David Alonso De la Cruz

domingo, 7 de abril de 2013

EL EXPERIMENTO MUNDIAL HA COMENZADO



El 8 de DICIEMBRE de 1980, en plena luna llena, John Lennon fue asesinado por un pistolero solitario llamado Mark Chapman. Un hombre que unas horas antes de apretar el gatillo estuvo rezando a Satanás, que caminó como un robot por la maquinaria del asesinato, en un estado como de trance, y que terminó bajo custodia policial, mirando al mundo con expresión de desconcierto desde el interior de un armario pequeño de sueños oscurecidos. Una personalidad múltiple construida con sumo cuidado y con una finalidad muy clara, un objetivo único y un rechazo total, que esperó a que llegase la policía mientras leía tranquilamente El guardían entre el centeno, esa novela que trata de alcanzar la mayoría de edad, escrita por J.D. Salinger, un ex agente de inteligencia del Ejército de Estados Unidos. Es dudoso que algún día lleguemos a saber si Mark Chapman fue víctima de una psicosis inducida artificialmente, un asesino al estilo del "CANDIDATO DE MANCHURIA" enviado por Tavistock, la CIA y el M16 para silenciar a un Lennon que estaba volviéndose cada vez más difícil de controlar. Al final, son los soñadores los que mueren a manos de un asesino. Y muy a menudo mueren a manos de hombres que también lo son. Ocho meses más tarde, el 1 de agosto de 1981, se creó un nuevo concepto en televisión que formaba parte de la "guerra tranquila" dirigida por el Instituto Tavistock: la tecnología de armas silenciosas. Se trataba de una cadena de televisión llamada MTV, Music Television, que emitía música las venticuatro horas del día. Si dejamos a un lado los cuentos de hadas, también ña MTV fue creada por los controladores desde los principales centros de estudios e institutos de lavado de cerebro del mundo con el propósito de destruir completamente la cultura de los jóvenes e implantar permanentemente otro "cambio generacional" en la sociedad moderna. Una imagen final antes de que nos sumerjamos en el mundo de la televisión: Los niños americanos y europeos ven a diario películas como Pesadilla en Elm Street y Desafío Total. En una escena típica de estas películas se ver surgir una figura de un televisor; con mucho realismo, se le desprende la piel de la cara y aparece un hombre horriblemente deformado que tiene los dedos en forma de cuchillas, unos dedos que empiezan a crecer hasta un metro de largo, y su víctima, de repente, aparece destrozada y convertida en un montón de jirones de piel cubiertos de sangre. Esto no es diversión, esto es la alucinación profundamente paranoica del drogadicto que toma LSD. Lo peor de lo que sucedió en los años sesenta es algo corriente en la actualidad. Gracias a la escuela de Fráncfort y a sus conspiradores, Occidente atraviesa un "mal viaje" del que no va a poder regresar. Por culpa de los medios teelvisivos que estan reglamentados por el OJO que todo lo ve. Del gobierno INVICIBLE. Que acrecentó sus tentáculos durante el gobierno de Ronald Reagan. Como nota al margen, cabe mencionar que hay sustanciales fragmentos de las tres mil páginas de "recomendaciones" dadas al Presidente que recién había sido elegido por aquél entonces Ronald Reagan, en enero de 1981, que están basadas en material tomado del informe de Willis Harmon: "changing Images of Man" (LAS CAMBIANTES IMÁGENES DEL HOMBRE).
Donald Pahu, en su libro Satanic Roots of Rock ( Las raíces satánicas del rock), describió el acontecimiento: "Dos días antes de la fecha prevista del concierto ya habían llegado a Woodstock cincuenta mil jóvenes. De inmediato comenzaron a circular las drogas" Mucha gente se llevó a sus hijos pequeños y, como dice Roberts, incluso los drogó. Roberts cuenta que en un lago que había cerca "los niños se bañaban desnudos, fumaban hierba y participaban de la música".
Phau, en el mismo libro, continúa diciendo: "A lo largo de los tres días siguientes, el casi medio millón de personas que habían llegado se sometió a dosis continuas de drogas y rock. A causa de las lluvias torrenciales, estas personas se vieron obligadas a moverse de un lado a otro con el barro hasta las rodillas. No había sitios donde refugiarse ni forma de salir de allí. Había coches aparcados hasta una distancia de más de doce kilómetros."
Rosenmann escribió que la clave del "experimento Woodstock" era tener a los artistas actuando las veinticuatro horas del día...., mantener a los jóvenes colocados ...". El 17 de agosto, el New York Times  publicó lo siguiente: "Esta noche, un empleado del festival ha hecho una advertencia desde el escenario, la de que se estaba distribuyendo "ácido mal fabricado" (Una forma de llamar al LSD). Ha dicho: "No estaís tomando ácido adulterado. El ácido no es venenoso, sino simplemente ácido mal fabricado. No os vais a morir... [...] De modo que si creéis que habeís tomado veneno, no es verdad. Pero si estaís preocupado, tomad sólo media tableta". Aquel consejo de "tomar sólo media tableta" que recibieron casi medio millón de personas incluido niños, lo dio nada menos que Wavy Gravy, un agente encubierto de MK-ULTRA.
Transcurrirían otros diez años hasta que la contracultura pasara a formar parte del léxico de los estadounidenses. Pero las primeras semillas de lo que era un gigantesco proyecto secreto para subvertir los valores de Estados Unidos ya estaban plantadas. Las drogas, elsexo, el rock and roll, las manifestaciones masivas que había por todo el país, los hippies, las comunas, los entusiastas de la marihuana, la presidencia de Nixon, la Guerra de Vietnam; todo estaba desgarrando el tejido de la sociedad estadounidense. El mundo antiguo y el nuevo colisionaban frontalmente, sin que los "hijos de las flores" supieran que todo formaba parte de un plan secreto, social y oculto, diseñado por algunas de las mentes más diabólicas del mundo. Escondidos en prestigiosas fundaciones, empresas y centros de investigación, estos maestros de MARIONETAS de la política y de las finanzas se sirvieron despiadamente de la cultura pop para promover la alienación y la disfunción, con el objeto de interrumpir el desarrollo y desintegrar la FAMILIA en beneficio personal.

Entre 1965 y 1967, el movimiento psicodélico adquirió un gran impulso y culminó con acontencimientos como Woodstock. Sin embargo, desapareció con la misma rapidez con que había llegado. El LSD pasó de moda. Jimi Hendrix y Janis Joplin murieron. Timothy Leary bajó del pedestal, y Estados Unidos, tras fracasar tristemente en Vietnam, entró en los años setenta sumido en una depresión. Pero una vez más Tavistock estaba aguardando, preparado para sacar partido de dicha apatía en beneficio propio.
 
LA CONSPIRACIÓN DE ACUARIO
 
En la primavera de 1980 se publicó La conspiración de Acuario. Se vendió más de un millón de ejemplares y se tradujo a diez idiomas. De la noche a la mañana, se convirtió en un "manifiesto de la contracultura". Si definimos la contracultura como un grupo cultural cuyos valores y normas están en contraposición con los que imperan en la sociedad, y en términos prácticos como la rebelión juvenil que barrió Norteamérica y Europa occidental en los años sesenta y principios de los setenta, La conspiración de Acuario fue una declaración de principios. En él se decía que había "llegado el momento de que los quince millones de estadounidenses que habían particpado en la contracultura se unieran para operar un cambio radical en Estados Unidos". De hecho, este libro fue la primera publicación sólida que promovía el trabajo en equipo, un concepto que se consideraba un dechado de virtudes y que enseguida fomentaron los "gurús" de la gestión empresarial. Sin embargo, el trabajo en equipo era una técnica psicológica que introdujo el Instituto Tavistock como método para controlar a las personas muy inteligentes mediante la presión de sus iguales. Formaba parte del experimento llevado a cabo por el general de brigada y maestro de Tavistock, John Rees, en el campo de la terapia de grupo. L. Marcus, en un artículo de la revista The Campaigner, en abril de 1974, explica: "Un líder de grupo que sea hábil puede servirse de dicho grupo para crear un poderoso ambiente "de familia". Una vez inducido dicho ambiente, el terapeuta ya puede manipular a un miembro del grupo, no empleando un ataque directo, sino manipulando de manera sutil a los demás miembros del grupo a través de sugerencias. Si la víctima ha sido llevada a creer que el grupo es una entidad acogedora y servicial, cuando ese ambiente haya sido manipulado y se vuelve contra él, seguramente ejercerá el mismo impacto que el profundo rechazo de la madre. Además, si la víctima no es totalmente consciente de la cadena de manipulación empleada por el terapeuta, tenderá a interiorizar el resultado y pensará que ella misma es la responsable de que pronto se le preste tanta atención." Marcus continua diciendo: "[...] Si los expertos en controlar las mentes consiguen estructurar, de forma apropiada, la mente de una persona o un grupo estresados, pueden inducir a las víctima(s) a desarrollar por sí misma(s) determinado tipo de "reacción" por medio de la cual llegan(n) "democráticamente" a tener las actitudes y a tomar las decisiones que querían provocar en ella(s) los dictadores."
La autora Marilyn Ferguson escribió: "Cuando estaba preparando un libro, en aquel momento sin título, que hablase de las alternativas sociales emergentes, pensé de nuevo en la forma peculiar que tenía este movimiento, en lo atípico de sus líderes, en la paciente fuerza de quienes se habían sumado a él, en lo improbable de su éxito. Y de repente se me ocurrió que en aquella forma de compartir estrategias, en el vínculo que existía entre ellos y en la manera de reconocerse unos a otros mediante señales muy sutiles, los participantes no se limitaban a cooperar entre sí. Estaban en connivencia. Esto, este movimiento, ¡es una conspiración!".
De hecho, la revolución de la contracultura fue una conspiración inteligentemente manipulada desde arriba, creada "para controlar a la sociedad mediante el uso de una tecnología de armas silenciosas difíciles de identificar, utilizadas para quitar a Estados Unidos el empeño en el progreso científico y técnico".
Inicialmente, la conspiración de Acuario fue un proyecto secreto del Gobierno de Estados Unidos asignado al Stanford Research Institute (SRI), y creado en 1946 por el Instituto Tavistock con el fin de estudiar de qué manera afectan a la sociedad las tendencias sociales y culturales de reciente creación como el libertarismo, el libertarismo de izquierdas, el liberalismo, el socialismo, el anarquismo, el comunismo, el materialismo, el naturismo, el misticismo, el hedonismo, la espiritualidad, el ecologismo, el feminismo, el New Age y muchas otras orientaciones de la sociedad.
La conspiración de Acuario, que no llegó a publicarse con ese título en Estados Unidos y recibió el nombre en clave de The Changing Images of Man [Las cambiantes imágenes del Hombre], partía de un análisis político preparado por el director del Centro de Estudios de Políticas Sociales del Stanford Research Institute. Las 319 páginas del informe mimeografiados fueron preparadas por un equipo de catorce investigadores y dirigido por un panel de veintitrés expertos en controlar la mente, entre ellos Margaret Mead, B.F. Skinner, Ervin Laszlo de las Naciones Unidas y sir Geoffrey Vickers de la inteligencia británica. El proyecto entero fue supervisado por el profesor Willis Harmon, un "futurista" cuya especialidad era promover un paradigma social posindustrial, como versión popular del método para manipular o "ablandar", según los manuales del Tavistock, a Estados Unidos y convertirlo en el mundo feliz de Aldous Huxley.
En una conferencia pronunciada en 1961, Aldous Huxley describió este estado policial como "la revolución final", una "dictadura sin lágrimas" en la que gente "ama su condición de sierva". Dijo que el objetivo era producir "una especie de campo de concentración indoloro para sociedades enteras, de tal modo que las personas de hecho habrán sido despojadas de sus libertades y, sin embargo, estarán más contentas de que así sea, porque habrán perdido todo deseo de rebelarse, gracias a la propaganda, [...] o al lavado de cerebro profundo conseguido con método farmacológicos".
El objetivo del estudio llevado a cabo por el Stanford Research Institute, según afirman los autores, es que la humanidad deje de desear el progreso industrial a favor de la "espiritualidad" [La guerra mediante una confrontación no violenta o no lineal.] El estudio afirma que en nuestra sociedad actual la "imagen del hombre industrial y tecnológico" es obsoleta y debe ser "desechada".
Harmon explica: "Muchas de nuestras imágenes actuales parecen haber quedado peligrosamente obsoletas. Sin embargo [...] la ciencia, la tecnología y la economía han posibilitado que se hayan dado importantes pasos para alacanzar objetivos tan elementales como la seguridad física, el bienestar material y mejorar la salud. Pero muchos de estos triunfos han traído consigo problemas asociados al éxito, problemas que parecen insolubles dentro del conjunto de valores y premisas sociales que provocaron su aparición [...]. Nuestro sistema de tecnología, sumamente desarrollado, lleva aparejadas mayores vulnerabilidades y fallos. De hecho, el alcance y el impacto derivados de los problemas sociales que están apareciendo en la actualidad plantean una serie amenaza a nuestra civilización [...] Si nuestras predicciones sobre el futuro demuestran ser acertadas, es de esperar que los problemas asociados a esta tendencia se vuelvan más graves y más universales y ocurran con mucha rapidez."
Así pues, concluye el estudio del SRI, debemos cambiar cuanto antes la imagen industrial-tecnológica del hombre: "El análisis de la naturaleza de los problemas de la sociedad contemporánea lleva a la conclusión de que [...] las imágenes del hombre que han dominado durante los últimos dos siglos no serán adecuadas en la era posindustrial."
El informe termina con la serie de predicciones: "Hay numerosos indicadores de que es posible que esté surgiendo una imagen nueva de la humanidad.
1. La participación de los jóvenes en los procesos políticos.
2. El movimiento de liberación de la mujer.
3. La rebelión de los jóvenes contra los errores de la sociedad.
4. La revelación de la responsabilidad social de las empresas.
5. La brecha generacional como modelo de cambio.
6. La tendencia antitecnológica de muchos jóvenes.
7. La experimentación con nuevas estrcuturas familiares y nuevas relaciones interpersonales.
8. El surgimiento de comunas como estilo de vida alternativo.
9. El surgimiento de movimientos conservacionistas/ecologistas.
10. El aumento del interés por los puntos de vista religiosos y filosóficos orientales.
11. Un renovado interés por el cristianismo "fundamentalista".
12. La preocupación de los sindicatos por la calidad del entorno de trabajo.
13. Un interés creciente por la meditación y otras disciplinas espirituales.
14. Un mayor interés por el proceso de "autorrealización".

"Estas tendencias tan dispares, analizadas por separado, no demuestran que se trate del surgimiento de una nueva imagen del ser humano; pero analizadas en conjunto sugieren sustanciales movimientos de la sociedad que pueden terminar desembocando en una imagen nueva e inspiradora".

Este informe se publicó en 1974. Visto en retrospectivas, ¿cuántas de estas formas horribles e inhumanas han terminado siendo aceptadas por la mayoría? Todas y cada una de ellas.
Criton Zoakos, periodista de investigación, lo denominó "ZOMBISMO CONTRACULTURAL".
"Ablandado de este modo", Estados Unidos "se consideraba que ya estaba maduro para la introducción de drogas [sobre todo la cocaína, el crack y la heroína], que iba a competir con la época de la prohibición en cuanto al alcance y a las enormes sumas de dinero que se iban a ganar. Eso también era parte integral de la Conspiración de Acuario. La proliferación del consumo de drogas fue uno de los temas que se estudiaron en la Science Policy Research Unit [Unidad de Investigación de Ciencias Políticas] del centro que tenía el Instituto Tavistock en la Universidad de Sussex. Se lo conocía como el centro de "conmociones del futuro", un nombre dado a la llamada psicología orientada al futuro y diseñada para manipular a grupos de población enteros para inducir "conmociones de futuro".


 
Del libro "El Instituto Tavistock" de Daniel Estulin. Ediciones B.S.A 2012.

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