David Alonso De la Cruz

jueves, 2 de septiembre de 2010

Creer en el AMOR

AMAR SIN MIEDO

‎"No olvidar nunca el sueño, aquel sueño que compartíamos cuando todo parecía imposible, inalcanzable.
No permitir que desaparezca por culpa de la rutina, el trabajo, las actitudes conformistas, la gente y sus comentarios.
Creer firmemente que aquella imagen nuestra, enamorada, está detrás de un espejo empañado, solo desvanecida, esperando.." - Anónimo.


Toda experiencia amorosa que ha terminado abruptamente porque la otra persona se alejó de nosotros opera de tal manera que, frente al intenso deseo de experimentar una nueva instancia amorosa, nos mantenemos alerta ante la posibilidad de otro abandono. Es probable que una experiencia así nos vuelva mucho más cautos y que en consecuencia nos resulte bastante más difícil entregarnos en cuerpo y alma. Pero no debemos avergonzarnos por estos sentimientos ambivalentes, pues es absolutamente normal que utilicemos estrategias emocionales para compensar las heridas causadas por vínculo del pasado.
Una relación amorosa es como una hermosa planta a la cual debemos atender con dedicación para que no se marchite.
¿Cómo sabemos si la persona que se presenta ante nosotros es la que hemos estado esperando durante tanto tiempo? Aunque parezca paradójico, solo podremos estar seguros de eso si nos conocemos profundamente. El diálogo interno es imprescindible para descubrir con claridad nuestros deseos, necesidades y el verdadero nivel de nuestra autoestima. Este diálogo nos permite analizar nuestras emociones y descubrir qué necesitamos para alcanzar el bienestar. Y nadie puede responder a estas preguntas por nosotros.
¿Qué necesitamos para sentirnos bien? Solamente un conocimiento cabal de nuestra persona nos permitirá responder con firmeza y convicción a esta pregunta, aun cuando aquello que estamos buscando todavía no haya llegado a nuestra vida. A la hora de buscar una pareja adecuada, es necesario que tengamos bien definido nuestro rol. De esa forma evitaremos unirnos a otra persona por necesidad, por lástima, o porque nos complementamos en nuestros aspectos negativos. Los verdaderos elementos clave son la admiración y la visualización de un futuro construido en conjunto, donde ambos componentes de la pareja transitan por la vida con algunos proyectos propios y otros compartidos, pero manteniendo su propia identidad que, en definitiva, ha sido el aspecto fundamental a través del cual han llegado a enamorarse.
Creer que el amor en algún momento llegará a nuestras vidas implica bastante más que tener una idea vaga y distante de que en alguna parte y en algun lugar es posible que exista ese fenómeno tan maravilloso llamado amor. Creer significa poner toda nuestra capacidad al servicio de la convicción de que sí existe la persona que tantas veces hemos soñado, ese ser que será el complemento que tanto hemos anhelado y que juntos, con respeto y comprensión, habremos de recorrer ese fascinante camino llamado vida.
Existe una gran diferencia entre creer en el amor con firmeza y abrigar vagamente la esperanza de que "algún día, quizás con buena suerte, aparecerá alguien que me llame la atención". En el lenguaje de los sentimientos, decir esto es como afirmar que en realidad nadie tocará a mi puerta y que mi destino inexorable es la soledad.
Piensa en esto por un instante y ve cómo el lenguaje, cuando nos referimos a nosotros mismos, adquiere un poder sin límites. Dí para ti mismo: "YO SÉ QUE LA PERSONA QUE ANHELO EXISTE Y QUE SIN DUDA VA A APARECER EN MI VIDA". Si formulamos la idea de esta forma, no estamos estableciendo límites en el tiempo, sino que fortalecemos una idea que nos ayuda a vivir con esperanza, con alegría y con una motivación que renueva diariamente nuestro compromiso con el bienestar.
Con frecuencia hacemos una apología de nuestras carencias físicas o espirituales y las utilizamos como escudo para convencernos de que nunca podremos experimentar la magia del amor. Nos repetimos una y otra vez, año tras año, que tal o cual característica de nuestro cuerpo o de nuestro carácter son barreras infranqueables para que alguien se fije en nosotros.
¿Creemos realmente que esto es verdad o estamos levantando barreras inexistentes para justificar nuestra soledad y tristeza? Miremos por un instante a nuestro alrededor y veamos que personas quizás menos agraciadas que nosotros disfrutan de su relación de pareja, sin duda porque han aceptado la idea de que el amor también es para ellos y no establecieron para sí mismos límites absurdos.

*David José C.-
Para los que quieran contactarme y escribirme, pueden hacerlo en:
delacruzmarin@gmail.com

No hay comentarios: