fue fundada la orden de los caballeros templarios, debido talvez más a que
la gente en Jerusalén los asociaba más con el templo del rey salomón que con el
nombre con el que fue fundada la orden en un principio, aunque no hay que
olvidar que no era oficialmente aceptada por el vaticano, esto fue aceptado
hasta el concilio de troyes, como se explica más adelante. La tarea más
importante de esta orden en sus inicios era proteger a los cristianos que
viajaban principalmente en el peligroso camino que conecta al puerto de Jaffa
con Jerusalén. Cabe recalcar que durante los primeros 9 años de la orden no
admitieron ningún otro adepto, se presume, a causa de que se encontraban
realizando excavaciones secretas en busca del arca de la alianza o del santo
grial, no hay un consenso acerca de qué era lo que tenían en su poder.
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Templo de Salomón, cerca de donde los
"pobres soldados de Cristo" vivirían los primeros
años
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El historiador
Jacques de Vitry, describe con esta cita lo
que fue el origen del temple:
"Ciertos caballeros, amados por Dios y
consagrados a su servicio, renunciaron al mundo y se consagraron a Cristo.
Mediante votos solemnes pronunciados ante el Patriarca de Jerusalén, se
comprometieron a defender a los peregrinos contra los grupos de bandoleros, a
proteger los caminos y servir como caballería al soberano rey. Observaron la
pobreza, la castidad y la obediencia según la regla de los canónigos regulares.
Sus jefes eran dos hombres venerables, Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer.
Al principio no había más que nueve que tomasen tan santa decisión, y durante
nueve años sirvieron en hábitos seculares y se vistieron con las limosnas que
les daban los fieles."
La Oficialización ante la Santa Iglesia
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Bernardo de Clairvaux, el Abad que apoyó a la
orden en el proceso de oficialización |
Transcurrido cierto tiempo, en 1127, el primer maestre de la orden
Hugo de Payns, obtuvo el permiso del rey de Jerusalén para
intentar "oficializar" la orden y emprendió un viaje a Roma con el fin de
obtener una legítima aprobación del papa. En ese entonces
Balduino
I había muerto y en su lugar se encontraba
Balduino
II, primo del fallecido, fue él quien escribió la carta al Abad (título
que ostentan los superiores de los monasterios)
Bernardo de
Clairvaux ( personaje de la divina comedia, a quien Dante situa como el
único con acceso al cielo más elevado, activísimo religioso que escribía cartas
a a reyes, papas, obispos y monjes) quien los recibió calurosamente y con todos
los honores. Sorpresivamente Bernardo de Clairvaux (
San Bernardo de
Claraval) era pariente de dos de los nueve miembros de la orden del
temple: Hugo de Payns y Andrés de Montbard. Dentro de sus pensamientos estaba
precisamente el de sacralización de la milicia, por lo que fue recibida con
entusiasmo la carta de
Balduino II, y con ello el apoyo de tan
importante figura estuvo garantizado.
Bernardo de Clairvaux fue
canonizado el 18 de Enero de 1174 incluido en el calendario de los santos por el
Papa A
lejandro III.
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Sello con el cuál Bernardo de Clairvaux firmaba
sus documentos, estos sellos eran comunes en la época y denotaban prestigio
además de que en ocasiones contaban la historia del
personaje |
Después del caluroso recibimiento de
Bernardo de
Clairvaux, Hugo de payns y los cuatro acompañantes que había llevado
consigo a Europa fueron recibidos en calidad de recomendados por Bernardo de
Clairvaux, por el papa
Honorio II, en Roma. Los entonces
miembros de la aspirante a orden, habían recibido de los canónigos del Santo
Sepulcro la
regla de San Agustín, misma que
ellos profesaban (
La regla
de san Agustín se encuentra dando clic aquí) que era una normativa que
describía una serie de deberes religiosos que ellos debían llevar a cabo, sin
embargo Bernardo de Claurvaux quería algo más de la nueva orden y en la
primavera de 1128, se celebró un concilio extraordinario en Troyes, a la cuál
asistió una serie de personalidades importantes dentro del ámbito religioso
astutamente reunidos por el Avad Bernardo de Clairvaux, ya que todos estaban
vinculados a el de cierta manera, ahí fue donde él mismo, expuso los principios
y primeros servicios de la Orden. Fue así como la Orden del Temple fue
reconocida "oficialmente" como una militarización oficial de las cruzadas y
luego de esto, el apoyo de nobles y príncipes fue requerido por el concilio para
que ayudaran a la recién reconocida orden además de que se le pidió a Bernardo
de Clairvaux que redactara una regla única original para los Templarios. Dichas
leyes eran una mezcla de normas militares y normas religiosas, hacían votos de
obediencia, castidad y pobreza. También se les impuso un manto blanco como
prenda oficial y más tarde el papa
Eugenio III le agregó una
cruz de malta.
Su entrenamiento era tanto físico como espiritual, ya
que se les instruía tanto de religión como del manejo de las armas. Cuando
alguien se iniciaba en la orden de los templarios todos sus bienes (propiedades
y grandes fortunas, cuando se trataba de nobles) pasaban a manos de la orden,
así que no es raro que el poderío económico de los templarios creciera
rápidamente.
A todas estas curiosas características de la orden, se
le añade que únicamente respondían al papa y a la iglesia, de este modo, la
defensa de Jerusalén y por qué no decirlo, futuras conquistas, estaban
aseguradas. En su sentido de monjes, los templarios debían de pronunciar los
votos de pobreza, castidad y obediencia, más un cuarto voto de conquista y
conservación de tierra santa, aunque cumplir este voto significara sacrificar su
vida. Se distinguían de otras órdenes como la orden de los caballeros teutónicos
o los caballeros de San Juan de Jerusalén, las cuáles eran más bien fundadas
como instituciones de beneficiencia o caridad.
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Caballeros Templarios exhibiendo la vestimenta
típica: Cota de Malla, escudo, espada, casco y manta blanca con la cruz de
malta |
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Concilio de Troyes, donde la orden quedaba
oficialmente formada en
1128 |
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Características de la orden
Los rangos en la orden estaban organizados de la siguiente manera:
Sirvientes (aspirantes)
Escuderos
Caballeros
Priores comendadores
Maestres ( De los cuáles el primero fue Hugo de
Payns)
Gran Maestre (Equivalente a príncipe)
Viendo esta
clasificación cabe mencionar que solo los caballeros eran los que llevaban la
indumentaria con que comúnmente son identificados (manto blanco y cruz de
malta). Eran feroces combatientes y su servicio para Jerusalén era distinguido,
aunque sostenían malas relaciones con la orden de los
hospitalarios, a tal grado que para el año 1240 se habían
deteriorado a tal magnitud, que caballeros de ambos bandos luchaban entre sí en
plena calle en Acre.
Su desmesurado crecimiento material se debía a
varias razones. En 1.139 consiguieron una bula papal que les
excluía de la jurisprudencia, tanto civil como eclesiástica, con lo que no
volvieron a rendir cuentas ni a reyes ni a obispos, únicamente al Papa. Además
de los testamentos y donativos que recibían, también estaban las grandes
fortunas de los nobles que entraban a formar parte de la orden. También podían
recolectar dinero en todas las iglesias de occidente, una vez al año. Obtenían
grandes beneficios comerciales con todo el excedente que obtenían de sus granjas
y encomiendas.
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Sello de los templarios, mostrando a dos
caballeros templarios cabalgando, se dice que el número dos cobraba gran
importancia para ellos debido a que representaba la dualidad, el arriba y abajo,
que también estaba representada en la mítica figura de Baphomet, si deseas saber
más de este tema, selecciona el artículo de "Baphomet
y los Templarios" de esta web |
Para 1170, la orden de los templarios se encontraba en Francia,
Alemania, España y Portugal, y 50 años más tarde era la fuerza económica,
militar, política y religiosa más importante de Europa. Dentro de sus posesiones
se presume que estaban:
9.000 encomiendas, que eran granjas y casas
rurales
Un ejército de 30.000 caballeros (sin contar escuderos y sirvientes,
artesanos y albañiles)
Más de medio centenar de castillos
Una flota
propia de barcos (con puertos privados)
La primera banca internacional
Tales castillos construidos por los templarios eran potentes
formas de control sobre el territorio conquistado o amenazas para los
territorios por conquistar, algunos de los castillos construidos por los
templarios nunca fueron tomados, aunque sí abandonados cuando se retiraron a
Palestina en 1221. El poder y prestigio de los templarios era tal, que cuando el
rey de Aragón Alfonso I "El Batallador" murió, nombró como
herederos del reino a los Templarios, aunque claro la nobleza Aragonesa no
permitió que esto ocurriera y terminaron nombrando al Monje Ramiro
II como rey de Aragón y a García Ramírez como rey de
Navarra, no obstante tuvieron que ceder algunas propiedades y privilegios como
compensación.
Los templarios resultaron una importante fuerza a tomar en
cuenta en las campañas cruzadas en contra de los sarracenos, aunque no lograron
tomar nuevamente jerusalén ya que Saladín había unificado a los
árabes y ejercía un liderazgo ejemplar. Cuando Jerusalén fue conquistada
nuevamente por los árabes, los caballeros templarios se instalaron en Chipre, y
a partir del siglo XII se establecieron en las zonas fronterizas de Cataluña,
Aragón, Navarra y Castilla, desde donde pudieron participar en las conquistas
cruzadas.
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Almorchón es una de las antaño fortalezas
templarias ubicada en España, Ligada a la historia de Fernando III "El Santo"
tuvo que ser reconstruida por los templarios |
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Alfonso I "El
Batallador" |
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A través del tiempo los cruzados desarrollaron un excelente
sistema bancario, fueron el primer banco de transacciones del mundo. Debido a
que no pagaban impuestos ni diezmos puesto que solo respondían ante el papa, la
fortuna de los templarios creció rápidamente, eran depositarios de los tesoros
de algunos reyes.
La caída del temple
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Felipe IV "El Hermoso", quien sería el
responsable de que la orden del temple llegar a su fin acusándolos de herejía,
sodomía y blasfemia |
Uno de los reyes que depositó su tesoro en manos de los templarios
era el rey Felipe IV "El Hermoso" de Francia. Con el tiempo
acabó debiéndole a la orden y queriendo recuperar su fortuna y ambicionando
también la demás riqueza de los templarios organizó un proceso inquisitorio en
su contra apoyado por su maquiavélico canciller Guillermo de
Nogaret; juntos planearon la caida del temple en 1309 talvez también
sintiéndose amenazados por el poder militar de la orden. Fue el papa
Clemente V el que consintió que los templarios fueran acusados
de Herejes y encerrarlos para posteriores torturas que confirmaran las
acusaciones. Como es bien sabido, en muchos procesos inquisitorios o en la
mayoría se acostumbraba torturar a los acusados hasta que dijeran la verdad, y
después de esto se les torturaba más para purificar con dolor su alma. Las
acusaciones principales eran la adoración de ídolos (Baphomet o Bafumet),
sodomía (se decía que durante algunos ritos de iniciación en rituales secretos
de algún tipo de gnosis o magia, se daba el beso negro, beso en el ano) y
escupir u orinar en la cruz. Las demás acusaciones eran menores. Bajo el poder
de poderosas torturas los inquisidores obtuvieron las respuestas que querían, es
decir que los templarios confesaban que las acusaciones eran ciertas.
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Clemente V, el papa que apoyó las acusaciones
de Felipe IV "El Hermoso" |
El papa Clemente V suprimió la orden en 1312,
después del dictamen del cincilio de Vienne en 1311.
Fue así como en 1307
los templarios franceses fueron arrestados, incluido el gran maestre francés
Jaques de Moley ( Jacobo de Molay ), quien 8 años después, en
la hoguera, frente a la catedral de Nôtre-Dame, se arrepintió de todas las
acusaciones que se había visto obligado a admitir por fuerza de las duras
torturas a las que fue sometido e invitó a sus acusadores y enemigos al "juicio
del cielo" en el plazo de un año, e increíblemente Felipe IV, Guillermo
de Nogaret y el papa Clemente V murieron en dicho plazo de causas
naturales. Así como Jaques de Moley, muchos otros caballeros se arrepintieron y
negaron las confesiones que se habían visto obligados a proferir, sin embargo de
nada serviría para salvar a la orden, el daño estaba hecho y fueron quemados en
la hoguera, se dice que solo 13 pudieron escapar.
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Jaques de Molay siendo quemado vivo, como
resultado del proceso inquisitorio, invitando a sus acusadores al "juicio de
Dios" en el plazo de un año |
En España y Portugal la Orden fue refundada bajo nuevos nombres.
En Aragón, la cuenta estuvo saldada con la disolución de la orden al declarlos
inocentes en un concilio llevado a cabo en 1312 en Tarragona y sus bienes fueron
a parar a los hospitalarios al igual que en Cataluña. En Valencia, los bienes de
la orden fueron utilizados para la fundación de la Orden Montesa en 1317. En
Castillas los bienes se los agenció la corona.
Seguidamente a la caída
de los templarios, Europa se sumió en la guerra de los 100 años, una época de
horribles y cruentas guerras, principalmente entre Inglaterra y Francia. Los
caballeros que lograron huir del proceso inquisitorial fundaron nuevas órdenes,
como las siguientes:
En Portugal la de Cristo
En Finlandia la de San
Andrés
En España la Montesa
Hay escritos que señalan que un tal Marc
Larmenius, sucedió a Molay en la jefatura de la Orden en Francia.
Así fue
como acabó una orden de valerosos caballeros que inspiraron buena parte de los
relatos románticos de caballería y nobleza clásicos de la edad media, sumidos en
el misterio y exterminados por la avaricia y el temor.
Ecos de la maldición del Temple
“Dios vengará nuestra muerte. ¡Clemente, y tu también Felipe!, traidores a la palabra dada. ¡Os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!… A ti Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año”. Así ardió en la hoguera Jacques de Molay, vigesimotercer gran maestre de la Orden del Temple, apaleado y engañado el 18 de marzo de 1314. La maldición se cobró la vida del Papa al mes y la del rey de Francia en el tiempo estipulado. El canciller Guillermo de Nogaret, que acusó a los templarios de adorar al demonio Baphomet, también murió, envenenado antes de que el mundo viera otro verano. Enguerand de Marigny, el ministro de finanzas, pereció ahorcado al siguiente año. De un modo u otro todos los actores de esta trama desaparecieron.
Esta fue la consecuencia de la bula Ad providam, de 2 de mayo de 1312, por la que Clemente V disolvió a los Templarios y otorgó sus bienes a los Hospitalarios, que no pudieron evitar la depredación de Felipe el Hermoso, pues también tuvieron que entregar 200.000 libras tornesas. Un proceso inquisitorial juzgó posteriormente a los templarios, condenándolos a la hoguera.
Urdiendo el plan Maestre
La conspiración se había empezado a gestar en los salones del soberano francés Felipe el Hermoso, quien acosado por las deudas fijó su atención en las inmensas riquezas de la Orden del Templo de Salomón. Clemente V, papa cismático, con sede en Aviñón, mostró sumisión a su señor e incoó un proceso inquisitorial para disolver el Temple y quedarse con su oro. Urdió cuidadosamente su plan y convocó al Gran Maestre a sus dominios.

- Felipe IV el Hermoso.
Jacques de Molay vivía obsesionado con recuperar los Santos Lugares y por ello había organizado múltiples expediciones. Nunca recibió ni un mendrugo de pan de las majestades católicas, por lo que acudió presuroso a la llamada del Pontífice. El señuelo era la promulgación de una nueva Cruzada, así que se presentó en Francia con todo el oro y la plata de la Orden.
La Militia Christi
Los Pobres Soldados de Cristo se fundaron a finales de la Primera Cruzada en 1099. Al grito “Deus le Vult” (Dios lo quiere), miles de famélicos campesinos y hombres de armas, cientos de nobles feudales y unos pocos reyes habían cruzado Europa desde Finisterre hasta el Bósforo para reconquistar Tierra Santa a los turcos.
Recuperada Jerusalén a sangre y fuego, dos nobles francos fundaron la Orden con el noble propósito de escoltar y defender a los peregrinos de los salteadores y guardar el Santo Sepulcro. Obligados a dormir con su blusón, y vestidos con calzones de hierro, esta casta de monjes guerreros portaban los evangelios en la diestra y una maza en la siniestra. Sus vestiduras blancas llevaban cosida la baucent, la cruz bermellón, que simbolizaba la pureza del espíritu.
Con la pérdida del último baluarte cristiano, San Juan de Acre, la misión fundacional de los templarios dejó de tener sentido, y en
focaron sus energías en el comercio; de hecho,
se convirtieron en banqueros de reyes. Residieron un tiempo en Chipre, pero pronto trasladaron su sede a París. Felipe el Hermoso odiaba a la Orden, pero la necesitaba. Estaba arruinado. Por ello se valió de su canciller Guillermo de Nogaret para verter acusaciones sobre los templarios.
Antes de tener a su disposición al sumiso Clemente, el soberano ya tuvo un conflicto con el anterior ocupante de la silla de San Pedro, el papa Bonifacio VIII. Un militar italiano, Sciara Colonna, abofeteo y apresó a Bonifacio en la villa Agnani en 1303 . La plebe se sublevó contra los 300 jinetes del condottiero, y rescató al vicario de Cristo, que logró escapar, muriendo poco después, no sin antes excomulgar a Felipe. Éste finalmente consigue hacerse con los servicios de un pontífice atado en corto, Clemente V.
Nogaret dio la orden de que se prendiera a todos los templarios simultáneamente en todo el país. Era viernes 13 de octubre, día que quedó desde entonces identificado con la mala suerte.
Una hoguera sobre el Sena

- La maldición del último Gran Maestre.
No se libró ni uno, todos fueron torturados o amenazados con promesas de dolor, desde el Gran Maestre hasta el más humilde sargento. El Papa tuvo un golpe de culpabilidad y anuló toda la acusación del proceso por no haber sido obtenida lícitamente. Pero nada sirvió, los padecimientos produjeron mentiras, y este falso testimonio prevaleció. Felipe autonombrado “Defensor de la Fe” dio alas al proceso y Clemente no tuvo otra opción que bajar la cabeza y acusar a la orden de herejía.
En una plataforma instalada a las afueras de la catedral de Notre-Dame, Jacques de Molay se recompuso y defendió su inocencia, y ofreció el sacrificio de su propia vida. Murió atado a una estaca en la isla sobre el río Sena, “purificado” por el fuego redentor en el día de la Candelaria, 18 de marzo de 1314. Los verdugos alimentaron la pira con leños húmedos para que la agonía se prolongara en el tiempo. Los tesoros del Temple se los repartieron el Rey, el Papa y la Orden de San Juan.