Sumeria (Sumer, Shumer o Shinar) (escrito en cuneiforme KI.EN.GI)[1] es una región histórica del Oriente Medio que formaba la parte sur de la antigua Mesopotamia, entre las planicies aluviales de los ríos Éufrates y Tigris. La civilización sumeria está considerada como la primera y más antigua civilización del mundo. La procedencia de sus habitantes, los sumerios, es incierta y existen numerosas hipótesis: la más aceptada hoy en día es la que argumenta que no hubo una ruptura cultural con el período de Uruk y que por lo tanto no tuvieron que ver factores externos, como podían ser invasiones o migraciones de otros territorios lejanos.
El término "sumerio" también se aplica a todos los hablantes de la lengua sumeria. En la lengua sumeria esta región era denominada Kengi (ki), equivalente al acadio mat Sumeri, esto es, la «tierra de Súmer»
El término "sumerio" también se aplica a todos los hablantes de la lengua sumeria. En la lengua sumeria esta región era denominada Kengi (ki), equivalente al acadio mat Sumeri, esto es, la «tierra de Súmer»
El término "Sumerio" es el nombre común dado a los antiguos habitantes del sur de la Mesopotamia por sus sucesores, los semitas Acadios. Los sumerios se llamaban a sí mismos sag-giga, que significa literalmente "El pueblo de cabezas negras". La palabra Acadiana Shumer puede representar este nombre en el dialecto, pero se desconoce por qué los Acadios llamaron Shumeru a las tierras del sur. Algunas palabras como la bíblica Shinar, la egipcia Sngr, o la Hitita Šanhar(a) pueden haber sido variantes de Šumer. De acuerdo al historiador babilonio Beroso, los sumerios fueron "extranjeros de caras negras".
Idioma sumerio
Hablado en antiguamente hablada en Mesopotamia
Región sur de Mesopotamia
Hablantes lengua muerta
Familia Lengua aislada
El sumerio es la lengua de la antigua Sumer, que se habló en el sur de Mesopotamia desde por lo menos el IV milenio a.C. Fue sustituido por el acadio como lengua hablada hacia el 1900 a. C., pero continuó siendo usado como lengua sagrada, ceremonial y científica en Mesopotamia hasta comienzos de nuestra era. A partir de ese momento entró en el olvido hasta el siglo XIX. El sumerio no está relacionado con las demás lenguas de la zona (porque no es ni semita ni camita (no es camito-semítica) ni indoeuropea ni elamo-drávida (grupo, este último, al que pertenece la lengua elamita, por ejemplo) y se considera una lengua aislada.
El sumerio es la primera lengua escrita conocida. Su escritura, llamada cuneiforme por la forma de cuña de sus trazos, se empleó más tarde para el acadio, el ugarítico, el elamita, etc. También se adaptó para lenguas indoeuropeas como el hitita, que además poseía una escritura jeroglífica como los egipcios aunque independiente de esta última. También el persa aqueménida adoptó la escritura cuneiforme.
Hablado en antiguamente hablada en Mesopotamia
Región sur de Mesopotamia
Hablantes lengua muerta
Familia Lengua aislada
El sumerio es la lengua de la antigua Sumer, que se habló en el sur de Mesopotamia desde por lo menos el IV milenio a.C. Fue sustituido por el acadio como lengua hablada hacia el 1900 a. C., pero continuó siendo usado como lengua sagrada, ceremonial y científica en Mesopotamia hasta comienzos de nuestra era. A partir de ese momento entró en el olvido hasta el siglo XIX. El sumerio no está relacionado con las demás lenguas de la zona (porque no es ni semita ni camita (no es camito-semítica) ni indoeuropea ni elamo-drávida (grupo, este último, al que pertenece la lengua elamita, por ejemplo) y se considera una lengua aislada.
El sumerio es la primera lengua escrita conocida. Su escritura, llamada cuneiforme por la forma de cuña de sus trazos, se empleó más tarde para el acadio, el ugarítico, el elamita, etc. También se adaptó para lenguas indoeuropeas como el hitita, que además poseía una escritura jeroglífica como los egipcios aunque independiente de esta última. También el persa aqueménida adoptó la escritura cuneiforme.
Existe una imagen un tanto perturbadora creada por los sumerios hace 5000 años.
Como se sabe, los sumerios fueron una de las más antiguas civilizaciones humanas. Se asentaron en la baja Mesopotamia, fueron ávidos observadores de la naturaleza, y los primeros en desarrollar la escritura. En cuanto a su visión del mundo, coincidieron frecuentemente con la de los egipcios, cuya cultura se desarrollaba no lejos de la suya. Ambas cosmologías imaginaban un mundo estático, donde los elementos predominantes eran el cielo y la tierra, circunvalados por el Sol y la Luna. Dentro de ese mundo, cada pueblo se pensaba como el centro de todo lo conocido, rodeado del caos de lo extranjero.
Los sumerios, así como los mayas o los egipcios, eran grandes observadores del cielo. La regularidad del movimiento estelar era algo que todos registraban con respeto divino y estudiaban con curiosidad. Sin embargo, la formulación de teorías astronómicas sería algo propio de la ciencia moderna, a pesar de algunas excepciones. En general, la observación de los astros adquiría matices religiosos, o a veces sus anotaciones servían para la temporalización de la vida cotidiana.
Por eso no es de extrañar que los pueblos antiguos registraran muy bien los movimientos de objetos celestes como Júpiter o la Luna, pero que no desarrollaran la idea de que existían planetas rotando alrededor del Sol. Sólo observaban y usaban su sentido común, el cual les hablaba de una Tierra quieta, por cuyo cielo desfilaban estrellas de origen desconocido. Por eso esta imagen resultó perturbadora para más de uno. En ella, como fondo de una escena, puede verse claramente una estrella con puntas rodeada de pequeñas esferas que rotan alrededor suyo.
Difícilmente haya una imagen más clara de lo que para nosotros es el Sistema Solar. No se aleja demasiado del dibujo que trazaríamos para explicarle rápidamente el sistema heliocéntrico a un niño. Eso no es todo, para algunos investigadores, las esferas parecen coincidir curiosamente en sus proporciones con los tamaños de los nueve planetas de nuestro sistema y sus satélites más importantes.
¿Sería posible que los sumerios hayan desarrollado la teoría heliocéntrica y conocido todos los planetas de nuestro sistema solar? La respuesta es no. Más allá de las limitaciones epistemológicas, las observaciones astronómicas sumerias registraban a los planetas que sólo podemos observar con nuestro ojo, lente incapaz de captar las señales de Neptuno, Urano, y Plutón.
A pesar de que esto parece ser una prueba contundente para descartar que la imagen se refiera al Sistema Solar, no faltan los personajes que invocan la intervención extraterrestre en el asunto. Tal es el caso del autor ruso Zecharia Sitchin, quien sostuvo que la imagen fue inspirada por el conocimiento que sólo una raza alienígena podía tener, y que habría estado en contacto directo con los sumerios, quienes habrían transmitido, además, los principios de la agricultura, metalurgia, y escritura. No es difícil tomar el ejemplo sumerio y usar el sentido común para explicar las cosas. La necesidad de recurrir a factores externos y fantasiosos para explicar un grabado en un sello de piedra es algo totalmente innecesario desde el punto de vista de la lógica (Navaja de Occam), y absurdo desde el sentido común. Sin embargo, la imagen no deja de ser una estrella rodeada de esferas de diferentes tamaños y órbitas, y su verdadera interpretación será por siempre un misterio.
Crítica: La cuarta fase (The 4th kind) de Olatunde Osunsanmi.
Sinopsis: En octubre de 2004, el director de cine Olatunde Osunsanmi (The cavern), escuchó la historia de una psicóloga que había realizado un estudio sobre desórdenes del sueño en Nome, cuyos resultados habían revelado una información tan sorprendente como aterradora. A finales del año 2000, los pacientes de la terapeuta, bajo hipnosis, reflejaron comportamientos que sugerían encuentros con seres no-humanos. Según fue investigando el fenómeno, la doctora descubrió que la desaparición de personas y sucesos extraños en la región se remontaban a los años 60. Cuanto más profundizó en su investigación, más creyó en lo increíble: las historias de sus pacientes eran evidencias de abducciones alienígenas.
Crítica: Una siempre hermosa Milla Jovovich pone en conocimiento del público, que lo que van a ver a continuación, contiene imagenes reales inéditas de los sucesos paranormales que tuvieron lugar en el pueblo de Nome. Que obviamente se mezclarán los caminos de la realidad y la ficción, pero que una vez visionado el film, corresponde a cada cual decidir hasta qué punto está dispuesto a creer.
La hisotria podría caer en el saco del típico esquema - pueblo pequeño perdido en las montañas - sucesos extraños - nadie cree a los protagonistas - … - que no hace mas que recordar a un capítulo de la mítica Expediente X. Sin embargo, ese añadido que nos prometen, esa cucharada extra de realidad, es lo que la hace un poco más especial. Ver las grabaciones inéditas, escuchar la historia de boca de sus verdaderos protagonistas, incluso verlos siendo víctimas de un suceso paranormal, todo ello crea un ambiente perfecto para que no apetezca ni pestañear.
Jovovich, que interpreta a la doctora Abigail Tyler, es la única actuación que merece ser mínimamente comentada, aunque quizá sean ecos de sus actuaciones en la saga Resident Evil, donde enamoró a más de uno, o puede que este papel no diera más de si. En el apartado técnico al menos, el montaje realizado y la forma de presentar los sucesos, mostrando simultaneamente la interpretación y las supuestas grabaciones originales, consiguen alejar al espectador del aburrimiento y darle algo nuevo. Habrá algún que otro sobresalto, principalmente motivado por los efectos sonoros que estremecerán hasta al más valiente.
Con internet al alcance de (casi) todos, muchos espectadores no podrán evitar buscar información sobre la veracidad de los acontecimientos narrados, querrán saber si algo de lo que vieron fue totalmente real o si el director, Olatunde Osunsanmi, estaba jugando con sus mentes. Pero ya lo avisó Milla, que cada uno crea lo que quiera.
Como se sabe, los sumerios fueron una de las más antiguas civilizaciones humanas. Se asentaron en la baja Mesopotamia, fueron ávidos observadores de la naturaleza, y los primeros en desarrollar la escritura. En cuanto a su visión del mundo, coincidieron frecuentemente con la de los egipcios, cuya cultura se desarrollaba no lejos de la suya. Ambas cosmologías imaginaban un mundo estático, donde los elementos predominantes eran el cielo y la tierra, circunvalados por el Sol y la Luna. Dentro de ese mundo, cada pueblo se pensaba como el centro de todo lo conocido, rodeado del caos de lo extranjero.
Los sumerios, así como los mayas o los egipcios, eran grandes observadores del cielo. La regularidad del movimiento estelar era algo que todos registraban con respeto divino y estudiaban con curiosidad. Sin embargo, la formulación de teorías astronómicas sería algo propio de la ciencia moderna, a pesar de algunas excepciones. En general, la observación de los astros adquiría matices religiosos, o a veces sus anotaciones servían para la temporalización de la vida cotidiana.
Por eso no es de extrañar que los pueblos antiguos registraran muy bien los movimientos de objetos celestes como Júpiter o la Luna, pero que no desarrollaran la idea de que existían planetas rotando alrededor del Sol. Sólo observaban y usaban su sentido común, el cual les hablaba de una Tierra quieta, por cuyo cielo desfilaban estrellas de origen desconocido. Por eso esta imagen resultó perturbadora para más de uno. En ella, como fondo de una escena, puede verse claramente una estrella con puntas rodeada de pequeñas esferas que rotan alrededor suyo.
Difícilmente haya una imagen más clara de lo que para nosotros es el Sistema Solar. No se aleja demasiado del dibujo que trazaríamos para explicarle rápidamente el sistema heliocéntrico a un niño. Eso no es todo, para algunos investigadores, las esferas parecen coincidir curiosamente en sus proporciones con los tamaños de los nueve planetas de nuestro sistema y sus satélites más importantes.
¿Sería posible que los sumerios hayan desarrollado la teoría heliocéntrica y conocido todos los planetas de nuestro sistema solar? La respuesta es no. Más allá de las limitaciones epistemológicas, las observaciones astronómicas sumerias registraban a los planetas que sólo podemos observar con nuestro ojo, lente incapaz de captar las señales de Neptuno, Urano, y Plutón.
A pesar de que esto parece ser una prueba contundente para descartar que la imagen se refiera al Sistema Solar, no faltan los personajes que invocan la intervención extraterrestre en el asunto. Tal es el caso del autor ruso Zecharia Sitchin, quien sostuvo que la imagen fue inspirada por el conocimiento que sólo una raza alienígena podía tener, y que habría estado en contacto directo con los sumerios, quienes habrían transmitido, además, los principios de la agricultura, metalurgia, y escritura. No es difícil tomar el ejemplo sumerio y usar el sentido común para explicar las cosas. La necesidad de recurrir a factores externos y fantasiosos para explicar un grabado en un sello de piedra es algo totalmente innecesario desde el punto de vista de la lógica (Navaja de Occam), y absurdo desde el sentido común. Sin embargo, la imagen no deja de ser una estrella rodeada de esferas de diferentes tamaños y órbitas, y su verdadera interpretación será por siempre un misterio.
Crítica: La cuarta fase (The 4th kind) de Olatunde Osunsanmi.
Sinopsis: En octubre de 2004, el director de cine Olatunde Osunsanmi (The cavern), escuchó la historia de una psicóloga que había realizado un estudio sobre desórdenes del sueño en Nome, cuyos resultados habían revelado una información tan sorprendente como aterradora. A finales del año 2000, los pacientes de la terapeuta, bajo hipnosis, reflejaron comportamientos que sugerían encuentros con seres no-humanos. Según fue investigando el fenómeno, la doctora descubrió que la desaparición de personas y sucesos extraños en la región se remontaban a los años 60. Cuanto más profundizó en su investigación, más creyó en lo increíble: las historias de sus pacientes eran evidencias de abducciones alienígenas.
Crítica: Una siempre hermosa Milla Jovovich pone en conocimiento del público, que lo que van a ver a continuación, contiene imagenes reales inéditas de los sucesos paranormales que tuvieron lugar en el pueblo de Nome. Que obviamente se mezclarán los caminos de la realidad y la ficción, pero que una vez visionado el film, corresponde a cada cual decidir hasta qué punto está dispuesto a creer.
La hisotria podría caer en el saco del típico esquema - pueblo pequeño perdido en las montañas - sucesos extraños - nadie cree a los protagonistas - … - que no hace mas que recordar a un capítulo de la mítica Expediente X. Sin embargo, ese añadido que nos prometen, esa cucharada extra de realidad, es lo que la hace un poco más especial. Ver las grabaciones inéditas, escuchar la historia de boca de sus verdaderos protagonistas, incluso verlos siendo víctimas de un suceso paranormal, todo ello crea un ambiente perfecto para que no apetezca ni pestañear.
Jovovich, que interpreta a la doctora Abigail Tyler, es la única actuación que merece ser mínimamente comentada, aunque quizá sean ecos de sus actuaciones en la saga Resident Evil, donde enamoró a más de uno, o puede que este papel no diera más de si. En el apartado técnico al menos, el montaje realizado y la forma de presentar los sucesos, mostrando simultaneamente la interpretación y las supuestas grabaciones originales, consiguen alejar al espectador del aburrimiento y darle algo nuevo. Habrá algún que otro sobresalto, principalmente motivado por los efectos sonoros que estremecerán hasta al más valiente.
Con internet al alcance de (casi) todos, muchos espectadores no podrán evitar buscar información sobre la veracidad de los acontecimientos narrados, querrán saber si algo de lo que vieron fue totalmente real o si el director, Olatunde Osunsanmi, estaba jugando con sus mentes. Pero ya lo avisó Milla, que cada uno crea lo que quiera.
1 comentario:
Millita es siempre y cuando quiera bienvenida a mis pantallas! Aparte de linda , actúa bien es super simpática y chambeadora. Ukranianita, sabía no maese? Es de las pocas estrellas de cine que me hacen ver una peli sólo porque su nombre aparece en la cartelera. Ahora este tema siempre es bacán en el cine (que en la realidad Alfa y Omega...no gracias!)
Bacán lo de los sumerios. Salvo que no encuentro la conección. Profesor.
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